Capítulo 2.- La chica nueva

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Tal como le dijo a Joelle, salieron a bailar a una discoteca de moda al ritmo de "I feel for you" de Chaka Khan. Estaban divirtiéndose las dos en la pista de baile y Janine de alguna manera no podía quitarse de la mente al Doctor Spengler, tan serio y seco... Pero a la vez esa mirada que sentía la examinaba, la hacía sentir rara, pero no en una mala manera. Agitó la cabeza negativamente - "que te comience a atraer tu futuro jefe sí es un problema Janine, descarta esa idea ¡Ahora!". Pensó mientras bebía su daiquiri de frambuesa, Joelle estaba charlando animadamente con un muchacho de color, al parecer coqueteaban así que no quiso interrumpir.

Los pensamientos sobre el encuentro con el Doctor Spengler iban y venían, su profunda voz de barítono le producía escalofríos pese a que estaba en un sitio lleno de gente en lo que quedaba de verano. "No debo pensar estas cosas" se decía para sí.

Su primer día en su nuevo trabajo, llevaba un top azul, una mini color celeste Jacinto y sus tacones rojos favoritos. Estaba tan entusiasmada que llegó casi 20 minutos antes por suerte estaban todos en pie, aunque no todos estaban en el cuartel. Peter la saludó y le mostró su escritorio, su oficina, la cocina y subieron al segundo piso donde estaba el laboratorio, la sala de estar y el dormitorio. Ella iba examinando todo en silencio mientras Peter le comentaba de lo ricos que se harían si todo funciona correctamente.

- Ray no está ahora, por lo que Egon, el Dr Spengler hará las conexiones en tu escritorio.

Sintió que su corazón dio un salto y solo asintió.

Se sentó a esperar las llamadas... Pero no pasaba nada. Sacó la Scientific American Magazine y comenzó a leerla tranquilamente mientras Gustav Fauré amenizaba el ambiente.

Sintió un carraspeo y levantó la vista, era Egon, con una caja de herramientas y cables de red. Lo miró a los ojos sin saber muy bien que decir.

- ¿Puedo? Dijo Egon escuetamente

Ella asintió con la cabeza y Egon se metió debajo de su escritorio a instalar el teléfono y la impresora.

Egon estaba en su labor cuando miró los zapatos rojos de Janine y sus piernas tan atractivas. Recordó esa tarde en la biblioteca cuando ella quería un libro que no estaba, la tenía tan cerca de él... Sintió el impulso de acariciar esas tersas piernas pero no lo hizo. Esos impulsos primarios no son dignos de su intelecto y solo son un distractivo sin sentido, además Janine Melnitz era su secretaria, nada más.

Janine intentaba concentrarse en su lectura pero le era difícil con Egon entre sus piernas. Tan solo pensar en esa última frase hacía que su corazón saltara con fuerza y sus mejillas se encendieran, era palpable su estupor.

Imaginaba a Egon Spengler acariciando sus muslos con sus manos firmes y separando ligeramente sus piernas para así besar la parte interior de ellas mientras sus manos iban ascendentes hacia su húmedo sexo, quería que lo sintiera... Sintió una cosquilla en la pantorrilla y se sobresaltó, era el codo de Egon mientras luchaba con el cableado. Suspiró y se abanicó con su revista. ¡Debía dejar de pensar en Egon!

Entonces la salvó el Dr Venkman que le preguntó si había alguna llamada, a lo que ella respondió negativamente. Luego de eso Egon salió de su escritorio, para hablar de algo Janine le dijo:

- Eres muy hábil por lo visto, he de suponer que te gusta leer mucho también. Le dedicó su mirada más coqueta

- la tinta impresa está obsoleta. Dijo con voz trémula

Eso fue como una bofetada en el rostro, además sabía que eso no era cierto porque tenía cajas con libros en su laboratorio

- oh, yo lo considero fascinante, adoro leer, algunas personas piensan que soy muy intelectual pero yo considero que es una manera fabulosa de ocupar el tiempo. También juego racquetball, ¿Tienes algún hobby?

Egon a su vez sabía de lo que hablaba Janine pues ya la vio en la biblioteca antes, además de bella era inteligente, eso sumaba más puntos... Sabía que era indebido e inadecuado relacionarse más allá de lo profesional con su secretaria por muy "físicamente adecuada" que ella fuera. Tomó aire y mantuvo su estoica seriedad de doctor en ciencias y respondió

- colecciono esporas, mohos y hongos. Obviamente tenía más hobbies que ese pero necesitaba una salida rápida antes de que ella pudiera replicar

Y se fue rumbo a su laboratorio. Janine se quedó perpleja mirando dónde hace un par de minutos estaba Egon.

Definitivamente lo de ser coqueta no era lo suyo y fue una estupidez pensar siquiera que Egon Spengler flirtearía con ella. Se sentía como una tonta y quería salir corriendo de ahí. Entonces llegó Ray con una carpeta de color amarillo y un archivador café

- Hey Janine, te traigo unos documentos del banco para que los dejes en ese archivador y se lo pases luego a Peter ¿Vale?

- está bien Dr Stantz

- llámame Ray - dijo sonriendo encendía un cigarrillo ya que tenía las manos libres.

- de acuerdo Ray - le devolvió la sonrisa

- ¿Te han tratado mal este par de animales?

Janine rió negando con la cabeza. La verdad es que habían sido amables con ella a pesar de lo seco que había sido Egon con ella hace un rato.

- son bastante especiales el Doctor Venkman y por sobre todo el Doctor Spengler, no te tomes a personal su personalidad, siempre es así de serio...

Entonces Janine se relajó un poco, era como si Ray le hubiera leído la mente de algún modo. Se sentía realmente a gusto ahí. Peter aunque era un poco idiota era bastante afable, Ray era un verdadero encanto y Egon... Aunque no debía hacerlo... Spengler le quitaba el aliento.

Cruzando los circuitosWhere stories live. Discover now