Capítulo 33.- Lo que deba pasar, pasará

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Dana había vuelto a trabajar en el Museo de arte de Manhattan, en el área de restauración.

Era dinero suficiente para vivir y alimentar a su hijo como corresponde, pues digámoslo, André Wallace no había sido gran ayuda desde el divorcio, desde entonces se desentendió de sus responsabilidades parentales.

Un ruido la sobresaltó y estaban entrando una pintura enorme de un hombre, parecía una pintura del siglo XV o siglo XVI, era imponente y al verla se erizaba la piel... Y de pronto entró su jefe, un hombre bajo, con dientes como de caballo y un cargado acento de Europa oriental.

- Muy bien, quiero que dejen el cuadro de Vigo justo en el atril, así es. - luego se dirigió a los otros restauradores - Quiero que sepan que todo lo que están haciendo está mal, tienen que ser más cuidadosos - suspiró y rezongó - ¡Nadie me escucha! - Y volteó hacia Dana con rostro afable - Dana ¿Cómo estás, Dime qué tal vas con ese Bonington?

- Bien, estará lista pronto, esta mezcla que me diste funciona realmente bien - Respondió Dana sin apartar la mirada de la pintura

- Si realiza muy buenas coberturas, estás haciendo un excelente trabajo Dana

- Gracias

- Me preguntaba si quizás no te molestaría ayudarme en un trabajo más grande... - le acomodó el cabello y ella volteó - le falta un poco de blanco por acá

- gracias Sr Poha

- Janosz

- Janosz verá, tengo un bebé pequeño y en cuanto crezca un poco pretendo regresar a la filarmónica

- Lamento mucho oír eso, digo que te vayas, no podré despedirme cómo es debido, ¿Te gustaría ir a un brunch hoy?

- Justo hoy no puedo, de hecho tengo una cita hoy - mira su reloj de pulsera - de hecho debería irme.

Dana guardó sus cosas y comenzó a caminar rumbo a la salida y Janosz la siguió

- Es que no lo entiendo, siempre que te invito a algo no puedes o tienes que hacer ¿Acaso tengo mal aliento o algo?

- Por supuesto que no

Janosz se quedó ahí, volvió al salón de restauración y le dijo al cuadro de Vigo - Estoy seguro de que le gusto, no en serio, estoy seguro de ello... - Y la pintura de Vigo el Carpato movió la cabeza dentro del cuadro.

En la librería de Ray estaban él y Egon, Barbara tenía una cita con el médico esta mañana por lo que hoy no estaría allí, el flujo de clientes era regular había un par de chicas góticas en la parte de wicca y un hombre ojeando un libro

- Mira Ray este es interesante, Berlín, 1939 un carro alegórico se movió por voluntad propia avanzando medio kilómetro, más de trescientos testigos.

Ray se dirigió al hombre que veía el libro y este lo compró - Es un libro excelente, tome un obsequio, lo mejor para las invocaciones - y luego volvió con Egon - Berlín ¿eh? Quizás podríamos también ver los estudios de la universidad de Duke sobre Psicokinesis controlada

- Anotado

Entonces Peter entró a la librería saludó con la cabeza y dijo - Quizás usted pueda ayudarme, necesito una poción de amor en aerosol para atraer a una nena con un penthouse y que caiga rendida a mis pies.

- Hola Venkman - Dijo Egon

- Hey Pete, ¿Cómo estás?

- Hey Egon ¿Cómo va trabajar con chiquillos, ya decidieron adoptar un par con Janine?

- Nada de eso Peter pero me va bastante bien

- Ray, que tal si cierras por hoy y vamos por unos Calzone a Guido's - Dijo Peter

Cruzando los circuitosWhere stories live. Discover now