«Savage» © -4ta Temporada-

«Capítulo 7»

<Ainara>

Presente · 2018

Aislada .. así me siento desde que se fue y mi día transcurriera sin su fresca y fragante colonia. Es difícil despegarse de lo bueno cuando lo conoce. 

—Señora — Harlem me aviso que hemos llegado al nuevo terreno donde construirán el centro. 

Uno dentro de los límites del centro de Londres, dónde pueda acudir desde mi domicilio y sin tanta distancia de por medio. Y lejos de donde ocurrió el incendio. Gerald se está ocupando de las obras junto con el equipo de trabajo formado por el arquitecto Harson y los obreros más destacados. Parece que provienen de Seattle y estarán al menos un año y medio por diferentes construcciones. 

Me saldrá salado el precio por restaurar un edificio viejo que compré pero vale la pena por personas que necesitan contención y cuidados. Y lo más importante, que desean avanzar en la vida para liberarse de sus ataduras. 

—¿Dónde está Gerald? — no puedo encontrarlo con tanto polvo, arena y cemento por los pisos recién pavimentados. 

Ni que hablar de los plásticos y palas tiradas por doquier tapando partes abiertas del edificio. 

—¡Aquí señorita! .. — mi director general aparece por detrás mío con una soltura que me hace gracia — .. y este su casco por si se lastima — me lo pone sobre la cabeza y me queda ridículo con tanto peinado perfecto hecho por las manos de mi profesora. 

—Gracias y ¿a qué debo tan buen humor? — se encoje de hombros sonriente. 

—Porque quiero, ¿vamos por una inspección? —me tiende una mano y acepto. 

Es un gran amigo a demás de empleado, no creo que hacerlo dé a entender de más. 

Camino de lado mientras me presenta al arquitecto, guapo y tímido para mi gusto en esta labor grandiosa de elevar edificios como si fuera el mismo Dios pero eso se sabe que humanamente no hay quien se compare con el todopoderoso de allí arriba. 

En un punto creo que un arquitecto debe tener carácter pero veo que lo demuestra cuando engancha a unos obreros mover incorrectamente unos materiales. 

Charlamos los tres en los cambios y necesidades, obvio que no olvido la de mis niños. La de los adultos, Gerald sabe de memoria de cómo debe ir dividido pero el arquitecto siempre nos da otra visión que la gente común no tiene idea. 

Cuando terminamos de organizar la próxima visita, invito a Gerald como premio por la dedicación en días con respecto a mi ausencia, en que tomemos un almuerzo antes de que parta hacia mis otros compromisos. 

El lugar está ambientado en uno de estilo de bar antiguo pero sólo es la apariencia, porque sirven exquisitos platos de fusión asiática. Sinceramente es un mimo al paladar y a los demás sentidos. La música no suena tan fuerte y la gente que viene a concurrir es agradable, nada ruidoso en intercambiar sus problemas o temas de negocios. 

La atención del servicio a la mesa, está por sobre todo en la pirámide del funcionamiento. Ninguno que esté degustando un plato aquí, se le puede ver disgustado. Hubiera elegido el reservado pero como los temas que tocamos son sobre el centro, no le vi la necesidad de ocultarme. 

—Gracias de nuevo por la comida, no conocía de lugares como este — Gerald vuelve agradecer por enésima vez y yo rodar los ojos de lo exagerado. 

—Deja de dar las gracias cuando hiciste de maravilla tu trabajo, es un regalo mío — sigo dando a sorbos pequeños a la bebida roja que me prepararon especialmente de la carta.