Eduardo había pasado toda la tarde llorando en la tumba de su pequeña, cuando decidió no llorar más y ser fuerte por ella.
- No voy a llorar más, tengo que ser fuerte y aceptar que yo fui el único culpable de esta situación. Si tan sólo hubiera dejado que hablar aquel día a Erika que diferente sería nuestra vida- dijo Eduardo secándose las lágrimas.
Erika por su parte se había quedado dormida en su cama con todo el destrozo a su alrededor, Laura decidió que ella debía salir adelante así que procedió a llevarle comida.
- Mi amor, te traje de cenar- dijo Laura entrando con la bandeja de comida.
- No tengo hambre- dijo Erika secamente mientras algunas lágrimas empañaban sus ojos.
- Tienes que comer Erika, estás muy delgada- dijo Laura triste.
- ¡Te dije no quiero!- gritó Erika tirando toda la comida.
- Esta bien- dijo Laura saliendo de la habitación.
Cuando Laura bajó las escaleras se encontró con Denisse, Tomasina y Chayo tomando un té.
- ¿Y mamá? ¿Cómo está mi hermanita?- dijo Denisse en tono sarcástico pero nadie lo notó.
- La veo muy mal, tiró toda la comida- dijo Laura llorando.
- Señora hay que darle tiempo, la niña Erika perdió todo de un día para otro- dijo Chayo traquilizando a Laura.
- Yo quiero saber que paso con Eduardo, ¿A él también lo alejó?- dijo Tomasina.
- Al parecer si- dijo Laura limpiándose las lágrimas.
- ¿Vino Eduardo?- dijo Denisse con asco.
- Si, pero así como vino se fue. Quizás la niña Erika no quiso hablar con él- dijo Chayo.
- Eduardo no puede estar cerca de Erika y de eso me encargaré yo- dijo Denisse en su mente.
Pasaban los días y Erika seguía deprimida, no comía, no dormía, sólo lloraba y eso preocupaba a todos. Chayo por su parte se había regresado a la hacienda. Denisse había tomado posesión de toda la herencia, Eduardo había regresado a casa con su mamá.
- Vaya, vaya. Hasta que regresa el perro arrepentido- dijo Olga sonriendo.
- Déjame en paz- dijo Eduardo entrando a su cuarto.
- ¿Qué pasó la Buenfil no te quiere?- dijo Olga riéndose.
- Mi hija murió- dijo Eduardo entrando a su habitación llorando.
Depronto Olga sintió que su corazón se había quedado hueco, ella pensó que odiaría a ese bebé pero al parecer la sangre es la sangre.
Eduardo había comenzado a trabajar en la empresa cafetera, poco a poco su vida iba regresando al cause. Tenía que olvidar a Erika de alguna manera y el trabajo lo ayudaría mucho.
Erika por su parte se encontraba en su cuarto cuando Denisse ingresó.
- Hola hermana- dijo Denisse en el umbral de la puerta.
Erika volteó a mirarla y luego volvió a la posición en la que estaba.
- Erika, sé que por mi culpa pasó esto. No se como acercarme a ti sin hacerte sufrir, Erika somos hermanas no enemigas- dijo Denisse con la voz entre cortada.
- No quiero verte Denisse- dijo Erika limpiándose las lágrimas.
- Hermana quiero que hagamos las pases, mira te traje un té para que te sientas mejor- dijo Denisse acercándose.
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LA VIUDA NEGRA
RomanceLa gente que me lastimó pagará cada una de mis lágrimas, me hicieron pasar por loca, me quitaron a mi hija y él que yo pensé que era el amor de mi vida terminó burlándose de mi por culpa de una venganza que tenía pendiente con mi familia. Ahora 25 a...