CAPÍTULO DÉCIMO SEXTO: EL ADIÓS DE UN AMOR PROHIBIDO

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MARATÓN 5/5

Denisse había llegado nuevamente a su casa, ella se encontraba por abrir la puerta cuando escuchó como alguien se reía de manera burlesca. Sin duda ya sabía quien era.

- No puedo creer que el plan haya salido mejor de lo que pensé, yo quería alejar a mi hijo de tu hermana pero que ella se suicidara resultó mucho más gracioso- dijo Olga riéndose.

Denisse al escuchar eso se volteó con mucho odio y cacheteó a Olga quien también quedó mirándola con odio pero lo que ambas no sabían era que Eduardo se encontraba en el auto mirando todo lo sucedido, en ese momento él salió corriendo de su auto para encontrarse con Denisse y Olga.

- ¿Qué diablos te pasa, por qué golpeas a mi madre?- dijo Eduardo enojado.

- Por que la odiosa de tu madre se ha burlado de la muerte de Erika- gritó Denisse muy enojada.

- Esta mujer está loca hijo, ¿Cómo puedo burlarme de esa pequeña?- dijo Olga sarcástica.

- ¡Estoy harto de ti mamá! ¡¿Crees que yo no te conozco?! ¡Sé perfectamente de lo que eres capaz!- dijo Eduardo enojado.

- Hijo pero- dijo Olga siendo interrumpida por Eduardo.

- Te odio mamá, tú destruiste mi vida y la de Erika- gritó Eduardo entrando a la mansión para recoger lo que le faltaba de cosas.

Denisse entró enojada a su casa, pues ella también estaba cansada de Olga.

Eduardo recogió sus cosas y se fue a pesar de las súplicas de Olga, esta se encontraba caminando por su casa vacía cuando comenzó a recordar.

INICIO FLASH BACK:

- Yo quiero estar contigo para siempre Olga- dijo Manuel llorando aferrándose a Olga.

- Lo siento Manuel, yo te amo pero no puedo casarme con un pobretón como tú- dijo Olga dejándolo solo.

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- Hijo eres un gran hombre- dijo Olga abrazando a su hijo.

- Te amo mamá, eres la mejor- dijo Eduardo abrazando a su madre.

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- ¿Y? ¿La Buenfil no quiso saber de ti?- dijo Olga riendo.

- Mi hija acaba de fallecer, nació muerta- dijo Eduardo llorando.

- Mi nieta- dijo Olga con lágrimas en los ojos.

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Olga se encontraba de pie frente a la tumba que llevaba el nombre de MIA BUENFIL GIL.

- Pequeña, perdóname, perdóname por favor por ser una pésima abuela. Por mi culpa estás ahí- dijo Olga abrazando la lápida mientras lloraba y depositaba un pequeño peluche que había sido de Eduardo.

FIN FLASH BACK

Olga estaba perdida en sus pensamientos cuando decidió bajar las escaleras y no se percató de uno de los escalones cayendo estrepitosamente muriendo al instante. Eduardo regresó por unas últimas cosas cuando encontró a su madre tirada en un charco de sangre, él se angustió y comenzó a correr tomándola en brazos.

Eduardo tomó su pulso, estaba muerta, las lágrimas agolparon sus ojos y sólo gritó.

- ¿Por qué Dios, por qué me castigas así?- gritó Eduardo con lágrimas en los ojos.

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Eduardo se encontraba en una tarde lluviosa de Abril frente a la tumba de la mujer de su vida. ERIKA BUENFIL GIL decía aquella tumba, él estaba arrodillado cuando la lluvia comenzó a caer.

Él lloraba abrazado a la lápida, no había sido capaz de ir antes pues no era lo suficientemente fuerte como pensaba, dolía demasiado y las palabras simplemente no salían de su boca.

Mientras tanto en otra parte de la ciudad, había un niño que se encontraba vendiendo periódicos. Él era rubio y a la gente le parecía raro que un niño tan pequeño y lindo estuviera exponiéndose en la calle

Eduardo tomó su auto encontrándose en una parada con aquel niño, le llamó poderosamente la atención pues esos ojos le recordaban a alguien pero no sabía a quien por lo que siguió su camino y fue directo a la cabaña a la que iba con Erika, recordando los bellos momentos él se echa encima de la cama y aún pudo percibir el olor en la almohada de Erika.

Él abraza la almohada entre llantos como si fuera Erika.

- Perdóname, perdóname si te ofendí, si te hice daño. Perdón por no estar contigo cuando más lo necesitaste, no me dejes, no te vayas de mi- decía Eduardo llorando mientras miraba una mujer en su cama, era el espíritu de Erika decía él.

Habían pasado 5 años desde que Erika había muerto, en una hacienda lejos de la ciudad había un gran ventanal, se podía percibir unos ojos grandes y azules que apreciaban el maravilloso paisaje, su cabello marrón y su piel blanca como la nieve encerraban todo lo perfecto que había en esa mujer.

Un hombre de se acercó paso a paso a ella quien se encontraba dándole la espalda, él le repartió un beso en la mejilla cuando pequeños pensamientos llegaron a su mente. 

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¿QUIÉN SERÁ ESA MUJER?

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