Rebel Hybrid🐇 MarkBeom/Bmark

11. 🐇

JaeBeom se la había pasado en su oficina trabajando, el día de hoy estaba siendo un día pesado y lleno de estrés.

Junta tras junta, pendiente tras pendiente, todo era un caos en su cabeza, habían cientos de problemas, percances, y la maldita estimación no estaba lista, ya llevaban tres días de retraso.

— Hye, entrega esto a la sala de diseño. — le dió tres carpetas. — Esto a Wang. — una carpeta más. — Y esto a recursos humanos. — cinco carpetas más.

— Entendido — la secretaria abrió la puerta con dificultad con tantas carpetas en mano. Chocando con Mark. — Lo siento, joven Mark. — de disculpó retomando su camino.

— No te preocupes — se adentró a la oficina encontrándose con un JaeBeom muy apurado.

— Hey, se supone que iría por ti — frunció el ceño al verlo llegar.

— Te marqué y no me respondiste, idiota — se llevó sus manos a la cintura — así que me vine en taxi.

JaeBeom miró su teléfono un segundo y se dió cuenta que estaba en silencio con tres llamadas perdidas de Mark.

— Perdón. — continuó tecleando en su computador.

— ¿Perdón? ¿Nada más dirás eso? Te esperé como una hora como idiota con la esperanza de que me devolvieras la llamada.

— Estoy ocupado Mark, no tengo paciencia para tus tonterías.

— ¿Tonterías? — bufó — ¿Al menos un hola? ¿Como me te fue? ¿No? — frunció el entrecejo. — ¡Te estoy hablando maldita sea!

— ¡Y yo te dije que estoy ocupado niñato! — salió de su oficina con un par de papeles más.

¿Que se creía ese hijo de puta? ¿Así va ser cada vez que esté de mal humor?. Bufó. Con fastidio se dejó caer en el sofá, sacó su laptop para hacer unas cosas de la universidad. Ya que nadie le había preguntado sobre su día pues el hablaría consigo mismo.

— Sin contar lo del desayuno, mi día fue bueno, se ve que esto de la universidad será interesante — tecleaba en su computador. — Me agrada.

JaeBeom regresó más enojado que como se había ido, azotó la puerta y volvía a su computador.

— Estoy harto, del personal de recursos humanos tan incompetente, lo voy a correr. — tomó el teléfono de la oficina. — Jackson corre al idiota de Jinhwa, con la mitad de su liquidación y sin referencias — colgó. Dejó caer su cabeza al escritorio y su manos jalaban sus cabellos.

— ¿Estás bien? — preguntó el híbrido asustado.

— ¡Sí! ¡No ves que estoy de lo más feliz! — respondió con sarcasmo e ironía.

— Hey cálmate, yo no tengo la maldita culpa de lo que sea que te esté pasando. Te ayudaré — se levantó al sofá para llegar a esta JaeBeom que seguía con la cabeza abajo.

— No entiendo cómo podrás ayudarme, todavía no entiendes y voy a perder tiempo explicandote.

— Ya sh~ no te voy a ayudar de esa manera — recorrió sus manos por la espalda ancha de JaeBeom, comenzando a hacer un ligero masaje. — Quítate esto, hace calor — se deshizo de su saco, para continuar con el masaje. El mayor cerró sus ojos dejándose llevar por las manos del híbrido.

— Esto me hace perder más el tiempo... — murmuró.

— Estás muy tenso, tienes que relajarte verás que todo se solucionará más rápido... — susurró al oído dejando un pequeño beso.

— Estoy curioso de saber cómo me vas a relajar.

— ¡No pienses en nada sucio! — golpeó su hombro.

— No lo hago — tomó de su brazo. — Solo ven y bésame. — lo jaló para sentarlo sobre sus piernas, el híbrido se acomodó mejor sobre su regazo, y así comenzarlo a besar. Realmente sus labios lograban tranquilizarlo, eran suaves y dulces, podría vivir de ellos sin ningún problema, aunque tener el peligro de obsesionarse con ellos, si no es que ya lo estaba. Adentro su lengua en la boca del híbrido fue muy bien recibida, cuando este jugaba con la de ambos, JaeBeom apretó sus caderas hacía él, provocando un jadeo por parte del menor, joder había sido un sonido tan glorioso. Bajó sus manos para llegar a su trasero, topandose con aquel rabito, tan suave como una bola de algodón. Apretó una de sus nalgas y nuevamente había soltado un jadeo.

— Esto... Es complicando — murmuró difícilmente el mayor. — Besarnos de esta manera es peligroso. — bajó sus labios hacia el cuello.

— ¿Por qué?.

— Porque estamos jugando con fuego, cuando sabemos perfectamente que no podemos. — se detuvo.

— Pero a mí me gusta.

— Que te guste no significa que esté bien.

— Es que es la única forma en la que podemos estar cerca... Cerca de esa forma, lo demás yo le tengo miedo JaeBeom.

— Yo te enseñaré a no tenerle miedo a nada — Continuó comiendo sus labios — Me encantas bebé y todo a lo que le tengamos miedo, lo venceremos juntos ¿Si?.

Asintió— ¿A qué le temes JaeBeom?.

— A muchas cosas y se ha añadido una reciente... Que pronto te contaré.

— Bien, lo acepto — mordió el labio inferior de JaeBeom. — ¿A qué ya estás mejor verdad? — sonrió.

— Lo estoy, cuando estoy contigo todo es mejor, lamento gritarte hace rato.

— Está bien, a veces puedes ser idiota pero ya me estoy acostumbrando — rió. — Así te he aceptado.

— ¡Hey! ¡No soy idiota!.

— ¡Claro que sí! Pero lo importante es que eres mi idiota, no cualquiera tiene ese privilegio así que puedes sentirte orgulloso.

— No sabía que eras tan egocéntrico.

— No es egocentrismo, es la verdad.

— Ya cállate por favor — rió para continuarlo besando.

Dentro de Mark estaba desarrollando emociones desconocidas y extrañas para él, estaba confundido, nunca había experimentado algo que no tenía ni la menor idea de lo que era, la cercanía de JaeBeom, su forma de ser, de tratarlo, de cuidarlo, esa posesividad tan propia y divertida, le hacía querer estar con él toda la vida ¿Toda la vida? Eso era muy extremo, Mark estaba miedoso pero sin embargo quería seguir investigando que tantas emociones podía desarrollar dentro de él. JaeBeom tenía mucho poder sobre él, pero sabía que faltaba algo.

Le estaba entregando su alma a una persona que un día como cualquiera llegó para adoptarlo para quitar la soledad que vivía con él, aquellos ideales que tiene Mark, se estaban derrumbando. Exceptuando uno.

El entregar su cuerpo.

Lo deseaba pero le aterraba la idea, la idea de que lo mirara de manera sexual, él no era un objeto sexual, él quería ser amado. Él no quería ser como los demás híbridos, que simplemente son utilizados con fines sexuales, él quería algo más, algo más fuerte.

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