Capitulo catorce

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Capítulo catorce

Liam se movió en el sillón, no estaba incómodo, al contrario estaba demasiado cómodo… Supo que algo no estaba bien. Abrió los ojos rendido a la petición de su cerebro de inspeccionar el problema. No estaba en su casa, se sentó de pronto y se fijó en la habitación donde se encontraba.

Se pasó la mano por la cara y supo que nunca había regresado a su casa. Miró el reloj colgado en la pared: las tres de la mañana. Genial, ahora tendría que caminar junto al frío para llegar a su casa, gimoteó unas cuantas veces y luego hizo silencio. Sintió un gemido… Ese no había sido suyo.

Se asomó y supo que provenía de la habitación de Zayn. No quiso ni imaginar por qué gemía, así que no le dio importancia y se dispuso a vestirse con su ropa que estaba doblada sobre el sillón. Se puso la remera y el calzoncillo y volvió a sentir un gemido pero esta vez no pudo ignorarlo, dejó lo que quedaba de la ropa sobre el sillón y subió las escaleras hasta la puerta de la habitación de Zayn. Estaba acostado pero se movía de un lado para otro como si tuviera una especie de pesadilla. Liam lo miró desde allí y se maldijo por no poder dejar todo como estaba e irse. Entró.

Camino despacio para no asustarlo y con una voz suave le habló.

—¿Estás bien? —le susurró.

Zayn abrió los ojos hundidos en la almohada de repente, se giró y vio a Liam parado en frente de él con una remera blanca y calzoncillos blancos y lo miraba con preocupación. Tanta fue la sorpresa que se olvidó de esconder sus lágrimas y dejó a la vista su mirada triste y húmeda.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó sin ánimo de ofender, realmente no se acordaba.

—Ya preguntaste eso. —le dijo Liam.

Zayn olvidó como responderle, estaba ido. Lo único que hacía era mirarlo con desconcierto y con los ojos bien abiertos. Liam se le acercó y el morocho retrocedió, puso sus manos entremedio de ellos dos de esa forma evitaría que se acercara más.

Liam le tomó las manos delicadamente, sabía que podía hacerle doler las muñecas.

—¿Qué te ocurre? —le preguntó seriamente. —¿Qué te duele?

Zayn bajó la mirada.

—No es la clase de dolor que curas con un medicamento—le dijo.

Liam lo miró y Zayn por primera vez le tuvo miedo de verdad. Pensó en echarlo de su casa, pero antes debía salir vivo, parecía estar en sus planes darle un mordisco. Pero para su sorpresa, Liam tomó su mano y acercó sus labios y plantó un beso sobre la venda de su muñeca. Zayn lo miraba sin poder creerlo aún, los besos no se detuvieron ahí… Sino que avanzaron a lo largo de su brazo y cuanto más cerca de su rostro estaba, más rudos eran sus movimientos. Llegó al hombro y siguió hasta el cuello donde mordisqueó desesperadamente, se detuvo en su clavícula y luego descendió hasta las costillas y el ombligo, en el cual dejó entrar su lengua.

Zayn se erizó como jamás creyó posible y sus labios se abrieron en el intento de gemir, pero no salió ningún sonido.

Liam no tenía tiempo que perder, ni quería hacerlo. Fue bajándole los calzoncillos a la par de los besos, la ropa interior llegó hasta los pies del morocho y terminó en el suelo. El castaño le abrió las piernas y se metió en medio de ellas, pero no subió a la cama, ahora su cabeza estaba frente a la entrepierna de Malik. Tomó en su boca lo que más pudo tratando de no activar su reflejo del vómito, las manos de Zayn se alzaron y buscaron reparo en el respaldo de la cama mientras observaba la lujuriosa escena. Liam se bajó los calzoncillos y no dudó un momento en empezar a tocarse… Ni en un millón de años hubiera encontrado algo que lo excitara tanto, ni tampoco encontraría a alguien que se dejara hacer tanto y sin pedir ningún tipo de explicación.

—¡Ah, Liam! —le gritó Zayn.

Liam adquiría el ritmo que deseaba, Zayn nunca lucho por arrebatarle el papel de dominante, simplemente se limitó a disfrutar, después de todo, Liam Payne no hacía eso con cualquiera.

El castaño tragó y quitó el pene de su boca, gimió. Zayn lo devolvió a su tarea cuando le acercó la cabeza de nuevo a su entrepierna y esta vez, Liam tomó un ritmo ligero, el morocho supo por qué.

Liam le apretó las piernas y olvidó su masturbación para encargarse de hacer mejor su trabajo en Zayn. Las abrió más e intentó encerrar hasta el último centímetro en su boca… Lo logró.

—¡Ah! ¡Oh, eso… Eso es! —Zayn gimió con sus últimas fuerzas. Y lo miró con la mirada oscurecida, todo su cuerpo estaba rojo, su corazón latía demasiado fuerte, por ende la sangre viajaba con rapidez por sus venas. ¡No podía esperar más!

Zayn pestañeó pesado.

—Hazlo—le dijo Zayn y cerró sus ojos con fuerza. Liam levantó la vista preguntándose a qué se refería. —Termínalo.

Con mucho gusto Liam siguió con su trabajo, pero esta vez se acordó de sí mismo. Los gemidos de Zayn eran como diez mil manos tocándolo por todas partes, no necesitaba mucho movimiento manual. Estaba a punto de eyacular de solo oírlo.

Estaba en la cima, ya no creía poder sostenerse allí. Abandonando el pene del morocho, Liam gritó su orgasmo con salvajez, sus ojos los cerró y su cuerpo se retorció sin poder controlarlo. Zayn hacía lo mismo, estaban muy cerca, tanto así que Liam no tuvo que hacer mucho para degustar el semen de su compañero, el cual cayó justo en sus labios.

Zayn soltó un suspiro agotado y miró hacia abajo, Liam tenía los ojos cerrados. El morocho hizo lo que pudo para incorporarse y limpiar las gotas de semen que quedaron sobre sus labios con su pulgar, que Liam no vaciló en probar.

Zayn gimió y lo miró demasiado extrañado y Liam le dijo lo mismo con la mirada.

—Espero que puedas dormir ahora. —le dijo Liam mientras se calzaba los calzoncillos y se dirigía al baño.

Zayn cayó de espaldas sobre el colchón y oyó el sonido de la ducha. Se sonrió débilmente y cerró los ojos. Poco le importó lo desnudo que estaba, ni lo traspirado, ni que el semen seguía sobre su estómago. Así durmió tal y como Liam lo había dejado.

Pero su cabeza no estuvo tranquila esa noche, no después de semejante momento. Ni un minuto dejó de preguntarse si el propósito final de su visita había sido este. Pero tampoco pudo dejar de cuestionarse por qué el dolor plantado en su pecho se había aliviado, por qué cuando los labios del castaño se posaron sobre su piel, fue como si lo que lo aquejaba se desprendiera de su alma. Era muy tarde y estaba muy cansado para pensar en las respuestas, sin embargo supo que ese efecto no lo había logrado nadie y que fuera lo que fuera el poder que Liam tenía, lo llevaría a tener problemas los que no pudo rotular como terribles o prósperos. Solo los llamó problemas, quienes no faltaban en su vida, pero por primera vez estaba interesado en que este en particular se desarrollara.

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Pequeña maratón de dos capítulos :) Gracias por el apoyo y por leerme. Siganme en @LikeLoversFics (twitter de novelas) o en @myrolemodelselg (twitter fan)

Barely Breathing (Ziam Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora