Un poco de papelerío después, me dieron el alta, y sentí que me tendrían que volver a meter en el hospital, por el estrés que tenía encima.
-¿Te llevo a casa? –Se ofreció Calum, y puede que yo haya estado un poco de mal humor, pero el intento fallido de asiático me tenía cansada usando cualquier excusa para salir en su auto. Ya todos entendíamos, el tenía carnet de conductor, felicitaciones.
-No, gracias. Prefiero caminar. –Le aseguré, la recepcionista me miró con cara de “qué-crees-que-haces”, y tal vez tenía razón, no era lo más prudente caminar sola a casa, ¿Pero quién me iba a llevar?, Mike en su bicicleta (Que probablemente, después de dos cuadras, me obligue a llevarlo a él), el conductor compulsivo, el internado, o mi exnovio, todas opciones decadentes.
-¿Estás segura?, te puedo llamar un taxi. –Ashton habló, de modo que se unió a todos los demás en la recepción.
-Sí, no hay drama. –Empecé a caminar, pero él me agarró del brazo. ¿Nunca me iba a dejar ir del todo, no?
-¿No querés que te acompañe? –Abrí los ojos, la mini-Meg que habita en mi cabeza se rió, ¿Solos?, ¿En un auto?, ¿Cuando estoy con ganas de matar a todo el mundo?, no gracias, querido exnovio que desaparece por dos años dejando sólo una carta para excusarse. Encima me miraba con una cara que sugería algo más, y parecía un imbécil.
-Nop. Nope. Definitivamente no. Gracias Ashton, pero es excesivamente incómodo. –Haber estado acostada sobre una almohada descartable, sábanas que tal vez estaban puestas en ésta misma cama cuando alguien se murió dentro de ella, y un colchón más fino que un pelo, produjo que llegue a mi límite. Además, que me disculpen, pero necesitaba tiempo para mí. Es decir, durante dos años creí que mi exnovio estaba muerto, y ni si quiera estaba segura de si era mi exnovio, o seguíamos juntos, o qué, porque ni si quiera me pudo decir las cosas en la cara. Entiendo que le haya dado vergüenza y todo eso, pero yo merecía un rompimiento como la gente. A todo eso, se dignaba a enviarme un mensaje como si no hubiese pasado nada, y ahora me llamaba como línea de emergencia porque no sabía qué hacer con su mejor amigo desangrándose, sin tener ni un poco de tacto en cuanto a que Luke también era mi amigo, simplemente me dejó entrar ahí, y verlo agonizar, sabiendo que yo no podía hacer nada al respecto. Para colmo, ahora sugería que estemos solos, y no, no iba a pasar. Megara Philman ya había tolerado demasiado, tanto, que ya estaba hablando en tercera persona.
-¿Estás bien, Meg? –Cal preguntó, y sentí que explotaría de ira, estrés, asco. Me quería bañar, y colgarlos a todos de un puente, todo al mismo tiempo. Mike notó mi nivel de mal humor, y se cubrió la boca al reírse porque sabía que él mismo tendría que lidiar conmigo si hacía algo que me molestaba.
-No, Calum. No estoy bien. Dejé que cierto pelotudo –Señalé a Ashton- arruine dos años de mi vida, y lo dejé volver como si nada. Encima estás vos, pedazo de imbécil, conductor compulsivo, aborto de asiático, que se cree mi mejor amigo y anda haciendo comentarios y ofreciendo idioteces cada dos por tres. Y acabo de despertarme en un hospital asqueroso, y la verdad, todo lo que quiero, es ir a casa, bañarme, y relajarme por dos putos segundos, porque parece que todos ustedes están en contra del buen sueño, y parecen negados a darme dos. Segundos. De. Paz. –Hablé con mi voz aguda, la voz histérica. Ashton me miraba estupefacto y Calum mantenía su ceño fruncido desde la parte de "Aborto de asiático”. Mike se estaba muriendo de risa internamente, pero lo contenía.
-Vos. Vení. –Le ordené al peliazul y caminé hasta la salida del hospital. Él me siguió.
-Buen discurso. –Se burló, acomodando la parte de abajo de su remera negra.
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Destinados. (Ashton Irwin).
FanfictionÉl desaparece después de seis meses de relación, dejando sólo un mensaje excusándose. Ella debe descubrir qué se esconde detrás de la enfermedad terminal de su exnovio. ______________________________________________________ Segunda parte de "Mensaje...