Destinados. (Ashton Irwin).

Cap. 18: Día 8.

Megara P.O.V.

Sábado. 8. 17am. Sídney, Australia.

                -¡Meg, por favor!, ¡No hagas eso! –Luke me rogaba en el otro lado de la línea, porque sabía perfectamente, cuando me fue a buscar a lo de Mike y yo ya no estaba, que al contrario de lo que mi mejor amigo pensaba, yo no estaba haciendo mandados, ni había salido a caminar.  Lágrimas se deslizaban rápidas sobre mi cara y ni intenté detenerlas porque sabía que sería en vano.

                -Ya es tarde, Lukey. Perdón.

                -¡No me podes dejar acá, con los chicos!, ¡No le podes hacer eso a Mike!, ¡O a Ash!, todo iba tan bien con él… ¡Lo vas a dejar roto!, por favor, por favor, por favor, Meg. Volvé, voy a hacer lo que quieras, pero necesito que te quedes, por nosotros, por todos. –El guitarrista me rogaba, su voz quebrada al otro lado de la línea, era obvio que estaba llorando, sonaba tan desesperado…

                -Lukey, vos quebraste hace un tiempo, ¿Te acordas? –Le expliqué con calma.

                -Sí, Meg, pero… Fue diferente, yo me corté para… -Sonaba avergonzado y lo interrumpí, en parte para que no sufriese al recordarlo, en parte por otra cosa.

                -Para salir. Para irte. Como forma de escape. Yo no puedo más. No sé qué es, específicamente, pero estoy harta, necesito irme lejos.

                -¿Pero y el curso de fotografía?, Además quedan dos días para terminar la recuperación, soportalos, por favor, por Mike. No podes irte, no podes simplemente salir de todo esto, por favor.

                -Luke, no lo hagas más difícil. Me voy a ir.

                -Voy con vos. –Afirmó. Negué la cabeza, aun cuando no podía verme.

                -No, Luke. De ninguna manera.

                -Sí, Meg. No quiero estar solo acá, no puedo…

                -¿Solo? –Pregunté. –Tenes a Mike. Ash es tu mejor amigo, si decís que se va a romper porque me vaya yo, no va a tolerar perdernos a los dos, no hagas esto.

                -No, Megara. No me eches la culpa por tus errores, si te vas, nos vamos los dos. –Llorando más, como un nene que lo estaban echando del patio de juegos.

                -No sabes dónde estoy.

                -En el aeropuerto, dejaste una nota en la pieza de Mike, ¿Te acordas? –Me recordó, y yo cerré los ojos con fuerza.

                -Basta, no hagas eso. Eso fue exactamente lo que me hizo irme. Dejá de presionarme, de hacerme tomar decisiones con respecto a otros. Me voy a ir, y punto. No me interesa lo que hagas. –Corté la llamada.

                Sábado. 9.42am. Sídney, Australia.

                -¡Meg!, ¡Menos mal que atendes!, ¿Dónde estás?, así te voy a buscar. Te estás perdiendo la mañana del día ocho, querida. ¿Lo viste a Luke? –Era Mike. Yo estaba en alta voz, había más gente con él. Si Luke no estaba con ellos, había venido a buscarme. Miré para los costados, tratando de ver si veía al rubio, para esconderme de él.

                -Yo… eh, no me sentía bien, Mikey.  ¿Luke no está con ustedes? –Me hice la tonta.

                -No, dijo que iba a estar con vos. –Esta vez fue Ashton quien habló.

                -Hola, Ash… Eh, ¿Podemos hablar… solos? –Le pregunté.

                -¿Me puedo quedar? –A penas escuché, Mikey habló lejos del teléfono.

                -Listo, ¿Qué pasa, amor? –Preguntó todo contento, y me dio ganas de llorar, no le iba a mentir.

                -Me voy, Ash…

                -¿A dónde te vas? –Sonaba confundido.

                -No sé, pero no voy a volver. No voy a seguir con el plan.

                -¿De qué hablas?, ¿No queres que te pase a buscar, y hablemos? –Sugirió, negué con la cabeza aunque no podía oírme.

                -No se puede, Ash. Me estoy yendo, de Sídney…

                -¿Qué?, ¿Es una joda?

                -No, perdón.

                -¿Me estas cargando?, ¿Pero…?, ¿Por qué?, ¿A dónde vas?

                -No sé, no puedo estar acá, es muy intenso y… -Me callé ante un suspiro potente de parte de él.

                -Siempre haces lo mismo. Las cosa se vuelve intensa y vos te apagas. No haces nada. Si todos se van, vos no lo toleras y te quedas, si estamos todos acá, no lo toleras y te vas. Es una estupidez…

                -No entendes, yo…

                -Hacé lo que quieras.

Sábado. 4.33pm. Liverpool, Inglaterra.

                -Hola Meg. –El mensaje de voz empezó. –Soy Mike. Tu mejor amigo, sí, ese. Luke se fue con vos. Me dejó una linda nota explicando todo. Y no puedo creer que hayas sido tan egoísta de sacarme a la única persona que me pudo hacer feliz después de Geordie, sacándote a vos. Él seguro está ahí, así que mandale un saludo de mi parte, y por favor no vuelvas, chau. 

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Odiemos a Meg todas juntas, dale. 

Clary.