La vida.

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Omnisciente.

El día era caluroso, algo comprensible en el estado de California, mas bien en Los Ángeles una de las ciudades mas populares del mundo, todos alguna vez hemos escuchado sobre ella y bueno también sobre su Universidad California de Los Ángeles, o como su abreviatura UCLA, donde solo entraban las personas con gran influencia o con una capacidad intelectual superior al nivel, todas las carreras pensadas estaban en ese lugar, con facultades impresionantes y por supuesto dando espacio al desarrollo de todos sus estudiantes, con lugares para que cada uno de ellos pueda expresar y hacer lo que mas les gustaba, desde los deportes hasta la fotografía o solo un club de ajedrez, el ambiente era bueno donde las amistades crecían y miles de historias se creaban, esto era la UCLA.

-¡Jauregui a la izquierda!- exclama el hombre tocando el pito en su boca fuertemente. -¡Cuidado con tu espalda, acuerdate Parker miro y paso!- le hace señas con sus dedos.

Lauren Jauregui puso ambas manos sobre sus muslos sintiendo el sudor correr por su cuello sin dejar de escuchar los constante gritos del preparador físico como en cada entrenamiento del equipo de fútbol femenino de la UCLA, estaba agotada, ese día se habían encargado de sacar hasta la última gota de sudor previo a la  nueva temporada donde peleará no solo por un trofeo contra las otras universidades de los Estados, sino también por una citación a la selección femenina de fútbol, era importante dar lo mejor de ella para conseguir esa oportunidad.

-¡Trote suave de tres minutos y terminamos!- dicta el preparador físico mientras un coro de suspiros de alivio se escucho en el campo de juego.

Lauren miró a su "socia" de la delantera, Sophia Smith quien arrastraba las piernas sobre el pasto, se veía fatal a esa alturas, parecía un muerto caminando y eso era terrible para la chica que afuera del campo de juego era toda una diva, pero aun así rompió el prejuicio de su familia al pensar que una mujer no podía jugar fútbol porque según ellos era un deporte para hombres, Sophia les rompió el culo al demostrar todo su talento en el primer partido a los dieciocho años, ahora a sus veinticuatro años apunto de terminar la carrera y con pocas esperanzas de ser citada a la selección demostraba aun porque el fútbol también era de mujeres.

-Estoy derrotada.- declara su amiga.

-Si no tuvieras sexo como animal estarías recuperada.- alardea Lauren riendo por lo bajo.

-¡No es cierto!- se queja, sacando el dedo corazón. -Ademas no es mi culpa que Christopher sea tan bueno en la cama.- dice por su novio, Lauren hizo una mueca de asco.

-Un milagro que un hombre sea bueno en la cama.- ambas soltaron una carcajada.

-Creo que te buscan.- señala hacia las gradas, Lauren rodó sus ojos al ver como el imbécil de su mejor amigo movía los brazos efusivamente para llamar su atención.

-¿Ahora que quiere?- murmuró escuchando el pitido que finalizaba con la practica.

-No lo se, pero Zayn es un chico sexy, si fuera mi mejor amigo créeme que me lo follaria.- dice con una sonrisa pervertida haciendole ojitos a Zayn y bueno el no se quedaba atrás, Lauren rió fuertemente sabiendo que jamás podría estar con Zayn ni con ningún hombre, no le gustaban.

-Tienes novio So.- le recuerda.

-Me gustan los tríos, te veo en el camarín.- dice con normalidad para caminar hacia el vestuario dejando a Lauren negando divertida.

La futbolista observo como el hermano de su otra madre se acercaba a ella con la sonrisa coqueta que le caracterizaba, mirando mas a sus compañeras de equipo que a ella. Zayn Cabello no tenía nada que envidiar a ningún otro chico, era guapo, alto y con un físico trabajado, ojos hermosos color miel que te atrapan y no puedes escapar de ellos por mas que quieras, piel morena y un par de tatuajes que lo hacían lucir mas rudo de lo que era, Zayn tenía arrastre con el sexo opuesto.

Detras de la Amistad. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora