Capítulo 19

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Habían pasado varios días, realmente no sabía cuántos con exactitud, desde que su padre le amenazó y pegó. No le dijo nada a nadie, ni a su hermano, ni a BaekHyun, siquiera su madre le sacó el tema o le preguntó cómo estaba y él solo decidió hacer como si en aquella habitación no hubiera ocurrido nada. Decidió aguantar un poco más.

Sin darse cuenta se encontraba ya en un viernes, en su último viernes antes de que acabaran las vacaciones y se sorprendió demasiado porque todo había sido tan loco y fugaz que sintió una extraña nostalgia y tristeza porque parecía que las personas que habían entrado en su vida durante aquellos meses, también iban a quedarse atrás junto al verano.

Hacía días que ya no veía a JongDae, XiuMin y BaekHyun, como mucho hablaba por mensajes con este último. No quedaba con ellos porque por un lado comenzó a sentir que sobraba, que ellos tres por sí solos encajaban a la perfección y que él era solo una pieza sobrante del puzzle. Al menos tenía la certeza de que BaekHyun aún lo quería junto a él y pese a que en parte lo sabía, le aliviaba un poco cada vez que le decía que echaba de menos su altura cuando iban a comprar patatas en la balda de arriba del supermercado; de algún modo sabía que esa era su forma cariñosa de decirle que echaba de menos salir con él.

Aún así esos días se mantuvo en su casa, concretamente en su cuarto y los únicos contactos con el exterior eran su mejor amigo y su hermano, para quien todo iba y tenía que ir bien; al fin y al cabo no quería preocuparle por nada.

Durante esos días en los que solo podía leer y releer los libros de su estantería, se preguntaba cómo estaba JongIn, qué estaría haciendo, si ya se habría olvidado de él o si lo habría reemplazado. No hacía falta ser un genio para darse cuenta de la baja estima que se tenía a sí mismo y lo peor de todo es que ya lo tenía como algo normal tratarse así, creer que a ciencia cierta él no se merecía algo mucho mejor de lo que tenía.

Prácticamente vagaba por su cuarto sin alma, sin realmente una motivación para moverse; había llegado a un momento en su vida en que hacía las cosas por costumbre, comía porque debía y no porque quería, dormía porque su cuerpo lo necesitaba y no porque le apeteciese, hasta sus ojos se deslizaban por las líneas de la página de cualquier libro porque eso era lo único que podía hacer, pero siquiera recordaba qué o cuánto había leído.

¿Dibujaba? Tampoco se acordaba de ello con exactitud, algún lienzo emborronado con líneas que no llegaron a nada le decían que al menos lo había intentado. Así se mantuvo hasta ese viernes, donde su padre por primera vez en días le volvió a dirigir la palabra, entrando a su cuarto de golpe pero sin enfado, simplemente siendo él.

—Vístete, nos vamos.

No se opuso porque, ¿para qué? Aún si ya llevaba ropa puesta sabía que su padre no quería que saliese a la calle con unos pantalones cortos y una simple camiseta. Se cambió cuando salió, poniéndose una camisa de seda manga corta de color marrón claro y unos pantalones negros que si bien no eran pertenecientes a un traje, tampoco eran simples vaqueros informales.

Por suerte Oh JinHong no puso impedimento en su elección, así como tampoco le dirigió la palabra durante el camino en coche y por supuesto no le dijo a dónde iban. SeHun tampoco preguntó, no tuvo oportunidad y sinceramente no quería; se despidió de su madre quien solo le dio un maternal beso en la frente que a él ni lo curó de los males ni le produjo ningún sentimiento distinto a la indiferencia.

El viaje fue un tanto largo, unos cuarenta minutos en coche por las calles de Seúl, alejándose de su barrio y de cualquier zona que conociese entrando en urbanizaciones empresariales y más refinadas. Miró por la ventanilla con el ceño ligeramente fruncido cuando se detuvieron frente a un gran edificio, el único que sí pudo identificar como el antiguo buffet de abogados de su padre.

Entre líneas { KaiHun / SeKai }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora