Capítulo 23

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Los días pasaban con una lentitud exhaustiva. JongIn había entrado en un bucle temporal que parecía no acabar, en el que cada cinco minutos miraba el reloj pensando que habían pasado dos horas. Se sentía bastante frustrado y melancólico, en un estado continuo de tristeza e inconsciencia ante lo que le rodeaba que solo provocaba que estuviese ajeno a toda realidad.

No recordó haberse sentido así desde que su padre los abandonó y los dejó de lado, desde que su escuela de baile cerró y él se vio en un callejón sin salida, atado de manos y piernas. Por aquel entonces, sin embargo, aquel estado duró mucho menos de lo que estaba tardando esta vez en recuperarse. Supuso que se debía en parte a las compañías que tuvo en cada momento.

Cuando pasó lo de su padre, tuvo tres grandes pilares que lo sustentaron; sus hermanas y su madre, quienes pese a pasarlo igual de mal que él fueron fuertes por su propio bien, no dejaron que él las viese llorar y lo ayudaron con todo lo que pudieron.

De igual forma, JongIn fue igual de afortunado en cuanto a amistades se trataba. SeulGi y TaeMin lo pasaron igual de mal que él y tal vez sentir a alguien cercano que entendiese tus sentimientos sin juzgarte por ser rabietas de críos lo ayudó bastante.

No obstante ahora todo era muy complicado, difuso, porque no sabía cómo gestionar su tristeza; esa que había durado días y días y que solo desapareció momentáneamente cuando SeHun durmió en su casa. ¿En quién debía exactamente desahogarse? No sabía si quería oír los comentarios y consejos absurdamente francos de su madre, tampoco se veía con ganas de escuchar las regañinas de SeulGi, soportar las miradas analíticas de TaeMin y contemplar cómo ChanYeol intentaba calmar el ambiente tenso.

No se podía engañar, con quien quería estar y la persona a la que quería abrazar y no soltar era SeHun; y no podía. Él, como persona demasiado ingenua y esperanzadora que a veces era, de verdad creyó que tras dejarse abrazar todo comenzaría a ir bien entre ellos. Pensó que SeHun le diría lo que tuviese que decir y que acabarían arreglando las cosas entre ellos de una forma u otra, y volverían a como estaban.

Sin embargo nada fue como él lo esperó y quizás se debiese a que tampoco se vio venir toda aquella información por parte de SeHun; al fin y al cabo, por más mentalizado que intentase estar tras la confesión de BaekHyun, siempre era algo que acababa sorprendiendo.

Se dio cuenta de que todo parecía mucho más complicado de lo que él creía, guiándose demasiado por el tópico de querer salvar a SeHun de sus demonios cuando ni siquiera los conocía bien. No sabía que todo se le escapaba de las manos y de su poder, él no podía hacer realmente nada por más que lo intentase y le molestaba saber ese hecho; saber que no estaba en su decisión y en su mano, que solo era un desesperado por el cariño de alguien que no sabía que calaría tanto en su vida.

Pensó en muchas cosas cuando SeHun se fue con su hermano, no sabiendo si realmente iba a vivir con él pero sí algo más calmado ante aquella idea que decidió creer. Recreó la escena de su cuarto una y otra vez, quedándose con la parte de la almohada y las sábanas que todavía olían a SeHun.

No quería molestarse ni enfadarse porque en el fondo entendía que necesitase tiempo para él, para pensar, sin embargo inevitablemente no pudo evitar creer que él era en parte causante de los problemas de SeHun, que si no fuera por él SeHun no se sentiría tan vulnerable y atemorizado por lo que suponía tener algo con él. No pudo evitar pensar que igual SeHun lo estaba viendo como un error, una mancha en su vida que quería borrar, y francamente tuvo miedo a que ocurriese.

Por eso pudiese ser que los días posteriores todo fuese mucho más lento para él, manteniéndose día sí y día también nervioso e inquieto, no sabiendo si ese día SeHun le enviaría un mensaje o si, por el contrario, ese mensaje no llegaría nunca.

Entre líneas { KaiHun / SeKai }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora