Capítulo 22

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Los días se sucedieron uno tras otro. Desde aquel mismo sábado SeHun comenzó su tediosa mudanza hacia la que sería su nueva vivienda. La emoción y la adrenalina que vivió al momento de ver a su padre rabiando por dentro le impidió darse cuenta de todo el trabajo que tendrían que hacer en tan solo un fin de semana.

Pese a que no era una mudanza completa y no tenía que cargar con muebles ni nada por el estilo, el chico tenía que admitir que poseía demasiadas pertenencias. No quería dejar nada atrás y estuvo seguro de ello cuando se lo dijo a su hermano pues aquello significaba que siempre habría un motivo para volver a pisar esa casa, y ahora que ya había saboreado la libertad no quería volver a quedarse sin ella ni atreverse siquiera a jugar con esta.

En aquel dormitorio tenía toda su vida, su existencia al completo que iba desde libros desgastados de cuentos y leyendas infantiles hasta todos y cada uno de los libros de Neil Geiman. Lo único que sentía al tener que dejar atrás el lugar eran los recuerdos de su infancia, en donde jugaba a los piratas con su hermano o se dormía en el regazo de su madre mientras ella le contaba un cuento. Todo lo bueno que había ocurrido en su vida se remontaba a sus primeros años y tal vez, el saber y pensar que posterior a ello todo había sido una cuesta abajo, un conjunto de tristezas, pesadumbres y malas vivencias con su padre, lo ayudaba a que fuera mucho más liviano salir de ahí.

Lo primero de lo que se encargaron de recoger fue su ropa, lo más necesario al fin y al cabo y, por suerte, lo de menor cantidad. Llenaron dos cajas de esta y daba gracias al amigo de su hermano, LuHan, que se ofreció a llevarlos en coche debido a que sabía en parte su situación y a que estaba al tanto de que la casa de JunMyeon se hallaba bastante lejos de la de sus padres, de su barrio y de la biblioteca.

Aquello fue lo único que fueron a buscar el sábado por la tarde y, cuando vieron todo lo que tenían por recoger el domingo, pensaron que no había sido tan buena idea como creyeron dejar el resto para al día siguiente.

SeHun tenía libros, muchos, muchos libros y probablemente se quedaron admirando las estanterías durante unos quince minutos pensando en qué hacer; lo bueno era que podían tomarse su tiempo ya que aprovechaban cuando JinHong estaba trabajando para que no les dieran mal durante su esfuerzo.

La habitación que JunMyeon había preparado para su hermano era mediana, ni muy grande como la de la casa de sus padres, ni muy pequeña cual caja de zapatos; era a la justa medida para las necesidades de SeHun y, aunque tuviese un amplio escritorio, un armario donde cabía toda su ropa y una cama individual, solo tenía una estantería donde colocar sus cosas. Y teniendo en cuenta que el menor siempre había puesto sus libros a lo largo de tres amplias estanterías, era un chiste el siquiera pensar que podrían llevarse todos.

—Tienes que elegir bien, SeHun. Ya sabes lo que hará papá con los que se queden aquí.

Sabias palabras eran las que decía su hermano y cuánta razón tenían. Aún recordaba aquel libro de Geronimo Stilton que con tanta ilusión compró con sus pobres ahorros de niño de primaria y que quedó hecho añicos y en la basura porque se le olvidó en el despacho de su padre y JinHong lo encontró en un día que había perdido un juicio.

La mueca que puso solo de pensar en que sus libros probablemente acabarían en la basura era de completo horror y, aún así, tenía que hacerse a la idea de que no había otra opción más que esa. Tras mucho pensarlo, otros cuarenta minutos de agonía e indecisión, e intentos de su madre por infundirle pena consiguió seleccionar unos cien libros que pese a ser demasiados para su hermano podrían ocupar tan solo una de las tres estanterías que tenía.

Aún habiendo dejado la gran parte atrás, y sentir una gran pena por ellos, sabía que su decisión con cada uno de los libros era correcta. Cogió libros infantiles que le recordaban a sus mejores momentos con su hermano, libros que habían marcado una pequeña parte de su personalidad, libros que habían sido regalo de JunMyeon y libros que mantenían fuertes mensajes y principios que no quería olvidar jamás. Por ello, pese a dejar decenas y decenas de sus favoritos atrás, supo que había elegido bien.

Entre líneas { KaiHun / SeKai }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora