Centro de la tierra.
Tabatha despertó, y quedó confundida por lo que había pasado ¿qué fue lo que probé? ¿qué era ese fruto extraño que comí? Se preguntaba ella, mientras intentaba procesar todo lo que estaba viendo, lo primero que logró notar fue, a un chico dormido en la colina a su lado, así que se paró para dirigirse hacia el y despertarlo, para preguntale dónde es que se encontraba.
—Niño— le habló Tabatha a el niño que estaba inconsciente en el suelo, y este comenzó a reaccionar.
—¿Dónde estoy?— preguntó Fedde mientras se rescaba la cabeza con su mano—.¿Quién eres tú?
—Yo soy Tabatha.
—Mucho gusto Tabatha, yo soy Fedde ¿Qué me pasó?
—No tengo idea yo también acabo de despertar, recuerdo que estaba con los elefantes cuando encontré esa fruta que me hizo perder la conciencia.
—¿Elefantes?— pregunto intrigado Fedde—. ¿En que parte de Argentina puedo ver elefantes?
—¿Argentina? Yo soy de Tailandia.
Tabatha quedó impactada por lo que le acababa de decir Fedde, como era posible que una persona de Argentina, y una de Tailandia, estuvieran en el mismo lugar en estos momentos y se preguntaba que tipo de lugar era este en el que se encontraban.
Fedde se puso de pie, y como un adolescente curioso, comenzó a inspeccionar el lugar, desde tocar la hierba que crecía del suelo, oler las flores que estaban a su alrededor y observar la inmensa pradera que teníamos detrás de nosotros, pero lo que más le sorprendió, fue el enorme castillo que tenían frente a ellos.
—Vamos a ver el castillo— le dijo Fedde a Tabatha mientras bajaba corriendo hacia el castillo.
Cuando Fedde llegó al castillo, comenzó a tocar sus calidas paredes exteriores, estaban tan limpias, y parecía como si lo acabarán de construir, todo se veía tan nuevo.
—¡Este lugar es tan bonito qué parece falso!— le dijo Fedde a Tabatha—. ¿Tú sabes en donde podríamos encontrarnos?
Jerom, quien había estado todo ese tiempo observándolos, decidió salir de él árbol en el que se había estado escondiendo para que ellos no lo vieran.
—¡Tal vez este sea el cielo!— dijo Jerom aproximándose a ellos.
Tabatha dio un salto del susto, en el momento que escucho la voz de Jerom.
—¿Quieres decir que estamos muertos?— pregunto exaltado Fedde.
—Pues yo no lo se, recuerdo haberle vendido mis artesanías a los turistas del crucero, y cuando llegue a mi casa, comí una fruta muy extraña, desaguro me hizo daño y morí, esa es la única lógica que encuentro— dijo Jerom.
—¿Crucero?— preguntó Tabatha—. ¿En donde hiciste eso?
—Pues en donde más, en el puerto— les dijo Jerom, sin embargo al ver la cara de confusión de Tabatha y Fedde, añadió-. ¿Ocho Ríos? ¿Jamaica?
—No sé que demonios este pasando aquí, pero les puedo asegurar que no estamos muertos— dijo Tabatha—. Y a todo esto ¿Cuál es tu nombre?
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Los Salvadores: "En busca de la utopía"
FantasíaLa humanidad pasa por un momento crítico y la salvación del planeta estará en las manos de diez personas que harán hasta lo imposible para cumplir su misión.