Moscú, Rusia.
A pesar de que ya habían pasado unos días Emily no lograba acostumbrarse a el club aunque tenía que hacerle creer a las personas que trabajaban ahí que estaba de acuerdo con lo que pasaba en ese lugar, en tan solo tres días ya había visto muchas armas, drogas, jovesitas que claramente eran prostitutas y no bailarinas y tantas cosas que hacía sentir una impotencia tan grande a Emily.
La hora de la comida había llegado y Emily caminaba a un área que tenían designada como comedor, al entrar vio a Irina sentada en una de las mesas pero antes de llegar vio como Dmitry se paró frente a la mesa de Irina.
—Señor Pávlov ¿todo bien?— pregunto Irina un poco nerviosa.
—Claro preciosa ¿cómo te encuentras?
—Muy bien, muchas gracias y usted ¿cómo está?
—Pues estoy en una encrucijada, pero tú podrías ayudarme.
—Claro que sí señor ¿en qué lo puedo ayudar?— dijo Irina cortésmente aunque en su mente pensaba pestes de él.
—Necesito una nueva chica, pero no cualquier chica, una tan especial como tú amiga Larisa.
Al escuchar ese nombre Irina sintió un escalofrío por todo su cuerpo; desde que Larisa había entrado a trabajar en ese lugar había cambiado tanto, como si su esencia se estubiera extinguiendo y meses atrás la chica se había mudado a Estados Unidos cortando toda comunicación con Irina.
—¡Yo no conozco a nadie más qué quiera trabajar aquí!— Irina se comenzó a sentir muy molesta y quería gritarle tantas cosas a el señor Pávlov pero intento todo lo que pudo para contenerse pero al final soltó unas palabras tan despacio que parecían un susurro—. Y de conocer no se las presentaría.
—Disculpe señor Pávlov ¿me regala un minuto?— dijo Emily quien había escuchado lo que Irina había susurrado, con tal de salvarle el pellejo de el enojo que era evidente en los ojos de él señor Pávlov.
—¡Qué no vez que estoy ocupado!— grito eufórico Dmitry haciendo que todas las personas que estaban ahí voltearan a verlos.
—Lo sé y le pido una disculpa pero esto es algo que estoy segura le va a interesar— dijo Emily muy calmada y con un tono un poco seductor.
—¿Cuál me dijiste qué era tú nombre?
—Olivia.
—Pues bueno "Oliva" ¿qué es eso tan importante que según tú me va a interesar?
—¿Podríamos ir a un lugar más privado?— pregunto Emily intentando ganarse unos minutos para idear algo que decir ya que había actuado impulsivamente.
—¡Sígueme!
Emily y Dmitry se dirigieron a la oficina en donde había tenido Emily su supuesta entrevista de trabajo; Emily seguía pensando en que es lo que le diría a Dmitry pero nada de lo que se le venía a la mente era algo catalogado como importante, sólo esperaba que estando ya sentada frente a él las cosas salieran solas de su boca como solía pasar cuando trabajaba para le FBI.
—¿Un trago?— pregunto Dmitry con esa voz ronca que lo distinguía.
—No, muchas gracias aún no termina mi turno.
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Los Salvadores: "En busca de la utopía"
FantasíaLa humanidad pasa por un momento crítico y la salvación del planeta estará en las manos de diez personas que harán hasta lo imposible para cumplir su misión.