El odio es un sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir a su objetivo.
Sí, definitivamente el concepto encajaba a la perfección con Kim Seokjin respecto a Jeon Jungkook. El castaño no le caía mal, no, para nada, no estaba ni remotamente cerca.
Lo odiaba. Con su complejo de superioridad y ganas de opacar a todo mundo, con su autoritarismo, arrogancia, sexismo y egolatría; Jeon lideraba la lista negra que Seokjin había escrito en primaria, que por cierto, solo contenía el nombre del castaño. Una y otra, y otra vez.
Todo por un simple comentario a la edad de seis, aunque más adelante se sumaron más cosas a su odio.
Esa tarde Jin portaba un lindo suéter rosado, no era un secreto para nadie el color favorito del niño, su familia no lo tomaba a mal, siempre fueron personas sin prejuicios y tolerantes, en pocas palabras, de mente abierta.
Sus compañeros de clases tampoco tenían problema con ello. Siempre recibía comentarios positivos hacia su vestimenta color rosa. A nadie parecía importarle los gustos del pelinegro, excepto tal vez a un persona.
Su nuevo vecino.
-Los niños no visten de rosa, eso es para las niñas- Habló el pequeño Jungkook, dedicándole una mirada de reproche a la ropa del chico.
-No recuerdo haber pedido tu opinión- Respondió Seokjin con un ligero puchero en sus labios. Sus padres le habían enseñado a tratar con respeto a todos, mayores e iguales, pero existen personas con las que simplemente no se puede.
-Tampoco deberías hacer eso- Dijo el castaño señalando con su índice los labios de Jin. - Te ves feo-
O no, ahí explotó la bomba.
El pelinegro salió corriendo hacia los brazos de su madre, con lágrimas amenazando salir de sus bellos ojos. Le acaban de decir feo, y sí, ahí fue cuando Jin empezó a odiar a Jungkook. Esperando con todo su corazón nunca más volver a verlo.
Pero, como sí los astros se alinearán para conspirar en su contra, la mañana siguiente su nuevo compañero de clase -y de pupitre- fue nada más y nada menos que Jeon Jungkook.
A donde quiera que Seokjin iba Jungkook también estaría. La primaria, la secundaria e incluso también la preparatoria. Como sí los dos chicos estuvieran destinados a ver el rostro del otro hasta el fin del universo. Toda una tragedia.
Y por sí fuera poco, no obstante con concurrir en todos los lugares con Jin, también debía de quitarle todo. El primer lugar de la clase, el club de fotografía, la presidencia de la asamblea estudiantil y lo más importante, el concurso de canto.
Aquel concurso que le daría un pequeño impulso en su sueño de ser cantante, el concurso donde se presentaron importantes personas de la industria musical, el mismo concurso que perdió y su mayor enemigo ganó. Recordándole al final que no estuviera triste, después de todo, nadie era tan bueno como Jeon Jungkook.
Jin se dió la media vuelta sin decir nada, solo dedicándole una mirada que podría asesinar. Era su propósito de preparatoria, ignorarlo y llevar su vida lo más normal posible.
Por lo menos, así fue hasta que la gran tragedia ocurrió. Kim Seokjin se enamoró de Kim Taehyung, el mejor amigo de Jungkook, y por desgracia, Jeon se enteró.
-¡Vaya! No creí que fueras tan idiota- Habló el castaño entre risas. - Eso de enamorarse de Taehyung, ni siquiera creí que tú lo harías-
-No sé que te parece tan divertido- Contestó con una mirada seria. - Además, no es asunto tuyo-
-Jinnie- Dijo mientras levantaba su mano para tocar el rostro de Seokjin. -Lo malo de enamorarse de Taehyung es que el no se ha fijado nunca en alguien, y tú...- Lo miro de pies a cabeza. -No serías la excepción de nadie -
Ahí surgió el Club Anti Jungkook.
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