Historia.

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Y cuando
la verdad
llego a ella,
lo único que escuchaba
era su corazón.

No te confundas,
no era así
solo por el hecho
de sentir
aquello que
no podía describir.

Sino,
que por más
que pasaban los segundos
este órgano
ya dependía
solo de unas cuantas
palpitaciones.

Mientras se aseguraba
de estar
en esa realidad
lenta y dolorosa
de la que
no podía escapar;

Repasaba
una y otra vez
ese momento,
en que
su ultumo aliento,
y esa mirada penetrante,
serían el adiós
a una hermosa historia.

Mirando a sus ojos
solo por
una última vez,
recorriendo su seda
suavemente con temor
a más romperla.

Sin querer zafarse
del agarre
de ese destino
por quien tanto
tiempo lucharon,
y con mucho amor cuidaron.

-Jimena Salazar.

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