Chapter 12.

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Las lágrimas amenazan con salir pero las elimino con mi mano. Sigo en el auto de Derek. Prendo la radio y le subo el volumen al máximo. Están pasando “Let Her Go” de Passenger. Bien, esto es cada vez peor. Estoy dando vueltas por Beacon Hills hace una hora y noto que el tanque se está vaciando. Diviso una estación de servicio cerca y decido parar para llenar el tanque. La calle está vacía, soy la única allí. Y si, son las 3am. Mi cabeza no para de pensar en lo que sucedió hace apenas unas horas.

Al bajar siento una mano en mi espalda. Mi cuerpo se tensó. No, no otra vez, por favor. Me doy la vuelta y lo veo a Derek. Inmediatamente lo abrazo. Él no esperaba que lo haga, sentí su cuerpo congelarse. Debo confesar que yo tampoco esperaba abrazarlo. Sucedió en el momento, sin pensar. Me aferré más a él colocando una mano en su espalda y con la otra sujeto su cabello. El coloca ambas manos en mi espalda. Inundo mi cara en su cuello. Puedo quedarme en sus brazos por toda la eternidad, pero no, necesito respuestas y él es el único que puede dármelas.

Me separo de Derek, lista para hablar pero él se adelanta. Se aleja más de mí pero sus manos nunca dejan mi cuerpo.

-“Sé que quieres respuestas y te las daré. Te contaré todo lo que desees, pero primero, lleno el tanque. ¿Si?”. No puedo hablar. Solo asiento con la cabeza. Lo veo caminar lejos de mí. Está llenando el tanque pero de vez en cuando levanta la mirada para verme. No puedo decidir si estoy asustada o si estoy bien. Sentimientos encontrados. Como terminó se acerca otra vez a mí, mi cuerpo deseando su contacto, pero él solo se queda quieto, delante de mí.

-“Te llevaré a tu casa”. Dice, mientras se dirige a abrir la puerta del acompañante. No me muevo. Necesito hablarle aquí y ahora. Ignoro su gesto.

-“Sólo respóndeme dos cosas ¿Eras tú aquella noche? Y no me hagas explicarte a que noche me refiero, no quiero recordarlo. Y la segunda. ¿Qué eres, tú y los demás?”. No sé qué expresión tendré en mi rostro en este momento, pero por la cara de preocupación de Derek, estoy segura que si me miro en un espejo, salgo corriendo.

-“Con respecto a la primera, si, era yo. Quieras o no vamos a tener que hablar de aquel momento y después de eso te diré lo que soy. Somos”. Hace de nuevo el gesto para que me suba al auto y esta vez, lo hago. Cierra la puerta después de que entro y el sube al asiento del conductor. Estoy mirando por la ventana y noto que su mano toca mi rostro y me obliga a mirarlo a los ojos. Esta vez, no pude contener mis lágrimas. Aparto su mano de mi cara y decido mirar hacia la ventana nuevamente. Lo siento moverse en su asiento y ahora, tiene sus dos manos en mi rostro. Con sus dedos seca mis lágrimas.

-“Lo siento Valerie”. Logro alejarme un poco más de él, ignorando la reacción que me provocó sus palabras y su tacto.

-“Solo quiero ir a casa”. Retira sus manos de mi rostro y se dedica a conducir. Silencio total. Lo capto mirándome de reojo por segunda vez. Veo que no está yendo por el camino que lleva a mi casa. Lo miro con desconfianza.

-“Derek…”. No me hace caso cuando lo llamo. Solo sigue conduciendo.

-“No voy a llevarte a tu casa, tú quieres respuestas, te las daré, pero estoy seguro que lo que sucedió aquella noche, nadie lo sabe, solo tú y yo. También estoy seguro de que no quieres que tu padre ni Stiles se enteren. Hablaremos en privado, con excepción de que no quieras saber nada”. Me quede muda. Lo peor de todo, es que tiene razón. Nadie sabe lo de aquella noche y tampoco quiero que se enteren. Guarde este secreto durante diez años, y quiero que se quedé así, enterrado.

Derek tomó mi silencio como un sí porque minutos después estamos en la puerta de su apartamento. Al bajar, me hace seña para que entremos. Abre la puerta corrediza para mí y allí estaba. El lugar oscuro por el que me han contratado. Mi mente se despejó por un instante hasta que sentí la mano de Derek sobre mi espalda, esta vez, más abajo que antes. Normalmente hubiera saltado del miedo, después de aquella noche, cualquier contacto de un hombre desconocido, me ponía en alerta. Pero su toque no. Sé que él no lo hace para aprovecharse de mí. Al contrario, me tranquiliza tenerlo cerca. Su voz varonil me sacó de mis pensamientos.

-“¿Quieres tomar o comer algo? Solo dime”. Hago un leve asentimiento y él se va. Miro por todos los alrededores del apartamento. Se me ocurrían tantas ideas. Decido sentarme en un sillón y esperarlo.

No tardó en venir. Llegó con dos tazas de té y unas medialunas. Si, 4am y vamos a desayunar. Se deja caer al lado mío pero manteniendo una cierta distancia entre nuestros cuerpos. En sus manos trae otras cosas. Al darse cuenta que estoy tratando de descifrarlo, me lo alcanza.

-“Sólo por si te quieres poner cómoda. No voy a negar que el vestido y los tacos son bonitos y que te quedan bien, pero esto puede ser más cómodo. La puerta izquierda es el baño”. Le dedico una sonrisa, y me dirijo hacia la puerta izquierda. Me había traído una remera manga larga color violeta, un bóxer color negro y unas alpargatas también negras. Todo es de hombre, todo es de él. Ya estoy cambiada y me encuentro como una tonta oliendo sus ropas, un aroma tan exquisito. El mismo que sentí cuando lo abracé. Salgo. Al levantar la vista, lo veo mirándome con una pequeña sonrisa en su rostro. Me siento a su lado, esta vez más cerca, nuestras rodillas casi tocándose. Me alcanza la taza de té hacia mis manos y me habla.  

-“Dime lo que quieres saber”.  

PD: quiero agradecer a todos por los comentarios y los votos. Me hace muy feliz que les guste mi historia! <3 

Amando a un hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora