Capítulo 6

3K 141 9
                                    


Antes 

Un fuerte pitido comenzó a resonar en toda la habitación, interrumpiendo mi profundo sueño. Saqué una de mis manos de debajo de las sabanas y apagué el molesto artefactos y con ello extinguiendo el sonido. Gruñí para mi misma ¿Por qué no podía despertar como aquellas personas de la televisión, con una sonrisa en mi cara y completamente bella y perfecta? Pero no, despertaba de mala gana, con mal aliento y con unas indescriptibles ganas de volver a dormir.

—¡Katherine!— gritó una voz, al otro lado de la puerta luego de unos 10 minutos intentando reconciliar el sueño interrumpido. Volví a gruñir, girando mi cuerpo y acostándome en una posición como un bebé —¡Katherine Blue! ¡Despierta que llegaras tarde!— la voz ahora no era lo único que resonaba, golpes en la puerta me obligaban a volver al mundo real.

—¡Ya!— chillé, cubriendo mi cabeza debajo de la almohada blanca. ¿No podía quedarme en casa? no tenía ganas de levantarme ¡Eran solo las siete de la mañana! O eso suponía, porque la alarma suena a las siete... no sé.

—¡No me vengas con cosas!— escuché el forcejeo que hacían a la puerta, unas llaves tintinear y finalmente la separación entre esa persona y yo abrirse —¡Levántate jovencita! ¡Cada día es más difícil despertarte!— la almohada fue removida de mi cara al igual que las persianas de su lugar, haciendo que los rayos de sol que apenas estaban saliendo 'entraran' a mi habitación, iluminando e irritando mis ojos.

—¡Mamá!— alargué, tratando de cubrir mi cabeza con las sábanas, sin lograrlo. Ella las había sacado de la cama, dejando mi cuerpo con pijama rosa a la vista de ella.

—Katherine, es en serio, si no te levantas en este instante yo misma te daré una ducha en tu misma cama— reí perezosa por el comentario, apoyando mis codos en el colchón aun con los ojos cerrados.

—Ya mamá, yo también te quiero ¿vale?— hablé con voz ronca, escuché la puerta cerrarse sonoramente y volví a reír soñolienta. Finalmente me levanté de verdad de la tentativa cama -no quería que mamá me diera el baño en la cama, ella era capaz de hacerlo- caminé bostezando al baño de la habitación y me despojé de la ropa que traía puesta.

Salí luego de un rato, completamente lista; uniforme, peinado, etc. Habían terminado las vacaciones de mitad de año y tenía que volver a la misma rutina, estaba en el penúltimo año de preparatoria -el cual pronto terminaría, solo faltaban 4 meses- y no era precisamente agradable.

Cuando bajé al primer piso, mamá tenía mi apetitoso desayuno listo encima de la pequeña mesa. Me senté frente a este y comencé a comerlo.

—Esto está helado— hice una mueca hacia los hot cakes que ya no se veían tan apetitosos.

—¿Sabes cuánto te demoraste?— preguntó mamá desde la cocina, miré el reloj colgando un momento 7.30 y yo entraba un cuarto para las ocho —Más vale que comas y calles porque ya llegaste tarde—

—Bien— hablé, me levanté de la mesa sin comer más y tomé mi bolso. Definitivamente me demoraría más de 15 minutos en llegar, eso pasa por no tener auto.

...

Había llegado tarde como mamá dijo, logré entrar al recinto sin llamar la atención pero al tratar de entrar a la primera clase fue todo lo contrario, no podía con mi cara de vergüenza al recibir tales regaños de parte de la vieja maestra que con suerte me dejó entrar cuando terminó su largo discurso, claro, para seguir humillándome y llamar constantemente mi atención por desviar un poco la mirada del pizarrón.

Gracias al cielo la terrorífica hora de historia había acabado y ahora me tocaba deportes, lo cual no estaba mal mientras la señora Rudder no nos hiciera correr la mitad de la hora. Me dirigí a mi casillero, número 102, a recoger unas cuantas cosas que necesitaba, cuando solo faltaba meter el otro uniforme que sostenía en la mano en el bolso la puerta de el casillero fue cerrada bruscamente, haciéndome dar un salto.

Beast |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora