Capítulo 17

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Harry

Mi respiración continuaba agitada luego de que el auto desapareciera de mi campo visual, no había cambiado mi posición en espera de algo, que ella se arrepintiera nuevamente y obligara a Ian a dar marcha atrás. Cuando pasó el tiempo suficiente como para cansarme de esperar, entré a casa y revisé mis puños, ambos con los nudillos cubiertos de sangre, que cuando pasé agua por ellos presentaban graves magulladuras, claro, estas dolían, así que las desinfecté y envolví en vendas.

Ya con esto terminado y recostado en el sofá de la sala la recordé, ella estaba completamente diferente y no me refiero a solo a su silueta o a su talla, ella tenía algo nuevo consigo. Pensar en que ella podría estar conmigo en este momento si no fuera por el estúpido de Ian, él siempre había sido un imbécil pero el problema no era ese, él sabía lo que yo era desde el principio, cuando llegué hace unos años atrás y comencé con el juego de las peleas, cuando salía de clase e iba al callejón donde todos los supuestos chicos malos se juntaban, cuando yo simplemente tiraba mis cosas al piso y peleaba con cualquiera hasta sangrar. Él siempre estuvo ahí y como yo a la vez comencé a salir con Kate, él tuvo un gran odio hacia mí.

Ahora ya no es de mayor importancia, Kate sabe como soy realmente ahora, así que si Ian le contaba eso no la sorprendería. El problema es ¿cuándo regresará? yo no me quedaré de brazos cruzados y menos ahora, ella seguía siendo mía y yo solo necesitaba un poco de ella.

Me levanté entonces, seguir pensando en estas cosas no era bueno ni mucho menos saludable, entonces tomé el móvil y le envié unos cuantos mensajes de desahogo.

'Kate sigues siendo tan guapa como siempre'

'Esa cintura cariño, desearía que estuvieses aquí en este instante'

'Me dejas sin aliento'

Nada que representara la mierda que estaba sintiendo en realidad, cuantas ganas tenía de amarrarla contra la cama y mostrarle como podía matar a su puto amigo frente a sus ojos o como podía llegar a hacerla sentir. No quería asustarla ahora, no era tan estúpido como para hacerlo cuando lo único que tenia de ella era su número de móvil, si es que eso contaba.

Sacudí mi cabello y suspiré, necesitaba un trago, no podía negármelo otra vez.

  ...

Los imbéciles del fondo del bar reían a carcajadas y su maldita risa me rebotaba en la cabeza. Nadie podía sacarme del taburete ni quitarme el vaso lleno de alcohol, ni siquiera recordaba cuanto había bebido, el problema era que los muchachos continuaban con lo suyo, ahora unidas sus putas con risas chillonas, sonando como verdaderos imbéciles, fue entonces cuando me aburrí del lugar, me levanté tambaleándome un poco.

Con el cuerpo en dirección al grupo pegado a la pared calculé un poco cuanto me costaría tirarles algo y que esto cayera al menos cerca de ellos, con algo de suerte lo lograría. Tomé el vaso, no sin antes tomarme el contenido y lo lancé dando justo unos centímetros arriba de su mesa, asustándolos y asiéndolos callar, el que quería reírse era yo. Nunca me tomo la gravedad de las cosas.

Antes de que se dieran cuenta me fui de ahí, no buscaba problemas solo un poco de silencio así que mi próximo paradero sería casa. En estos momentos, donde mi cuerpo está lleno de alcohol, era cuando mi cabeza se aclara, se que no la volveré a tenerla como antes, que quiero emborracharme otra vez para sentirme un poco mejorse también que solo quiero volver a ese tiempo donde nada había pasado, en ese tiempo donde las caricias de Kate no eran obligadas, ni mucho menos. Odio cuando mis pensamientos fluyen demasiado, cuando mi cabeza recuerda cosas que no quiero recordar, odio todo esto, a la mierda, yo solo deseo que esto cambie. Solo deseo regresar a ese tiempo donde Katherine Blue no me había sido infiel.

Kate

 Mi labio temblaba de solo verla, estaba muy diferente y no es como si los años hayan pasado mucho por ella. Su cabello estaba teñido de un color pelirrojo y su cara había dejado de ser tan dulce, las pecas ya no se distinguían. Se había transformado en una completa mujer.

No sabía cómo reaccionar, podría pedirle disculpas, que era lo que parecía correcto, pero me no creo capaz de ello, la culpable de haber ido a brazos de un idiota era yo pero ella sigue siendo mi ex mejor amiga que se había quedado con mi ex novio. La situación continuó tensa hasta que Carrie decidió hablar un poco.

—Katherine, tantos años— las palabras le salían entrecortadas como si tuviese ganas de llorar o algo. Asentí con los labios apretados, no me encontraba mucho mejor que ella —¿Qué hay de tu vida?— 

Su pregunta no parecía tener mala intención pero yo no podía tomármela de buena manera, menos si provenía de ella. Seguramente deseaba saber si yo seguía con Harry.

—Normal, aunque diferente a la tuya— murmuro en respuesta, manteniendo la mirada fija en su vientre abultado. Sus mejillas se tiñeron de color rosa, mientras su mano bajaba a acariciar nerviosa su estómago. El hijo número dos que compartía con Dylan.

—Bien, ¿has venido a visitar a mi hermano?— sonrió, ella me estaba poniendo de los nervios con cada palabra y movimiento inseguro. Antes de que yo pudiera responder cualquier estupidez Ian me interrumpió.

—Carrie ya déjala, nos hemos encontrado, hemos pasado por un incidente y ahora estamos aquí, solucionando el problema. Aunque Kate se ha puesto emotiva después de tantos años— 

Carrie pareció conformarse con eso, sobre todo al percatarse de las vendas alrededor de los brazos de su hermano, ella solo olvidó todo y fue hacia él tratando de ayudarlo. Mientras la charla entre hermanos proseguía yo me mantenía algo apartada, saqué el móvil de mi bolsillo y lo miré, cosa que no debía haber hecho ya que lo primero que se recalcaba en la luminosa pantalla eran los mensajes de Harry.

—¿Y por qué están aquí? ¿Cómo pasó esto? Dios, Ian, habla— si preguntan, sí, Carrie era y al parecer sigue siendo cotilla.

—Porque nos encontrábamos cerca, vamos Carrie estoy cansado— alargó el otro,  ella frunció el ceño y siguió con las curaciones que yo no le había hecho a Ian, no tenía demasiada experiencia —Una cosa más, invité a Kate a que se quedara ya que está de visita en la ciudad—

La pelirroja me miró algo sorprendida.

—¿Dónde vives ahora?— lo pensé un poco.

—Me fui del país en realidad— musité, ella esperaba que yo fuese más flexible y soltara algo más sin tener que pedirlo —Estados Unidos—

Ella le quitó importancia y siguió con el brazo de Ian, mientras este último hacia muecas y ella susurraba finalmente algo parecido a 'un bonito país'.

Terminé sentándome en el sofá, ignorada y con los mensajes de Harry sin leer. Pero mi curiosidad era mayor al miedo que sentía, así que revisé los tres mensajes. 

Asco, asco, asco.

Lo único que producía el en mi era eso, asco, Harry debe tener algún tipo de problema porque ser así no era normal para una persona, sobre todo, de su edad. Cerré los mensajes y abrí una aplicación de un juego sin sentido, al menos eso me mantendría ocupada por un tiempo.


Beast |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora