Harry
Había logrado un poco de estabilidad por mi cuenta, conseguido un empleo con mis estudios universitarios, un auto, una casa y un par de amigos que no conocían más de mí de lo que yo quería que conocieran, 'un hombre viudo que le encanta viajar' Pero nunca había logrado superar nada.
Iba a ver a Kate en secreto cada vez que quería, la veía a ella en su casa en la costa, con su hija Lily de cuatro años, en brazos o caminando con ella en la playa, nunca me había acercado, pero cada vez que pensaba en que ella me había olvidado me daban ganas de salir de las sombras y que me recordara, pusiera esa cara de susto y susurrara mi nombre esperado que solo fuera una pésima pesadilla, pero no podía.
Busqué a otras mujeres, busqué el olvido, pero nunca pude encontrar nada lo suficientemente bueno y ya no sabía que podía hacer. No había vuelto a saber de Susan tampoco, después de continuas llamadas que no respondí durante un mes y medio perdí la comunicación con ella, me bastó llamarla desde un teléfono público, que contestara y que todo pareciera bien para dejarla pasar, había sido tan buena conmigo, sin contar este problema, que no haría nada con ella.
En cuanto al actual esposo de Kate, Rob, era mi amigo de tragos, lo había visto en un bar y no había dudado en hablarle, él me contaba acerca de ellas y nunca había sospechado quien era yo en realidad, eso me mantenía un poco más vivo, me ponía en su lugar y me imagina cuan feliz estaría si esa niña hubiese sido mi hija y Kate la mujer que esperara por mí en las noches... por eso es que ya había sido suficiente.
Un frío día de otoño Kate y Lily salieron a caminar y las seguí, y las seguí demasiado cerca que no pude evitar escucharlas y sentirme bien, las seguí hasta que entraron a un viejo supermercado, buscando cosas para, supuse, el almuerzo. Yo iba justo detrás de ellas, pero ninguna volteó, estaban demasiado concentradas en ellas mismas. Fue cuando Lily fue a ver la sección de dulces que me separé de Kate, perdiéndola de vista.
—Hola bonita— le dije a la niña, esta, con su cabello desordenado, miró en mi dirección —Veo que te gustan los dulces— apunté la bolsa que mantenía sujeta en sus manitas, ella me asintió bastante seria —Sabes, eres tan bonita que voy a regalarte unos ¿los quieres? están afuera, junto a mi gatito— saqué el móvil de mi bolsillo y le mostré una foto de el que en realidad era mi gato, ella dudo un momento pero luego volvió a asentir, estiré mi mano en su dirección —Entonces ven conmigo— ella, inocentemente, tomó mi mano y caminó conmigo hacia la salida y subió a mi auto, sin sospechar nada, ni pensarlo mucho. Lo último que oí de Kate fueron sus gritos de madre histérica, los cual también escucho la niña, quien comenzó a asustarse.
—Mamá— ella miró hacia las puertas del viejo supermercado y lo apuntó, yo negué.
—No te preocupes pequeña Lily, ella estará bien sin ti— encendí el auto y salí de ahí con la niña al lado —Ahora solo seremos tú y yo—
La cara regordeta de la niña se cubrió de lágrimas, fue cuando llegamos a mi casa que me decidí actuar, le daría una oportunidad de ofrecerme algo a cambio. Tomé entonces la mochila que la niña sostenía en sus hombro; un par de juguetes, lápices de colores y una pequeña libreta era lo único que contenía, esta última con números teléfonos en su primera hoja; número de su casa, número de el padre y número de la madre, a la cual decidí enviar un mensaje desde un viejo móvil que tenía. No sería tan descuidado.
'Para recuperarla tendrás que hacer algo aún más grande que pedir disculpas.'
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Listo, este es el final, gracias por tanto. x

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Beast |h.s|
FanfictionEres solo una estatua del chico que solía conocer. advertencia de contenido delicado @somedayniall