HarryLuego de que al avión despegara, yo bajara e hiciera todo el proceso para encontrar mis maletas, ubicarme e intentar conseguir un taxi que me llevara al hotel donde me hospedaría estos cuatro meses, se hicieron las seis y media de la mañana, hora New York. El sol recién se estaba asomando y me hizo recordar lo cansado que estaba. No había pegado ojo en todo el vuelo, en parte no me dejaba de pasar por la cabeza los anticonceptivos de Katherine y los nervios que tenía por dejarla sola todo este tiempo. Pero no podía hacer nada, de todos modos, ella no era capaz de nada.
—¿Disculpe, tomará usted el taxi?— me preguntó uno de los guardias de seguridad, asentí levemente y subí a la parte trasera del coche luego de acomodar la maleta atrás.
—A esta dirección— le indiqué al conductor, mostrándole un papel blanco con el nombre de las calles y el hotel.
—Bien— aceptó el hombre, me volví a acomodar en el asiento, perezoso.
El tema volvió a mi cabeza y no dejaba de retumbar en ella: Katherine y pastillas anticonceptivas. Katherine con pastillas para no quedar embarazada... Ella en verdad no quería darme un hijo, ¿Pero qué le pasaba? Ella me ama y está bien conmigo, digo, le doy todo lo que necesita y quiere, le doy amor, protección y seguridad sin recibir nada a cambio -además de amor también, claro- yo solo le pedía un hijo. Saqué el móvil de mi bolsillo y marqué inmediatamente a casa, sin importar la hora que sea allá y lo costoso que era.
—Katherine— dije cuando descolgaron la llamada, podía oír un pequeño suspiro. Era ella obviamente.
—Hola— susurró con su delicada voz. Sonreí por lo indefensa que sonaba, solo me daban ganas de mandar todo a la mierda y volver.
—Hola nena— mi voz salió tosca, no iba a olvidar la situación tan rápido, un 'Harry' salió de sus labios —Sabes, ya estoy aquí— ella no respondió así que seguí hablando de ello —Son las seis y media de la mañana ¿Qué hora es allá?—
—Son las once y media— respondió tomándose su tiempo, soltó un sonido incomodo en cuanto no respondí —¿Harry?—
—Si—
—Lo siento — su voz era muy poco audible, era tan dulce y tan boba. Por eso la quería tanto.
—¿Qué cosa, cariño?— pregunté burlón, si, lo sabía perfectamente, solo quería seguir envenenando mi vida con la situación pero esta vez saliendo de su boca. Para su suerte el conductor estacionó el auto —Espera un momento, te llamaré luego— interrumpí.
Bajé del coche con mi maleta, le di un billete al conductor y me fui sin esperar el cambio. Guardé el móvil en el bolsillo del pantalón mientras esperaba que el chico de recepción me diera unas llaves. Estaba desesperado por dormir un poco.
—Tenga— habló el moreno —piso 5, habitación 89— sonrió sínicamente y yo no estaba de ánimos, caminé hasta el elevador esperando que no se demorara mucho o si no me desmallaría allí mismo. Cuando se abrieron las puertas una mujer de cabello rubio salió, dándome una sonrisa coqueta la cual correspondí, sin razón alguna.
...
Eran las cuatro tarde en New York y yo me encontraba en una junta luego de haber dormido casi 5 horas y haber llamado a Katherine unas cuantas veces más. El jefe de los complejos de departamentos, el cual también era el hombre que me mandó a llamar, tenía para mí la misión de diseñar y dirigir los primeros días la construcción de otro hotel, así que los cuatro meses no eran seguros, podría ser más o menos tiempo, según cuando me demore en diseñar, conseguir los materiales, trabajadores y comenzar el trabajo. Sería difícil y costoso, si me llegar a equivocar sería un caos así que tendría que tener cuidado con lo que hacía -más por el hecho de descontar mis errores de lo que me pagaran finalmente-
—Así que, señor Styles ¿algo que agregar?— preguntó el hombre de cabello blanco, yo asentí.
—Tengo algo en mente, probablemente la construcción sea básica a diferencia del resultado ¿Sera necesario que yo me quede?—
—Primero traiga el diseño y luego vemos todo ello con los constructores — finalizó.
—Espere...— murmuré parándome del asiento, cuando él se estaba dando media vuelta para irse —¿Podría decirme la razón por la cual me ha llamado a mi?— pregunté mientras él se daba media vuelta, rió roncamente por lo bajo, relamió sus labios y respondió finalmente.
—Hombre, valórate un poco, eras el mejor de aquella empresa, la cual sería basura sin ti. Si no quieres este trabajo dilo— su sonrisa irónica era desagradable, negué la cabeza mientras fruncía el ceño, teníamos un contrato. Él trataba de disminuirme, de hacerme sentir inferior. Jodido imbécil —Bien, entonces ya que la junta se da por finalizada tú puedes tener la tarde para revisar los complejos de departamentos, buscar motivación o algo así. ¡Ruby!— gritó el hombre seco y apareció la chica de melena rubia que había visto en el ascensor —Guía al hombre por los departamentos— agregó el viejo asiendo un movimiento con la cabeza hacia mi.
La tal Ruby asintió, me miró y sonrió. Con su caminata ridícula que trataba de asemejar a una modelo hacia que sus cabellos rubios se movieran, tenía ojos azules, era delgada y no tenía nada más, supongo tendrá unos 22 años mínimo; se acercó a mí, engancho su brazo con el mío sin previo aviso y por primera vez oí su voz.
—Por aquí, señor Styles. Ruby Dawson a su servicio—
...
A las seis de la tarde me encontraba ya en los departamentos con la Barbie que quiere tener un buen acostón conmigo, pobre perra, no creí que ella sería una fácil. Me había llevado del brazo todo el camino, colocaba su cabeza en mi hombro mientras yo la rechazaba, mostrando su escote cuando subíamos a los elevadores, levantaba su falda al caminar y... trataba de coquetearme. En fin, nada bueno.
A las siete de la tarde estaba en los departamentos aún, ella aún se me insinúa y eso que le he dicho que soy casado, no le importó ni un poco. Habíamos recorrido 4 de los conjuntos en una hora, solo faltaban 2 más.
A las ocho ya estaba en mi dormitorio diseñando ¿Por qué me había traído solo para diseñar? perfectamente podría haberlo hecho en casa. Al menos me deshice de la mujer, la había intentado besarme en la entrada de mi apartamento. Por poco la dejo entrar solo para darle lo que quiere y que dejara de joderme.
Son las nueve y sigo diseñando como si mi vida dependiera de ello, en parte si porque es parte de la carrera y ganaré millones, pero en parte no porque no. Fin.
A las diez ya estoy cansado de esta mierda, no quiero más. Suelto los lápices y todo esto. Mucho por hoy. Una ducha es la mejor idea que se me ha ocurrido.
Once de la noche y me voy a dormir pero primero llamaré a Kate, esa chica me tiene loco. Aprovecharé para llamar a recepción por comida, estoy hambriento y aunque no sea mi esposa la que me cocine, quiero comer.
Doce de la noche y Kate no contesta, pero recuerdo que son las 6 de la mañana allá, así que no me preocupo. Intentó llamarla una vez más y me contesta somnolienta, la conversación no duró mucho de todas formas.
Cuando ya son las una de la mañana no puedo dormir, Kate está en mi cabeza. Maldita y jodida Kate, todo sería más fácil si ella cediera... y si ella no hubiese hecho eso...
A las dos de la mañana tengo una idea para diseñar el departamento, no voy a dormirme hasta que la haga o en la mañana se me olvidará.
Son las tres y no puedo seguir diseñando, me voy a quedar dormido encima del escritorio si sigo. De todas formas no hay manera de que termine hoy, esto tardara mucho, las últimas líneas que he trazado han quedado horribles.
A las cuatro al fin caigo rendido a la cama. Al fin dormir.
ESTÁS LEYENDO
Beast |h.s|
FanfictionEres solo una estatua del chico que solía conocer. advertencia de contenido delicado @somedayniall