Capitulo 11: Sentimiento de amargura

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**Advertencia: Cierta información de mi personaje está basado realmente en mí, si sabéis de qué se trata escribidlo en los comentarios.**

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Solo nos quedaban 5 minutos de viaje para llegar al C.G, durante nuestro viaje me dediqué solo a dormir.

El Rawist se mecía tan bien que sentía muchas ganas de dormir.

Durante el trayecto, Valkyon no paraba de recordarme que debía pasar por la enfermería una vez que llegáramos a Eel, por supuesto le dije que no se preocupara.

En cuanto a Mystika, no le quitaba el ojo de encima a Valto, a quien miraba con desprecio. Este se sentía intimidado por su mirada, lo cierto es que nunca me atrevería a ponerla en mi contra.

Llegamos a las puertas del C.G, los guardias de las torres nos abrieron las puertas en cuanto reconocieron a Valkyon y a Mystika, para cuando pasamos uno de ellos sopló un cuerno que utilizó como trompeta sólo que el sonido no era tan sonoro.

Algunos guardias que ya conocíamos nos saludaron contentos de vernos, otros se preguntaban quien era el hombre que llevábamos atado y montado en el familiar.

Llegamos a la tienda de Purreru para entregarle los familiares, de paso Mystika se llevó a Valto a las celdas, Valkyon y yo nuestras cosas aunque él prefirió encargarse sólo de llevar nuestras bandoleras.

Valkyon: Ve a ver a Ewe, tienes que tratarte cuanto antes la herida.

Talila: Ya voy... *Suspira* Me lo has repetido durante el camino.

Valkyon: Obedece.

Me dijo Valkyon con una sonrisa. Agobiada por su insistencia me fui a la enfermería.

Para cuando llegue, Ewe estaba preparando un kit de primeros auxilios para las misiones de otros miembros. Para no asustarla toqué a la puerta.

Talila: Hey.

Eweleïn: Hola Talila, ¿qué tal la misión?

Talila: Pudo haber acabado mal.

Levanté mi camisa y le enseñé la venda de mi costado a la elfa, tenía la cara desencajada por la sorpresa.

Eweleïn: ¿Qué te ha pasado?

Talila: Me apuñalaron, pero la curandera del pueblo dijo que estaba bien.

Eweleïn: Eso lo juzgare yo. Siéntate aquí.

Obedecí sin rechistar sentándome en la camilla mientras que me quitaba la camisa. Ewe me quitó la venda y miró la puñalada, examinó los bordes y la profundidad.

Dijo que necesita a hacerme puntos cosa que no me agradó saber pero si quería curarme antes tenía que hacerlo.

Me tumbe en la camilla y deje que hiciera su trabajo, usó un tipo de anestesia en spray que hizo que ni siquiera sintiera la aguja atravesar mi piel, tanto adelante como por atrás.

Ewe terminó y me vendó nada más acabar.

Eweleïn: Estarás como mucho 3 días con los puntos, cuando termine el tiempo ven a verme para quitártelos. En cuanto te vayas a bañar procura que el agua esté templada.

Talila: Vale, gracias Ewe.

Salí de la enfermería mientras me colocaba bien la camisa tapando por completo mis vendas, lo último que necesito ahora es que me miren todos con lástima o que piensen que estoy convaleciente.

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