Capitulo 17: Norvalia

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Unos pocos rayos del sol entraban por la oscura tela de la cortina de la ventana, a penas se podía iluminar la habitación por estas, supongo que a Nevra le molesta un poco la luz del sol de la mañana.

Me incorporé lentamente sin moverme demasiado para no despertarlo. Estaba tumbado de costado, uno de sus brazos estaba escondido debajo de la almohada y la otra estaba sobre mi cintura. Me sorprende que a noche no intentara algo extraño, pero aún así me alegro de saber que me respetó.

Anoche no tuve ninguna pesadilla, sentía que había recuperado esas horas de sueño perdidas. Es un poco vergonzoso penar que necesitaba la ayuda de alguien para dormir.

Me levanté de la cama con la esperanza de no despertarlo, Rose se percató y se levantó para seguirme, como si supiera que era la hora.

Me encaminé a la puerta mirando a Nevra antes de salir.

Fui a mi habitación a cambiarme y ha revisar las cosas que me llevaría para el viaje. No me olvidé de guardar la placa de acceso a Norvalia.

Me puse la ropa de viaje más cómoda que tenía en el armario, tomé mi bolsa de viaje y nos marchamos a la tienda de Purreru.

Purreru, como prometió, se levantó temprano para recoger a Rose y darme un Rawist adulto. Me explicó cual era los cuidados que necesitaba y su alimento.

Purreru: N-No seas muy exigente con él, se pone muy testarudo si les metes demasiada presión. De vez en cuando haz paradas.

Talila: Entendido. Prometo cuidarlo muy bien Purreru, cuida bien de Rose. Se pone muy alborotadora cuando no le tomas mucha atención.

Purreru: Tranquila, así de paso estudio un poco más su especie.

Me despedí de él y me marché con el Rawist caminando hacia la entrada del C.G.

Miiko ya estaba allí junto con Kero que parecía llevar un papiro en su mano. La kitsune le ordenó a sus guardias abrir las puertas.

Miiko: Que te vaya bien en tu visita por Norvalia, procura no robarle mucho de su tiempo a la embajadora, ¿vale?

Talila: Tranquila Miiko, no la molestaré.

Kero: Aquí tienes el mapa hasta Norvalia. Como mucho tardarás un día entero en llegar, pero hay una posada a mitad de camino, te lo marqué.

Kero me dio el mapa.

Talila: Gracias Kero.

Miiko: El camino señalado es seguro y está vigilado por guardias de campo, pero estate alerta.

Talila: Nos vemos en unos días y si ocurre cualquier cosa os avisaré.

Asintieron. Me subí en el Rawist, tomé las riendas y nos marchamos. El camino era simple, debía bajar por la cuesta e ir al bosque hasta el final de este por el camino señalizado.

Atravesamos el follaje a toda velocidad, el Rawist iba a un ritmo considerable y parecía saber por donde debía ir, supongo que será su instinto el que lo guía, así que dejé que él tomara las riendas.

Atravesamos el follaje a toda velocidad, el Rawist iba a un ritmo considerable y parecía saber por donde debía ir, supongo que será su instinto el que lo guía, así que dejé que él tomara las riendas

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