Capitulo 14: Pesadilla

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Me quedé en la entrada de la enfermería junto con Karenn, Alajea y Mystika, esta última estaba agotada puesto que donó su sangre para poder ayudar a Valkyon a quien ahora estaba siendo tratado por Ewe.

Debían extirpar el veneno de una forma que todavía no existía siquiera en la Tierra. Al tardar tanto en tratarlo y llevarlo a la enfermería, el veneno ya estaba pasando por gran parte de su torrente sanguíneo, cabía la posibilidad de que él no sobreviviera, pero sé que vivirá, lo conozco muy bien.

Alajea y yo, consolábamos a Karenn ya que era la que peor estaba llevando la situación, estaba muy preocupada por su hermano a quien le tiene mucha estima. Mystika no paraba de dar vueltas en círculo delante de la puerta. Ezarel, Miiko y Leiftan llegaron preocupados.

Miiko: ¿¡Cómo están!?

Mystika: Aún no lo sabemos, Valkyon sigue en el quirófano al igual que Nevra.

Miiko se mordía las uñas de la preocupación mientras que caminaba de un lado a otro para tranquilizar su estrés.

Talila: ¿Qué hay de los elfos que han capturado?

Leiftan: No quieren hablar, se niegan a cooperar.

Ezarel: Conozco a este tipo de raza, están entrenados para no decir nada a pesar de las torturas que les impongan.

Mientras hablábamos, Ewe salió de la habitación limpiando sus manos llenas de sangre con un trapo blanco esbozando una sonrisa de alegría.

Eweleïn: Lo han conseguido.

Miiko al oír las palabras de la enfermera, se sentó en una silla agotada y como si se hubiera quitado un gran peso de encima su cuerpo se relajó a tal punto que se deslizaba por el respaldo de la silla.

Karenn se levantó de sopetón de la silla y entró en la enfermería a paso ligero seguida por nosotros.

Para cuando entramos, Valkyon y Nevra ya estaban despiertos, ambos con el pecho al descubierto. Valk tenía cubriendo su torso unas vendas que rodeaban sus abdominales y Nevra un parche justo donde había entrado la flecha, por encima de su pectoral izquierdo.

Mystika al ver a su chico despierto y saludándolo despreocupadamente como si nada hubiera pasado, sonrió y se acercó a él abrazándolo con cuidado.

Mystika: Maldita sea Valkyon, me asustaste.

Valkyon: Siento haberte preocupado, pero como ves, estoy bien. En parte por haberme dado tu sangre.

Mystika: Sé que harías lo mismo por mí y lo haría tanta veces como fueran necesarias.

Valkyon: Me leíste la mente.

Ambos sonrieron y se estrecharon cada vez más en los brazos del otro, ignorando por completo nuestra presencia

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Ambos sonrieron y se estrecharon cada vez más en los brazos del otro, ignorando por completo nuestra presencia. Y sin darnos cuenta, también sonreíamos viendo como pasaban completamente de nosotros.

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