Capitulo 5: Reconciliación

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Después de aquella conversación con Ciala me quedé dormida, agotada de tanto pensar en quien quiera que sea ese ser que compartía mi alma. Tras despertarme me fui al baño para tomar un buena ducha de agua fría.

Nada más abrir el grifo vi que no corría el agua por este.

Talila: ¿Pero qué...?

Antes de que pudiera terminar mi pregunta tocaron a la puerta. Me acerque y la abrí.

Ykhar: Talila hola...

Talila: Hola Ykhar, ¿qué pasa?

Ykhar: Pues... venía a decirte que a partir de hoy las duchas en las habitaciones serán cortadas.

Talila: ¿Y eso?

Ykhar: Por culpa de la explosión, la habitación que conduce el agua purificada a los baños de las habitaciones se destruyó...

Talila: No me jodas...

Ykhar: Si, tardarán un tiempo en arreglarlos, por ahora, tendremos que bañarnos en las duchas comunes del C.G.

Talila: ¡Pero si esas duchas son mixtas!

Ykhar: A mí tampoco me hace gracia, pero deben arreglar las cañerías dañadas y la máquina de purificación de agua, y eso tomará un tiempo.

(Fantástico, definitivamente no estoy en mis mejores días.)

Tras explicarme el funcionamiento y el horario de cuando las duchas están disponibles me marché hacia estas con un balde, jabón, ropa limpia y una toalla.

Cuando entré en las duchas estaba el sitio vacío, asique aproveché la oportunidad para entrar antes de que algún hombre llegara.

Me acerqué a las taquillas para guardar mi ropa y quitármela rápidamente.

Para mi mala suerte oí como la puerta de la entrada se abría, tomé mi toalla y cubrí mi cuerpo con esta aún con la ropa interior puesta.

Rauda y veloz tomé las cosas para enjabonarme e intenté correr hacia las duchas.

???: Parece que a los dos nos vino la misma idea.

Sorpresiva me di la vuelta y tomando mi toalla con fuerza para que no se me callera.

Nevra: ¿Qué tal?

Talila: ¿¡Podrías mirar hacia otro lado!?

Dije esto casi gritando, no pude evitarlo. Nevra me miraba con picardía además de escrutarme con la mirada de arriba a abajo. Estar bajo su atenta mirada me ponía nerviosa y mis mejillas ya deben de estar rojas.

Nevra desvió su mirada satisfecho y se fue hacia las taquillas contrarías al de las mujeres y empezó a quitarse el kimono y el collarín tan grande que adornaba su cuello.

Talila: ¿¡Q-Qué estás haciendo!?

Nevra: Quitarme la ropa, no voy a ducharme con la ropa puesta. ¿A caso te duchas con ropa interior?

Aparté un poco la toalla y en efecto casi entro a las duchas con la ropa interior puesta. Suspiré agobiada mientras que Nevra se reía.

Talila: Más te vale no mirar.

Nevra: Aunque no lo aparente, soy un caballero.

Con duda me fui a mi taquilla y la abrí de nuevo para poder quitarme la ropa interior y guardarla, miraba de reojo de vez en cuando a Nevra para comprobar que cumplía su palabra.

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