Capitulo 8: Adentrándose en la mina

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**A partir de este capítulo hay un personaje muy especial, lo cual, puede que conozcáis ya que va ha aparecer en esta historia. Un saludito a Judit Mystika ^^**

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Estábamos en la entrada del C.G despidiéndonos de los Líderes. Después de aquel susto, la calma regresó asique podían regresar tranquilamente a casa.

Sus carrozas les aguardaban, pero antes debían guardar su equipaje y despedirse de todos antes de la partida.

Para evitar más imprevistos, varios guardias élite de Miiko se encargarían de escoltarlos a sus tierras, una vez hecho, regresarían.

Kero les dio las instrucciones a los soldados mientras que Ykhar les entregaba unos papeles, seguramente para cuando terminaran su labor.

Miiko se quedó con los Líderes para despedirse de ellos y de hablarles de las condiciones de trabajo de sus soldados.

Todo el refugio vino para despedirse de ellos.

Miiko: Por favor, una vez que volváis, avisadnos.

Todos asintieron. Huang Hua fue la primera en tomar la iniciativa de abrazar a su mejor amiga.

Huang Hua: Estaremos bien Miiko, no pasará nada. Espero que atrapéis al responsable.

Como Huang Hua, los Líderes se despidieron de los miembros, gentes del refugio y niños entre abrazos, apretones de mano y besos.

A lo lejos, vi ha Monet abrazar a su hija mientras que Nevra se mantenía al margen por razones que desconozco.

Karenn estaba llorando. Al menos sabe que puede volver a casa cuando quiera.

Alajea y Chrome miraron extrañados a Karenn, parece que no están al tanto de la relación de su amiga con la embajadora.

Monet me miró y me hizo señas con su mano para que me acercara.

La miré anonadada por unos momentos pero al final me acerqué.

Karenn se fue con sus amigos tras acabar su despedida.

Monet: Parece una despedida, de esas que no vuelves nunca.

Talila: Si. Aunque es posible que volváis, dependiendo de vuestros asuntos.

Monet: ....Quiero pedirte un favor, antes de que me marche.

Talila: ¿El qué?

Monet miró a sus hijos, feliz. Con una sonrisa radiante, luego me miró a mí con la misma expresión.

Monet: Cuídalos bien por mí.

No dije nada. Nos miramos fijamente a los ojos, hasta que rompí el silencio.

Talila: No la defraudaré.

Asintió satisfecha. Me hizo señales con su mano para que me acercará más, por supuesto no la hice esperar.

Sin esperármelo me abrazó. La sensación que transmitía era diferente a la que estaba acostumbrada a sentir.

(Es el abrazo de una madre.)

Como no llegué a conocer a la mía, nunca supe lo que se sentía ser abrazada por una. Era agradable, ¿esto es lo que se siente abrazar a una madre?

Mi mente no pensaba con claridad, el calor que transmitía era demasiado agradable como para dejarlo pasar.

Finalmente Monet se separó de mi y me miró con una sonrisa melancólica.

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