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Louis se tira al sofá de cuero que su elegante departamento presentaba, él estaba realmente agotado.

Ni siquiera tenía fuerzas para quitarse el apretado traje que debía usar obligado en su oficina de trabajo.

Todos sus compañeros de trabajo eran tan estresantes en niveles diferentes.

La estúpida secretaría que intentaba coquetearle aunque él ya le había aclarado cien mil veces que era gay.

El nuevo -Louis no recordaba su nombre- que le preguntaba todo, sobre todo en todos los modos posibles y todo momento.

Jenny, otra de sus compañeras, la cual no dejaba de hablar sobre su estúpido bebé. No tenía nada en contra de los bebés, pero él bebé de Jenny se había ganado su odio.

Y Simon, su jefe. Éste sólo lo miraba con desaprobación cada vez que se lo encontraba. El ojiazul podría haber salvado la empresa, pero Simón seguiría viéndolo con esos ojos llenos de decepción y asco.

Pronto escucha una dulce y ronca voz tararear una melodía sin nombre con emoción. Poco después pudo observar cómo su lindo novio se paseaba por el departamento con solamente una remera de los Rolling Stones y unos boxers negros.

Él chifla con aprobación hacia el rizado.

Harry se da vuelta y sonríe al verlo.

— Lou.— Musita con una sonrisa de oreja a oreja mientras se acerca con pasos calmados.

— Hazz.— Él imita al ojiverde, haciendo que este ruede sus orbes verdes.

En unos segundos ya tenía a su chico todo enredado alrededor suyo. Le encantaba eso. Harry con rizos despeinados y esa sonrisa de infante con hoyuelos que lo caracterizaba mientras lo miraba con sumo cariño. Podría estar toda la vida así.

— Te amo, sabes eso?— Le repitió por vigésima vez antes de besar sus labios cortamente.

Sonríe con sus ojos cerrados. — Lo sé y también te amo, bebé.— Se acurruca en su pecho.

— Si lo haces, por qué te vas?— Pregunto con un puchero formándose en sus labios.

El castaño suspira. — Hazz, ya hablamos esto. Sabes que no quiero irme.— Se aleja solo lo suficiente para besar su puchero.

— Lo sé, pero...— Suspira, imitando a su novio.— No sé qué haré sin ti las próximas semanas, Louis.— Dirige su mirada al techo, con algo de nostalgia mientras acaricia el castaño cabello de su chico.

Él en serio odiaba esos largos y dolorosos viajes del castaño.

Louis se separa un poco y se endereza, tomando las mejillas de Harry entre las palmas de sus manos. Él lucía tan adorable, suspira nuevamente y deja un pequeño beso en los labios del rizado.

— Te diré lo que harás. Me extrañaras pero la pasarás bien. Estarás con los chicos y tendrás un poco de tiempo para ti mismo.— El ojiazul levanta su menton, obligándolo a mirarlo. Hace una mueca al notar las lágrimas acumuladas en sus ojos.— Pero sobre todo, no llorarás. Si me entero de que lloraste me enojaré mucho, Styles.— Seca sus ojos verdes luego de murmurar aquello.

— Pero yo— Es interrumpido por un pequeño sollozo que fue incapaz de contener.— te extraño, amor.— Se rinde, dándole lugar a una centena de sollozos suaves y no tan suaves.— Odio despertarme y que la cama este vacía. Odio tener que pasar las tardes solo. Odio no tener nadie con quién quejarme sobre cómo las secretarias se me insinúan.— Enumera con lágrimas rodando por sus mejillas. — Odio que no estés aquí.— Termina susurrando.

— Oh, Hazz.— El castaño también estaba llorando. El sofá era un verdadero lío de lágrimas en esos momentos. Tira de Harry hasta su pecho, para que él se recueste allí y respire más calmado.

El rizado solo se limita a sollozar en su pecho. Louis acaricia su pelo repitiendo que está bien, que están bien, que estarán bien.

La soledad de su pequeño lo estaba matando. Él no decidía en si hacer los viajes o no. Era su trabajo.

Además, Harry se negaba a pasar las noches en la casa de Niall, su mejor amigo.

Insistía en quedarse ahí, porque las sábanas olían a él.

Él estaría encantado de llevarlo consigo a sus viajes, pero el menor también trabajaba.

Hace meses buscaba por un trabajo en el que pudiera pasar más tiempo con su rizado novio. Pero las opciones no eran muy prometedoras.

Había hablado mil veces con su jefe para que, por lo menos, acortara la duración de esos viajes. Pero él se negaba rotundamente. No era una persona muy razonable, además de que no apoyaba del todo la relación de Louis y el ojiverde.

Siente como Harry acaricia su cuello con su ahora roja nariz a causa del llanto para luego dejar un tierno beso en el mismo lugar.

El ojiazul sonríe tristemente besando su sien repetidamente.— Dejaré el trabajo.— Decide en el segundo.

Harry sube su vista al segundo.— ¿En serio?— Sonríe esperanzadamente viendo cómo su novio asiente.

— Sep. La semana pasada encontre el anuncio de una empresa que necesitaba que alguien se ocupará de todo el papeleo y eso. El sueldo no será el mismo, pero si estás feliz, no importa.— Acaricia la mejilla del menor con sumo cariño, el cual pasa sus brazos por el cuello del castaño.

— ¿Eres real?— Musita con incredulidad.

El ojiazul ríe negando.— Te amo.— Y besa sus labios tiernamente.

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No me asesinen. Me bloqueé, no se me ocurría nada. Estuve tres días para escribir esto :)))

one shots   ||l.s||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora