El óleo se veía nublado ante él. Sus lágrimas caían en su paleta de fríos colores a medida que pintaba.
Harry, literalmente, pintaba con el alma.
Cada pincelada, por más pequeña que fuera, tenía un significado detrás, una historia, un sentimiento reprimido.
Y ese proyecto en particular, tenía todos sus sentimientos encontrados.
Pintaba para relajarse, pintaba para descargarse, pintaba para desahogarse.
Mezclaba; azul, blanco, celeste, cian.
Él necesitaba a la pintura tanto como la pintura lo necesitaba a él.
Pincelada arriba, pincelada abajo.
Suspiró, necesitaba eso. Necesitaba respirar y pararse a pensar las cosas.
Cambió a un pincel más fino.
No le agradó la conclusión sacada de sus pensamientos, pero lo necesitaba.
Mezcla; azul, negro, gris, celeste.
Había entendido que lo amaba y sus manos, moviéndose solas, comenzaron a retratarlo detalladamente.
Pasó una mano por su frente, sin importarle que la pintura se le impregnase en la piel.
Sollozó una última vez antes de caer al suelo, sin fuerzas.
Él nunca había amado a nadie.
¿Y ahora amaba a un hombre?
¿Y ahora amaba a su mejor amigo?
¿Y ahora amaba a Louis?
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Paisajes oscuros, personas sin cara y valles tristes era todo lo que su mejor amigo pintaba.
Eso era extremadamente raro en él, ya que todas sus obras siempre estaban llenas de vida y esperanza; Harry había empezado a pintar por la vida y la esperanza.
Sabía que algo andaba mal, sabía que debía hablar con él. Lo que no sabía era cómo.
Ellos nunca habían sido ese tipo de amigos que se cuentan todo, sin importar el tema.
Louis iba por su lado y Harry por el suyo pero siempre estaban cuando se necesitaban. Eso estaba bien para ellos.
El problema es que Harry no había acudido a él, lo que -para Louis- significaba que no lo necesitaba.
Era tan deprimente entrar al cuarto que compartían y ver cómo el arte de su amigo iba apagándose.
Louis había notado hasta lágrimas en algunas obras.
Le dolía verlo así, le dolía que acostarse sin cenar fuera lo que hacía apenas terminar sus clases.
Le dolía que apenas le dirigiera la palabra y que sus risas estuvieran siendo silenciadas.
Le dolía verlo mal, le dolía verlo triste.
Sentado en la cama de Harry con un retrato de una flor muerta en manos, prometió sacar a su amigo de la situación en la que estaba y volver a provocar sus sonrisas.
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Con un portazo sin fuerza, el rizado entró a la habitación.
Sin vida, muerto; así es cómo lucía.
Se arrastró a la cocina pensando en la tonelada de deberes que debía cumplir y sacó una botellita de Coca-Cola para acallar sus penas.
Con un sorbo avanzó hasta el "living" de la habitación que la universidad les proveía y allí lo vió; Louis yacía en el pobre sofá con su teléfono móvil en una de sus manos y otra de ellas abrazando uno de los cojines.
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one shots ||l.s||
RandomNot sexual content, sorry :D. One Shots basados en la hermosa relación entre Harry Styles y Louis Tomlinson.