HOSEOK Y TAEHYUNG - VHOPE (1)

Capítulo Seis, "Compañero"

     La noche es obscura y fría, por lo que a pesar de encontrarse bajo las mantas de una confortable cama no puede encontrar el sueño. No puede permitírselo, a pesar de llevar varias noches en esa habitación. La horrible sensación de asfixia se hace presente y le hace sentarse para buscar el vaso de agua que se encontraba sobre la mesa de noche. Tomó el frío cristal, suspirando al sentirlo ligero en señal de que no había agua dentro, así que se levantó poco a poco, saliendo de la cama y luego de la habitación.

No se acostumbraba todavía a ese lugar, a la sensación del piso liso de madera bajo sus pies, a las pijamas ligeras, al agradable olor, a las luces encendidas y adornos modernos. Bajó los escalones con cuidado, sorprendiéndose al encontrar la luz de la cocina encendida y a YoonGi fumando, recargado en el mesón.

Planeó ignorarlo, fingir que no le había visto y llegar para solo saciar su sed y regresar a la cama donde tampoco podría continuar durmiendo, pero apenas fue notada su presencia, escuchó —Es raro, lo sé —susurró—, dormir en un lugar que no es ese viejo colchón al que estás acostumbrado dormir.

TaeHyung no le miró, se sirvió agua para luego responder —No tenía cama, dormía en el suelo.

—Entonces supongo que extrañas tu suelo —rió el mayor, a lo que TaeHyung le miró con seriedad—, ah, como sea, debes extrañar a tu distrito.

—No extraño nada de allá, pero sí preferiría seguir durmiendo en el suelo que aquí. —contestó con sinceridad.

YoonGi asintió, inhalando de su cigarrillo para después soltar el humo. Al menor le picó la nariz, pero observando al mentor en ese estado, tan calmado, decidió quedarse un momento » ¿Usted extraña al Distrito doce? —el peli negro negó lentamente, como si le costara dar esa respuesta, y suspiró. Bien se sabía que una vez ganados los juegos, el Capitolio te daba a escoger volver a tu distrito en un área llamada "La villa de los vencedores", o si se prefería, vivir en el Capitolio como un ciudadano más, o bueno, en un área especial dirigida a personas que habían ganado los juegos. A nadie en el doce le sorprendió cuando Min YoonGi prefirió quedarse en el Capitolio.

—Al principio, quería volver a mi vida anterior, quería llegar con mis padres y olvidarme de todo lo que viví —sus cansados ojos se posaron en los de TaeHyung para decirle—, pero debes saber que una vez que sales de la arena vivo, no vuelves a ser el mismo, jamás.

Tae pasó saliva —Es mejor que morir en los juegos.

—Morirás, de una u otra manera —fue su respuesta, volviendo a fumar y provocando de nuevo ese picor en la nariz de Tae. Rió al verle arrugar su rostro, molesto—, podrás salir con vida de la arena, pero quien eres, tu persona, muere cuando matas a alguien, no puedes evitarlo TaeHyung.

Ambos apreciaron el siguiente silencio, un momento de completo silencio en el que pensaban en aquellos juegos en los que participó Min. Pensaron en las muertes, en la sangre derramada y en cómo se celebró la victoria del Distrito doce, como se hizo una fiesta en la que nadie celebró. TaeHyung cerró los ojos, imaginándose cómo sería cuando el fuera, tratando de crear en su mente una imagen de cómo sería la arena, de qué haría, con quienes se enfrentaría y si sería capaz de asesinar. Aquel pensamiento le hizo fruncir el entrecejo incluso más que cuando YoonGi expulsó el humo cerca de su rostro.

» No lo hagas, no tienes idea TaeHyung —el peli negro le habló con sinceridad—, no importa qué imagines, no será ni parecido a lo que vas a vivir.

Se miraron, y YoonGi le sonrió » Basándome en lo que he conocido de ti, necesitas hacer alianzas —TaeHyung escuchó atento a su mentor, su primer consejo de verdad para él—, busca tributos con lo que puedas trabajar, sobrevivan juntos los primeros días. Conforme avancen los juegos, podrás deshacerte de él, o ella, puedes solo irte o matarle.