HOSEOK Y TAEHYUNG - VHOPE (1)

Capítulo Cinco, "Entrenamiento"

     TaeHyung entró junto a HaeGi y otros tributos al lugar donde entrenarían, observando entonces el gran espacio dividido en secciones para medir su fuerza, habilidad, inteligencia, velocidad, y demás habilidades que les ayudarían en la arena.

Vio a algunos ir decididos a ciertas áreas, incluso con emoción. SeokJin entre ellos, fue junto a su compañera a practicar puntería y a TaeHyung se le revolvió el estómago con la simple idea de tocar un arma, pero tendría que hacerlo. Suspiró comenzando a caminar dejando atrás a otras personas que, como él, no estaba seguras de a dónde dirigirse. Llegó con un hombre que estaba para enseñarles técnicas de combate —¿Has tenido experiencia previa? —preguntó el maestro al ver que TaeHyung se detuvo frente a él. Comenzó a examinarle con la vista.

—No. —confesó, y el hombre asintió pensando que había acertado al imaginar eso. Su ropa tenía bordado el número de su distrito. Los tributos del doce venían con ciertas características iguales, nada de experiencia y muy delgados, casi desnutridos. Tomó la muñeca de Tae, levantando su brazo y suspirando al notar lo delgado que era.

—Vamos a ver qué puedo enseñarte —y lo intentó, de verdad trato de hacer que TaeHyung tuviese la oportunidad de ganar un combate cuerpo a cuerpo, pero de momento eso fue imposible, rápidamente le dejaba en el suelo—. Si quieres una oportunidad, tendrás que ejercitarte y entrenar duro.

Le dijo aquello manteniendo al joven contra el suelo, con una mano sobre su cuello sin ejercer demasiada presión. Sonrió cuando vio el gesto de dolor de TaeHyung y aplicó un poco más de fuerza para que fuese consciente de lo sencillo que era asfixiarlo en esa posición. Tae gruñó e intentó sacarse esas manos de encima, intentando rasguñar pero sin tener tiempo a hacerlo.

Fue soltado. El hombre se levantó con una expresión arrogante y retrocediendo sin dejar de verle, TaeHyung decidió intentarlo una vez más, colocándose en la posición de ataque que le mostró el maestro, ignorando el dolor en su cuello. El hombre mayor rió, lanzándose al ataque pues él sabía que en la arena ninguno de los dos se pondrían en una posición así, no, solo atacarían.

Tae logró quitarse a tiempo, tirándose la suelo y rodando antes de levantarse rápido y ver al maestro, quien ya se volvía a lanzar contra él. Logró moverse un par de veces, quitándose del camino y huyendo de los ataques del hombre, pero apenas intentó pegarle por detrás al mayor, este se giró velozmente tomándole de la muñeca. Antes de que se diese cuenta, fue tirado de vuelta con dureza al suelo y golpeado en la espalda. Jadeó, y el hombre se le acercó al oído sin dejar de inmovilizarle » Ya estarías muerto. Si quieres vivir, aprende a atacar, no solo a huir.

El maestro se levantó, girándose para buscar a otra persona que también quisiera practicar. TaeHyung se sentó en la colchoneta con cuidado, frunciendo su ceño y mirando al muchacho que estaba listo para comenzar a pelear con el maestro. El del doce se levantó sin dejar de verles y se retiró de esa zona mirando a cuál ir.

Fue a puntería, a resistencia y a aprender técnicas de supervivencia, pero al final, un poco abrumado por sus escasos conocimientos y la información obtenida, solo fue a sentarse en un área que estaba sola, camuflaje. Suspiró mirando los colores que probablemente encontraría con facilidad en la naturaleza, tonalidades de verdes y cafés junto a otros pocos más. Miró a su alrededor, nadie parecía interesado en el área en el que se encontraba, los demás tributos se repartían entre todas aquellas que les ayudarían en un combate. Incluso vio a HaeGi intentando cargar unas pesas, siendo ayudaba por un supervisor para que no se lastimara.

No le tomó importancia, así que se giró y tomó un pincel, comenzando a perder el tiempo. No había hojas en las cual pintar, por lo que usó su brazo, pintando su piel sin propósito alguno mientras pensaba en lo que podía llamar su casa, esa en la que había pasado más de la mitad de su vida, esa que no sabía si volvería a ver. De momento, no le importaba ese detalle.