Cientos y cientos de personas aplaudieron su llegada, la mayoría de ellas queriendo saludarles, pero sin poder hacerlo por la estricta seguridad. Tal y como prisioneros pero sin las esposas, fueron escoltados hacia el edificio en el que todos los tributos se encontrarían hasta los juegos. YoonGi y HoWoo no se les despegaron hasta que llegaron a una parte donde incluso él y HaeGi fueron apartados.
Todavía sin comprender bien a dónde iba, TaeHyung fue escoltado hasta una pequeña habitación donde minutos después entró un hombre de cabellos tintados, con ojos llamativos por traer lentillas y una sonrisa encantadora. Desprendía cierta aura de confianza, le hablaba con amabilidad, y se presentó como su diseñador personal, Park JiMin. Y eso fue todo por bastante tiempo, en el que tomó medidas y le hizo probarse algo sencillo para tener una idea de qué presentaría.
—No te gusta hablar, ¿Cierto? —el silencio fue interrumpido finalmente, y TaeHyung miró al hombre que le arreglaba sus ropas— Has guardado silencio todo el tiempo.
—No hay nada que decir. —solo susurró el joven.
El hombre que se encargaba de su vestuario, uno joven pero en definitiva unos años mayor que TaeHyung se encogió de hombros antes de acomodarse sus cabellos grises. TaeHyung notó que las personas del Capitolio se preocupaban mucho por su apariencia, pero su diseñador era bastante diferente a HoWoo, lo cual le sumaba puntos.
Sin embargo, seguía sin ganas de hablar —Yo creo que sí, puedo hablar yo y, tal vez así, te animes a decirme algo —le sonrió con amabilidad. Le levantó los brazos para acomodar el traje—, me llamo JiMin, soy tu diseñador, tengo 22 años y trabajo para los "Juegos de hambre" desde hace 4 años, pero tengo 3 haciendo los vestuarios para el distrito 12.
TaeHyung le miró al hablar, sonaba emocionado, incluso orgulloso, y aquello solo le dejaba un mal sabor de boca. Se preguntó, ¿Realmente las personas del Capitolio no lamentaban la muerte de gente tan joven? Eran crueles, y no lo parecían, ese hombre de grandes mejillas no parecía malo al sonreírle de esa manera ni por su tono dulce de voz » Mis padres están felices por mí, les alegra que tenga un buen trabajo, y yo estoy contento por trabajar en lo que me gusta, ¿Qué me dices de los tuyos?
Dudo en responder, pero creyó que tal vez su respuesta podría hacer que el mayor dejase de hablar y se centrara en solo arreglarle —Mi padre fue asesinado por un soldado, o eso dijo mi madre antes de suicidarse. Intentó llevarme con ella, pero no me ahorcó con tanta fuerza, solo me dejó inconsciente. —en definitiva la respuesta dejó en blanco al peli gris. JiMin se quedó con las manos quietas sobre la tela fina, y pasó saliva antes de continuar.
—Lamento oír eso, TaeHyung. —el menor asintió, era la primera vez que lo decía en voz alta, que se lo contaba a alguien. Suspiró, mirándose en el espejo. Tenía meses sin verse en un espejo, años sin hacerlo en uno tan limpio y claro.
—Ya no importa, nada de eso importa en realidad. —susurró, sin saber si se lo decía a sí mismo o al diseñador. El peli gris le miro, suspirando antes de regresar a atender la ropa que usaría en la presentación de tributos.
—Importa TaeHyung, todo importa —volvió a mirarle luego de hablar—, es tu historia, eres tú, y creo que todos tienen algo importantísimo que contar.
Los ojos del menor se veían cansados, tristes, al igual que su voz al preguntar —¿Incluso alguien del distrito 12? —JiMin asintió— No valemos nada.
—¡Claro que lo hacen! ¿Por qué otra razón estarías respirando? —carraspeó, dejando de lado su trabajo un momento— No tengo el derecho de decir esto, lo sé, pero, estás aquí, estás vivo después de tanto y eso significa que tienes algo importante qué hacer.
—¿Ser asesinado por alguien en la arena? —rió con amargura observando al diseñador volver a su trabajo— Suena una misión muy importante, cambiaré el mundo para siempre.
Esta vez JiMin tardó más en responderle, pero TaeHyung no supo si era por lo concentrado que se veía en su vestimenta o porque buscaba qué decirle —Nadie entiende su misión en el mundo hasta que le toca vivirla —levantó la cabeza para verle a los ojos—, no es necesario que lo sepas ahora.
Antes de que pudiese responderle, continuó diciendo » Jamás sabré lo que es estar en tu posición, lo sé, pero piensa que es por algo, que hay una gran razón por la que nuestros puestos no están intercambiados. Y si me lo preguntas, en serio lamento verte aquí, a todos, pero solo soy un diseñador.
TaeHyung volteó a otra parte, esperando que el otro entendiese que no quería hablar, y al parecer funcionó. Los siguientes minutos JiMin cantó mientras continuaba con su labor, y si con su sola presencia y personalidad logró hacer que TaeHyung se sintiera un poco mejor, su voz logró brindarle otro poco de calma. Lo agradeció en silencio.
Acabaron pronto, y apenas fue así, de nuevo fue escoltado por soltados, esta vez hasta su habitación. Ellos no le hablaron, e igual él no pronunció palabra alguna, ni siquiera saludó a YoonGi y a HoWoo cuando les volvió a ver —¡Bienvenido! ¿Qué tal te fue con JiMin? Un amor, cierto. —preguntó el extravagante hombre acercándose a TaeHyung.
—Un amor, claro. —YoonGi dijo riendo, sacando una cajetilla para tomar un cigarrillo. HoWoo regresó a él para arrebatárselo, regañándolo mientras le recordaba que estaba prohibido fumar ahí.
Tae ignoró la pelea entre esos dos al tiempo que caminaba con calma en lo que suponía sería donde se quedaría hasta que los juegos comenzaran. Un lugar como ninguno otro que conociera. Elegante, espacioso y con un agradable olor a limpio por doquier. Se acercó hasta la pared de cristal, logrando ver por primera vez en su vida al Capitolio desde las alturas. No era tan grande como llegó a imaginar, pero sí presumía por doquier lo avanzado que se hallaba en comparación a su distrito. Grandes edificios, verde, mucho verde, y a lo lejos pudo ver varias montañas. Se veía precioso todo.
» Ven, te mostraré tu habitación. —HoWoo le asustó, sobre todo porque tomó con confianza su muñeca. Tae se zafó de golpe, alejándose mientras el hombre le miraba alzando una ceja. No le tomó importancia al final y se fue, a lo que TaeHyung le siguió guardando su distancia, sin poder evitar notar que YoonGi aprovechó que se retiraba para finalmente encenderse un cigarrillo.
Apenas subieron las escaleras y caminaron por un pequeño pasillo, HoWoo le iba señalando las puertas y explicando de quien sería cada habitación, dejando la tercera como la suya » Puedes descansar, ducharte, o lo que necesites, cenamos en unas horas. —dejó unas palmaditas en su hombro y se retiró, dejándole solo.
Caminó con desconfianza, observando todo con atención y tanteando la cama. Su suavidad y comodidad parecían engañosas, pero terminó debilitándose y tirándose sobre la cama. Suspiró por la inigualable sensación, y casi llora de lo bien que se sintió ahí, recostado en algo tan suave y cómodo. Cerró sus ojos abrazando por primera vez en su vida una almohada, y se puso a pensar. Por él, se quedaría allí todo el tiempo, en ese cuarto. HoWoo, era alguien completamente tonto, YoonGi, deprimente, HaeGi una niña que lloraba intentando hacerse la fuerte, y a quien recientemente conoció, JiMin, no le pareció la persona más inteligente del mundo. No quería confiar en nadie, no quería conversar con nadie, solo quería descansar. Cerró sus ojos, esperando dormir varias horas.
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¡Hola!
Nuestro JiMin será el diseñador de los vestuarios de Tae y HaeGi, jeje. Ya en el siguiente capítulo aparecerán más personajes e.e
No sé que más decirles hoy, uhm cuídense mis galletitas, le amo muuucho <3 <3
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HOSEOK Y TAEHYUNG - VHOPE (1)
Fiksi PenggemarIncluso antes de ir a la arena, el chico del distrito cinco no podía dejar de ver al chico del distrito doce. _____ Historia basada en "Los juegos del hambre". Pareja principal: VHope Menciones leves: YoonMin Advertencia: Muerte de personajes