Después de que la señora Besson se fuese, todos se me quedaron mirando.
—¿Qué?— Me dispuse a preguntar.
Todos estallaron a carcajadas.
—Le gustas a mi madre. — Dijo el hijo de aquella mujer tan amable.
Me sonrojé, no era habitual que me hiciesen ese tipo de comentarios.
—¿Cómo no le iba a gustar con lo maja que es?— Dijo Nora inmediatamente.
—A la señora Besson le cae bien todo el mundo.— Repuso Jack.
—¡Mentira! Jessica, le cae fatal desde que la vio enrollandose con su hijo.— Comentó Nora.
—¿Jessica, quién es?
—Una amiga más del grupo.— Aclaró Emma mientras seguía entre los brazos de Zach.
—Mañana te la presentaremos, tranquila. No puedes estar al tanto de todos los amores de este chico.— Señaló Daniel a Corbyn.
Ese comentario realmente me hizo gracia. Daniel era agradable parecía una persona en la que realmente se podía confiar.
Cuando quise darme cuenta Corbyn tenía sus mejillas teñidas de un rojo intenso.
—¡No hace falta que saquéis toda mi mierda, que luego Alyssa no querrá ni verme!— Cerró sus ojos con fuerza al igual que sus puños, irritado.
—Tranquilo, cada vez que te lies con alguna lo veré.
Me miraron todos confundidos.
—Desde mi habitación se ve todo lo que pasa aquí dentro.— Rei a carcajadas.
—Cuidado Corb, no te desnudes tan a menudo delante de la ventana o Alyssa tendrá que invitarnos a todas para ver ese espectáculo.— Dijo a duras penas mientras reía como una loca Noah.
Realmente no se me estaba haciendo todo tan pesado como imaginaba, por lo menos ya tengo un grupo de amigos, ¿verdad?
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Algo cayó sobre mi, me sobresalté levantandome de golpe y dandóme con el cabecero de mi cama. Miré a mi alrededor y solamente veia bolitas de papel.
—¡Corbyn!— Exclamé molesta desde mi cama.
—Date prisa o llegaremos tarde, tienes 10 minutos exactos.
Levanté mi teléfono para así mirar la hora, se me había olvidado poner la alarma, de no ser por el ataque masivo de pelotitas no hubiese despertado en la vida. Me puse un pantalón de chandal a toda prisa y me coloqué una camiseta mientras metía mis pies en las deportivas. Al bajar las escaleras até mi pelo en una coleta alta, cogí la sudadera que se encontraba junto a la mochila y salí medio derrapando de casa.
—¡Cuidado!— Dijo frenandome con ambas manos.
—¡Lo siento! Eso quería decirte antes de que dieses por hecho eso de quedar por las mañanas.— Dije avergonzada.
—¿El qué?
—Que tiendo a pegarme a las sábanas.— Bajé la mirada.
Esperaba una respuesta borde por su parte, pero en cambio solo sonrió de la manera más amable y tierna que vi nunca.
—Deja la ventana abierta y así si te vuelve a pasar podré chillarte hasta que despiertes.
Comenzamos a caminar en dirección al instituto, el iba a la universidad con Jonah asi que en el campus se despidió de mi alejándose a toda velocidad.
Entré en clase y me senté, justo delante de Zach estaba Emma y al otro lado una chica que no había visto nunca, quizá fuese esa tal Jessica. Tenia el pelo liso, castaño claro, fino, recogido en una coleta alta similar a la mia pero sin ninguna imperfección. Lo malo de tener el pelo rizado es la cantidad de bultos que tienden a quedarse en las coletas.
—¡Tú, escúchame!— Replicó Zach lanzandome un bolígrafo a la cabeza.
—¿¡Qué pasa!?— Le lancé el boli de vuelta.
—No grites tanto escandalosa.
—¿Perdona, quién le ha lanzado nada a quién?— Resoplé.
—Esa es Jessica.— La señaló disimuladamente con la cabeza, mientras me decía todo esto en voz baja, como si no quisiese que nos escuchase nadie.
Estaba en lo cierto, ella era la famosa Jessica.
—Tierra llamando a Alyssa.— Puso su pie sobre mi muslo para captar mi atención.
—Si, si. Lo había imaginado.
—¿Y eso por qué?
—Están muy unidas, ¿verdad?— Me referí a Emma y Jessica.
El asintió con la cabeza rápidamente.
—Pues por eso mismo lo supuse.
La mirada de ambas se posó en mi, cuando vieron el pie de Zach sobre mi muslo. Le miré con cara de espanto y el entendió al instante lo que pasaba asi que apartó su pie.
—¿Ella es Alyssa?— Le preguntó a Emma como si yo no la escuchase.
—Si, soy yo. ¿Por qué?
—Oh no, nada. Eres la nueva vecina de Corb por lo que me han comentado.
—Si, lo es.— Se apresuró a responder Zach en mi lugar.
—Vaya, la última vecina se tuvo que mudar porque decían que habían fantasmas.— Dijo con la esperanza de asustarme.— Mataron a una familia allí.
—Jess, ya basta, no te pases.— La amenazó su amigo.
Esta se encogió de hombros volviendo su mirada de nuevo al frente para poder cuchichear junto a Emma sin impedimentos. ¿Sería verdad aquello, o solo una mala manera de darme la bienvenida a la ciudad?
Zach se puso de cuclillas frente a mi posicionando sus manos en mis piernas.
—Ni caso, solo tratan de meterte miedo. Típico suyo.— Me sonrió de forma tranquilizadora, cosa que no esperaba de él después de lo de ayer.
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ᴡʜʏ ᴅᴏɴ'ᴛ ᴡᴇ ᴛʀʏ?
RomanceAlyssa Adams una joven adolescente de 15 años, se ve obligada a dejar su ciudad natal Seattle y mudarse a Los Ángeles con sus padres. ¿Será fácil para ella empezar de 0? No se permiten copias ni adaptaciones.