Ignoré durante toda la clase a Zach y a todos. Y eso solo logró llamarle la atención.
—¿Te pasa algo?
—Que va, ¿por qué?— Cogí una bolsa de patatas que tenía y la abrí ahí, frente a él.
Miró con ojos golosos la bolsa, yo ya tenía la boca llena.
—¿Quieres?— Le ofrecí mientras tapaba mi boca.
Sin responderme si quiera, cogió un buen puñado y se lo llevó a la boca, parecía que quería decirme algo, pero Emma y Jess llegaron.
—Amor, vamos están todos esperandonos.— Le dijo a Zach mientras señalaba al resto de chicos esperando en el campus.
Corrí hacia Noah y Nora y las rodee a ambas con mis brazos pasandolos sobre sus hombros.
—¿Quereis patatas?
—¡Obviamente, eso no se pregunta!— Respondieron al unisono.— La comida no se rechaza.
Nos echamos a reir las tres, llegamos sin aire y yo roja como un tomate, como siempre que me reía.
—¿Estáis bien?— Preguntó Jonah.
—Estan como rosas, pero vinieron riendose todo el camino por yo que se qué.— Se encogió de hombros Jess.
—Ah si, todo muy normal.— Añadió Jack intentando no reirse, sabía que quería hacerlo, pero no lo hizo.
Corbyn vino por mi espalda y coloco su mano derecha sobre mi frente.
—Estas ardiendo. ¿No estarás mala?— Frunció el ceño.
Volví a reirme de nuevo, hasta el punto de llorar.
—Eso es por tu culpa, no porque este mala.— Pase mis manos por los ojos con delicadeza para apartar las lágrimas, lógicamente estaba bromeando.
Todos rieron al ver la cara de Corbyn después de oir eso.
—Ja ja, muy graciosa.— Resopló.
—¡Igual de gracioso es que te despierten a pelotazos de papel!— Le acusé.
Jessica miró a Corbyn con ternura cuando este sonrió, no sé por qué pero creo que aun tienen algo.
×××××××××
A la salida de clase Daniel se acercó a mi, Jack estaba al lado suya, con su skate en la mano.
—¿Vienes luego a mi casa?— Me propuso.
—¿Enserio, tio...?— Le dijo Jack en tono bajo a Daniel, pero no lo suficiente para que yo no lo escuchase.
Daniel le dio un codazo, a lo que el respondió con un quejido.
—¡Auch!— Miró mal a Daniel.
—Creo que no, pero gracias.— Le sonreí dulcemente y caminé en dirección a casa.
—¡Espera! No hagas caso a Jack, ven por favor.— Me suplicó.
Volví la mirada hacia Jack, él la apartó y subió sobre su skate. No parecía caerle demasiado bien.
—Vale, iré.— Sonreí.— ¿Dónde vives?
—Corbyn vendrá, venid juntos.
—Esta bien, muchas gracias.— Besé la mejilla de Daniel y volvi a casa.
De camino me puse a meditar, aun no tenía el número de ninguno de ellos. Lo que significaba que debía ir a buscar a Corb a su casa.
Dejé mi mochila en mi habitación y puse el teléfono a cargar de mientras, me tumbé en la cama, estaba agotada y no sabía ni por qué. Levanté la mirada para ver si veía a Corbyn, pero nada, ni rastro suyo.
—¿Se puede?— Tocó mi madre la puerta.
—Ibas a pasar de todas formas.
—¡Alyssa!— Me dijo apurada, estaba Corbyn ahí delante y yo acababa de decir eso, que vergüenza.
—Lo siento, lo siento.— Me apresuré a decir.
—Os dejo solos. Encantada Corbyn.— Se despidió con una sonrisa y él se la devolvió amablemente.
—Dame tu número.
—Ala ala, ¿no me vas a pedir ni una cena primero?— Bromeó.
Le tendí mi teléfono para que lo apuntase y así hizo.
—¿Por qué has venido a mi casa?— Ladeé la cabeza levemente.
—Daniel me dijo que vendrías a su casa esta tarde, que pasase a buscarte.
—¿¡Tan pronto!?— Resoplé, tenía sueño.
—Yo no te obligo a venir.— Se encogió de hombros, realmente me daba pena decir ahora que no iría.
—Iré, ¿me acercas la sudadera?— Se la señalé, la cogió y me la lanzó a la cabeza.
—Va a ser al final verdad que estas mala eh.
—Que no, pesado, solo tengo un poco de frío.— Me la puse.
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ᴡʜʏ ᴅᴏɴ'ᴛ ᴡᴇ ᴛʀʏ?
RomanceAlyssa Adams una joven adolescente de 15 años, se ve obligada a dejar su ciudad natal Seattle y mudarse a Los Ángeles con sus padres. ¿Será fácil para ella empezar de 0? No se permiten copias ni adaptaciones.