Ahg, no, son Zach y, ¿Emma? Mi ceño se arrugó así como mi nariz. ¿Qué estaba viendo? No era Emma, claro que no lo era, ese pelo rubio teñido lo reconocería en cualquier parte, era Noah, besándose con Zach, su mejor amigo. Dios estaba en shock, tuve que tapar mi boca para no producir algún tipo de sonido gracias a mi asombro producido por todo aquello. ¿Por qué demonios siempre acababa viendo cosas así? Era demasiado incómodo, estaba claro que la suerte no estaba de mi parte. El armario en el que me encontraba gracias a dios estaba justo al lado de la puerta, en cuanto se descuidasen, sí, más aun, saldría echando humo, por mi bien y el de ellos, si Emma llegase a enterarse... ¿Para qué abro la boca? Bastó pensarlo para que ocurriese, ella parecía estar buscando un baño para devolver, viendo su cara eso se le pasó en el mismo instante en el que vió a Zach sobre Noah con las manos sobre sus caderas y sus labios en su cuello.
—¿¡Zachary!?—Exclamó la chica de pelo oscuro mientras aguantaba las lágrimas como podía.
Él rápidamente se incorporó quitándose el rebozado de pintalabios que llevaba por la boca, gracias a Noah y su excesiva barra de labios antes de salir de fiesta. En cuanto a ella... Digamos que se tiró al suelo para que Emma no la viese. Ambos estaban super pedo a penas podían pronunciar una sola palabra sin tener que hacer una gran pausa.
—¿Qué?¿Emma?Espera.—Dijo mientras se abrochaba los botones de la camisa, pero ella ya había salido de camino al baño, pero no con el propósito de vomitar esta vez, si no de llenar la bañera a base de lágrimas.
Era mi oportunidad para salir de aquel infierno y así hice, abrí la puerta lentamente y salí echando humo derrapando por el pasillo escaleras abajo cayendo de culo al final de estas.
—¡Auch!—Grité.
—A este paso no podrás ni sentarte, no te des más culetazos o tendrás que volver en mi skate y no es plan.—Dijo Jack mientras subía las escaleras dejándome con la palabra en la boca como siempre.
Me levanté limpiando mis manos golpeándolas contra mis muslos, levanté la vista y vi de nuevo otro mogollón junto, armando barullo. Asi que en la medida de lo posible intenté evitarlo yendo a por el 5 cubata ya de esta noche. Creo que a estas alturas ya no me acuerdo ni de que a que día estamos. Una chica cogío mi mano y tiró de mi hacia el mogollón. No, no, justo esto es lo que quería evitar. El grupo de chiquillos compañeros de Jonah me empujaron al sofá el cual hasta el momento estaba totalmente vacio, osea todas las miradas sobre mi, ¡que guay!
—Vamos a jugar a los hielos.—Propuso uno de los compañeros de Jonah.
—¿El juego de qué...?—Logré a duras penas preguntar mientras volvía a beber del líquido de mi vaso rojo.
—¿Qué pasa aquí tios?
—Nada, vamos a jugar a los hielos, ¿te apuntas Jonah?
Sin pensarselo dos veces se sentó en el sofá, como un montón de gente más, solo que la mayoría eran pareja o estaban de rollo. Cuando quise darme cuenta mi cabeza estaba sobre el hombro de Jonah, ¿qué estaba haciendo?
—¡Que empiece Jessica!—Gritó una de las animadoras mientras preparaba los hielos y se los pasaba.
—¿Qué es esto?—Le pregunté al chico aun sobre su hombro confundida.
—Novata, tu sígueme, ¿vale?
Asentí, porque si abría la boca sentía que me tragaría la lengua gracias al poco control que tenía sobre ella en ese preciso instante.
Jessica estaba a la derecha del todo del sofá con un tio que no conocía de nada a su lado, y así con muchas personas más, desconidas, o por lo menos en ese preciso momento en el estado en el que me encontraba no los recordaba, hasta llegar a mi lado derecho, donde se encontraba Jonah.
Jessica metió el hielo en su boca apretando mucho los ojos y a su vez frunciendo el ceño exageradanente, lo pasó al siguiente y así hasta que le llegó a Jonah, eso significaba que la siguiente seria yo.
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ᴡʜʏ ᴅᴏɴ'ᴛ ᴡᴇ ᴛʀʏ?
RomanceAlyssa Adams una joven adolescente de 15 años, se ve obligada a dejar su ciudad natal Seattle y mudarse a Los Ángeles con sus padres. ¿Será fácil para ella empezar de 0? No se permiten copias ni adaptaciones.