CAPÍTULO 8

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Mi cabeza reposaba sobre el pupitre. Dios, que aburrimiento, me quiero morir.

—¡Eh, Alyssa!

Levanté la cabeza para mirar al castaño que se metía en mis pensamientos.

—¿Qué pasa Zach?— Dije cansada.

—¿Has tomado los apuntes?

—¿Me ves con cara de haber atendido algo, enserio?

—Siempre lo haces.

—Pues hoy no Zach.— Dije borde.

—¡Wo, wo, wo!¡Relaja!¿Te ha bajado la regla o qué?

—¿Por qué tiene que ser siempre la regla?— Apreté mis labios con rabia.

—Eso mismo digo yo, ¿por qué siempre tiene que ser la regla? Que rollo, ¿no?— Dijo el profesor, que al parecer había escuchado lo último que había dicho, que verguenza.

—¡Bien hecho!— Me felicitó Zach riendose de mi mientras me enseñaba sus dedos pulgares.

Le puse mala cara y me quedé corta, le hice un corte de manga y me volví a "centrar" en la clase mientras hacía dibujitos estúpidos sobre una hoja en sucio.

Miré por la ventana y vi a Daniel corriendo por el campus junto al resto de su clase, sonreí, no sé por qué pero lo hice, hasta que vi a Jack y el a mi sonriendo como una tonta mientras miraba a Daniel.

—¿Es interesante lo que hacen?— Volvió a preguntarme mi profesor.

—Lo siento...— Tartamudeé nerviosa.

¿Por qué tengo tanta suerte? 2 veces en un día, el profesor de matemáticas me va a coger una manía...

                             ××××××××

—Señorita Adams venga a mi mesa antes de salir al patio.— Dijo mi profesor desde su asiento colocando unos papeles.

Asentí y recogí mis cosas. Noah, Nora, Emma, Jess y Zach me miraron nada más oir que me llamaban para hablar conmigo, sus miradas transmitían nervios, quizá más de los que yo tenía actualmente.

—¿Tiene algún problema usted con mi clase?— Preguntó una vez habían desalojado la clase.

—No, por supuesto que no.

—¿Por qué anda tan distraida últimamente entonces?— Hizo un gesto a los de mi clase, a mi grupo de amigos que estaban todos observando desde la ventanita de la puerta.

—No lo sé, lo siento. Prometo aplicarme y no distraerme, lo juro.

—No me convence del todo, pero de momento se lo dejaré pasar, solo por ahora, queda avisada señorita.— Me señaló la puerta dando la conversación por terminada.

Una vez el salió mis amigos entraron en la clase empujandose los unos a los otros excluyendo a Jack que estaba apoyado en el marco de la puerta con total naturalidad y tranquilidad.

—Cuidado no os matéis.— Dijo desde la puerta.

—¿Qué ha pasado?— Preguntaron al unisono todos.

—¿No os lo ha contado Zach?— Miraron todos de golpe a este.

—No me miréis tanto, que la belleza no se pega.— Alzó las cejas divertido.— ¿Qué se supone que tenia que contar?

Reimos todos ante sus estúpidos comentarios, como siempre. Jack entró y se apoyó sobre el hombro de él revolviendo su pelo.

—Solo me dio una advertencia, exagerados.— Resoplé.

—¿Pero por qué?— Quiso saber Jonah.

—Porque en Educación Física no deja de echarle el ojo a Daniel, seguro.

Mis mejillas se colorearon de un rojo intenso al oir a Jack.

—¡Dios!¿No puedo mirar a la ventana sin quedar como una acosadora por tu parte?

Él se encogió de hombros, pasando de mi, como siempre.

—No es mi culpa que te hagas odiar, chica.

—¿¡Qué me hago odiar!? ¡Tú si que eres odioso!— Carraspeé.

—¡Ya basta!— Gritó Jess apoyada sobre Emma.- Parecéis el perro y el gato, todo el día discutiendo, ¿no podéis llevaros bien?

—Parece que no.— Repuso Emma.

Corbyn me dedicó una media sonrisa y fue por detrás de Jess y rodeó su cintura con sus brazos dejando su barbilla sobre su hombro.

—¡Animaos, joder! Es viernes no lo arruinéis.— Dijo desde el hombro de Jess.

Odio que tenga razón, tiende a restregarme las cosas de camino a casa.

                        ×××××××××

Me separé de Noah y Nora durante un rato, necesitaba ir al baño antes de que volviesemos a clase y quedase atrapada hasta la hora de salir. Abrí la puerta y me miré durante unos segundos en el espejo, pero oí a alguien moviendose dentro de uno de los baños, siempre tiendo a ponerme nerviosa, no estaba haciendo nada malo pero mi reacción fue meterme al baño con los pies sobre el retrete mirando a traves del pequeño huequito que dejé con la puerta entreabierta.

—Corbyn, para...— Salió una voz ahogada en pequeñas risas del baño justo que estaba al lado mio, estaba segura de que no quería que parase.

¿¡Corbyn!?

Salieron los dos dando un golpe con la puerta por el exceso de fuerza que puso mi vecino para abrirla. Llevaba a alguien que rodeaba su cadera con sus piernas y su nuca con sus manos mientras se besaban apasionadamente.

No, no dios.

—Jessica, relajate.— Dijo mientras bajaba sus labios por el cuello de Jess lentamente.

No me lo puedo creer, ¡estos dos siguen juntos!

Corbyn la apoyó sobre los lavabos pegándola contra el espejo con fuerza. Los pequeños jadeos se comenzaban a escuchar y con ellos yo comenzaba a temblar, no podían verme alli y menos ahora.

ᴡʜʏ ᴅᴏɴ'ᴛ ᴡᴇ ᴛʀʏ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora