CAPÍTULO 7

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Salí casi corriendo para alcanzar a las dos rubias del grupo.

—¡Nora, Noah esperad!— Dije parando en seco justo cortándoles el paso.

Pararon de golpe sin evitar reirse.

—¿Vamos a dar una vuelta? Hace mucho que no estamos las 3 juntas, solas.

—¡Cierto! ¿Vamos al parque?— Propuso Nora.

—¡Ya estáis tardando!— Comencé a andar en dirección al parque.

En cuanto llegamos nos sentamos bajo la sombra de un olivo que se encontraba justo en el centro del parque, junto a un pequeño lago.

—Ví como mirabas a Corb, Nora.— La señalé como si de una asesina se tratase.

—¿¡Qué!? ¿Mirar a Corbyn, cómo?— Estaba nerviosa, se le notaba y sus rojas mejillas no la ayudaban en su débil coartada para respaldar su versión.

Noah le dió un codazo y ella pegó un pequeño gritito mientras frotaba en la zona afectada.

—Bruta... —La miró mal a lo que ella respondió con una sonrisa el doble de grande de su dolor por el golpe.

Abrí los ojos como platos ante tal situación.

—Le gusta.— Me afirmó mientras la revolvía el pelo como si fuese una niña pequeña.

—¡Lo sabía!— Dije orgullosa.— Se te da de pena disimular, eh.— Me burlé de ella.

Gruñó, si las miradas matasen nosotras dos estaríamos más que sepultadas bajo tierra, os lo aseguro.

—¿Y tú?— Clavé mi mirada sobre Noah.

—¿Yo?— Se autoseñaló mientras miraba a su alrededor asegurándose de que no había nadie más a su alrededor que pudiese estar preguntando.

—No, el árbol, que definitivamente sé que tiene algo con aquella plantita de allí.— Dije en modo irónico.

—Paso un poco de tíos ahora mismo, pero siempre hay alguno que te pica, ¿sabes a lo qué me refiero?

Asentí con la cabeza.

—La respuesta es Jonah, Jonah Marais. Sé que te lo preguntas.— Dijo segura.

—Estabas en lo cierto, sí que me lo preguntaba.

Las dos me miraron tras decir eso.

—¿Qué?¿Qué pasa?

—Tú no nos has contado nada.

Fruncí mi ceño.

—No te hagas la tonta.— Dijeron al unisono.

—No me lo hago, lo juro.— Levanté mis manos como para probar mi inocencia.

Nora me señaló.

—Pues cuéntanos.

—¿Alguno qué te interese?— Aclaró Noah.

Me quedé pensativa durante unos segundos, pero negué.

—Que va, son monos, pero ninguno me gusta.— Me encogí de hombros.

—¡Seguro que alguno sí!— Intenta sonsacarme la chica de rasgos morenos y finos.

Se acercaron la una a la otra y comenzaron a murmurar, no lograba oir nada y entender, pues menos.

—¿Qué decís?— Me aproximé para poder enterarme mientras arrastraba mi culo por el suelo, no recordaba que llevaba unos vaqueros blancos.

Me apartaron poniendo sus manos sobre mi frente para alejarme. Ante aquel gesto resoplé.

—Tú no nos cuentas, nosotras tampoco te contamos a ti.

—¿¡Pero, si no me gusta nadie, que hago me lo invento!?

—Todas sabemos que sí.— Dijeron serias.

—A ver, ¿quién?

Estaba segura de que iban a decir cualquier tontería que se les ocurriese.

—Sabemos que te gusta Corb también, como a Nora.

Abrí los ojos como platos y escupí el agua que estaba bebiendo de mi pequeña botella de color rosa pastel.

—¿¡Qué me gusta quién!?— Pasé la mano por mi boca para intentar secar el exceso de agua que quedaba alrededor de mis labios.

Ambas se echaron a reir al verme escupir.

—Joder, tia pareces un aspersor.— Dijo echandose sobre el césped Noah.

—Es que decís unas cosas...— Me defendí.

—Pero sabes que es verdad.— Se apoyó sobre sus manos Nora.

—No, no lo es. Es mi vecino, me cae bien y todo eso, pero nada más.

—¿Pero has visto cómo estabais cuando hemos llegado?

—Me apostaría un riñón a que vuelve a estar con Jessica.— Metí mi botella en la mochila de nuevo.

—Una cosa no quita la otra, Alyssa.

—Oye, ¿por qué le caigo tan putamente mal a Jack? Me tiene un asco que no me puede ni ver y encima va por ratos.

Se miraron entre sí.

—No soporta a las niñas pijas que van de superiores.

—No soy nada de eso.— Carraspeé.

—Un poco pija si eres.— Me echó un vistazo mientras enrollaba su rubio pelo teñido en el dedo índice.- Bueno sí, pija sí, definitivamente.

Hice una mueca.

—¡Pues vaya gilipollez!— Me crucé de brazos indignada.

—Él es así.— Dijo Nora.— Le conozco de siempre y creeme que no es nada raro, tranquila.

—No, si tranquila estoy pero...— Cogí aire y lo solté de golpe como si fuese un caballo, liberando presión.— ¡No lo soporto!

—El sentimiento es mutuo.— Dijeron divertidas.

ᴡʜʏ ᴅᴏɴ'ᴛ ᴡᴇ ᴛʀʏ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora