—De verdad no le soporto.—Bufé.
—No hablastéis casi.
—¿A caso él me dio la oportunidad?—cogí aire para proseguir—No, ¿verdad? Pues ya está.
—Eh, relaja nena que yo no te hice nada.
Bebí, no estaba acostumbrada a este sabor, era muy amargo, estos pensamientos se vieron reflejados en mi expresión al parecer.
—Principiante.—Tosió falsamente.
—Que gracioso, Marais.—Le puse cara de asco a lo que él contesto cogiendo mi mano y llevándome a donde había un buen barullo.
Había un buen mogollón de gente concentrada, pero bueno, no sé por qué me extrañaba si casi todo rincón de esa casa estaba petado.
—¡Bebe, bebe!—Chillaban.
Jonah era lo bastante alto como oara ver todo con claridad, pero yo no, asi que tuve que hacerme paso entre la multitud.
La persona que menos me esperaba estaba ahí, bebiendo como una loca, definitivamente se le había ido de las manos.
—¿¡Noah!?—Exclamé lo más alto posible para llamar su atención, pero nada, sin resultados.
¿Cómo es posible que me hubiese ido 15 minutos y ya estuviese en ese estado? Todos se habían dispersado y yo estaba de nuevo sola bebiendo de mi vaso para disimular y simular que estaba con alguien, aunque no tuviese ni la más remota idea de donde estaba nadie.
Me senté sobre el piano, con mis pequeños piececitos volando, desde ahí arriba se tenían las mejores vistas, sin duda.
Visualicé a Corbyn, pero cuando me decidí a bajar y estaba a punto de hacerlo, Jess se le acercó y habiendo visto lo que ví no quería cortarles nada ni visualizar aquella escena o similar. Sus dedos se entrelazaron y Jessica se apoyó sobre la escalera con Corbyn frente a ella con una mano apoyada justo al lado de su cabeza en la barra.
En ese mismo instante noté una mano sobre mi hombro cosa que hizo que me sobresaltase, pegase un pequeño grito e hiciese caer parte de mi bebida al suelo.
—No deberías sentarte en el piano.—Objetó la desconocida de media melena morena y ojos verdes.
Avergonzada me bajé de inmediato.
—Lo siento estaba algo cansada.—Rasqué mi nuca nerviosa ante aquella situación tan embarazosa.
—Puedes subir a mi habitación si quieres o a cualquiera de las otras, están vacías o eso espero.—Dijo en tono divertido.
—¿Están arriba verdad? Es decir las habitaciones.
—Sí, si no se han movido mágicamente, sí. Por cierto soy Anna.—Me tendió la mano amablemente a lo que yo correspondí.
—Soy Alyssa, encantada.—La sonreí amablemente, era agradable.
—Oh, la nueva de 4°, ¿verdad?
—Sí.—Asentí.
—Mi hermana me habló sobre lo que pasó con Zach y contigo el primer día.—Se notaba que estaba a punto de echarse a reir.
—Oh, dios, que vergüenza.
—No te preocupes, estamos en confianza.—Me guiñó el ojo.—¿Y tus amigos, dónde están?
—Buena pregunta.—Me encogí de hombros.—Les perdí la pista hace bastante.
Comenzaba a notar el efecto del alcohol, estaba algo mareada, pero no le di importancia, no me parecía para tanto, de momento, asi que no me corté en seguir bebiendo.
—Creo que no hace mucho vi a Nora fuera.
—¿Y que hacía fuera con este frio?
—Darle a la Maria.
—¿¡Cómo!?-Me sorprendí tanto que levanté el tono sin darme cuenta causando que bastantes miradas se dirigiesen a mi.
—Eh, tranquila, es normal, es una fiesta. ¿No quieres probar?
Negué rápidamente. Claro que no quería probar, ¿en qué demonios estaba pensando con replantearmelo?
—Creo que debería subir, necesito descansar un poco, no me encuentro muy bien. Pero gracias, Anna.—Le dediqué una sonrisa de agradecimiento y subí medio corriendo las escaleras a pesar de mi mareo. Entré en la primera habitación que encontré y me eché sobre la cama de esta cerrando mis ojos. Pero demasiado duraba ese momento de paz, antes de querer darme cuenta alguien se aproximaba torpemente hacia la habitación, no quería que me viesen sola en una fiesta apartada del mundo, asi que me meti en el armario de rendijas, se podía ver a través de él. Apoyé mi espalda en el fondo de este, estaba agotada, aun tenía el vaso conmigo, parecía que nunca se agotaría o que nunca me podría deshacer de él. Finalmente dos individuos se hicieron paso en la habitación mientras se enrollaban, parecía que se iban a comer, literalmente, trataba de reconocerles pero me daban la espalda. Ahg, no, son...
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ᴡʜʏ ᴅᴏɴ'ᴛ ᴡᴇ ᴛʀʏ?
RomanceAlyssa Adams una joven adolescente de 15 años, se ve obligada a dejar su ciudad natal Seattle y mudarse a Los Ángeles con sus padres. ¿Será fácil para ella empezar de 0? No se permiten copias ni adaptaciones.