Capítulo 37

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Había pasado tal vez una hora y yo seguía sin poder dormir, sentí que se levantó de la cama por lo que cerré los ojos rápidamente.

Oí la puerta de la habitación abrirse, un suspiro salió de su ronco pecho y la puerta se cerró, al oír sus pasos alejarse no pude contener mis lágrimas y salieron sin previo aviso.

Vamos _____, en que estabas pensando mientras te embriagabas, claramente tuve una muy mala impresión con los amigos de Tom, lo avergonse demasiado, soy una tonta.

•••

La cabeza me estaba dando vueltas por lo que abrí los ojos con incomodidad y estos se golpearon con la luz del sol.

Puse mi mano y me senté en la cama, me paré a el baño y me mire en el espejo, mi cabello un desastre como siempre al igual que mis ojos, mis labios levemente hinchados y mis ojeras muy notorias. Me lave la cara removiendo todo el maquillaje quedando al natural, me lave los dientes con el pequeño cepillo que llevaba en mi bolso y volví a la habitación, tome mi celular de la mesa de noche.

—Estas más muerto que mi vida amorosa querido celular.

Genial _____, ahora hablas con un celular, que sigue... ¿Que los objetos hogareños te hablen, te enamores de una bestia y vivas feliz para siempre?

Busqué en mi cartera el cargador, pase la mano por todo el lugar tratando de encontrarla pero fue inútil.

—No me digas que no lo... Demonios.

Maldije al recordar que lo deje en alguna parte de la casa anoche, me será imposible encontrarlo porque la verdad no recuerdo en dónde lo deje exactamente.

Baje a la sala lista para encontrarme con un desordenado....

—¿Acaso flash pasó por aquí? —dije en un susurro, nunca es bueno juntar Warner Bros y Marvel.

Todo estaba en orden y muy limpio, oí risas provenientes de la cocina, mire mi cargador en el centro de la mesa así que me acerqué y lo tomé. La verdad me sentía bastante apenada por lo que pasó anoche y no sé si estoy lista para ver a los chicos.

Tomé mi abrigo del perchero y saqué de la chamarra de Tom las llaves del auto.

Tom Holland.

—Hubieras visto su cara cuando...

Mientras reíamos por la trágica historia de Mark mire a la ventana y un jaguar rojo parecido a el mío pasó cerca de.... Oh no.

La sonrisa se me borró y toque los bolsillos de mi pantalón, salí de la cocina dirigiendome a la habitación en la que dormía _____ y la puerta estaba abierta. Le marqué a su celular pero no contestó, sabe perfectamente que no me gusta que se metan con mis bebés y más si son nuevos.

—¿Todo bien Holland? —dijo Evans con su tazón de cereal en las manos

—Seguro...

—¿Y _____? Porque no vas a despertarla, que baje a desayunar con nosotros.

—Si... Ella, creo que se adelantó.

•••

_____ Villalobos

Baje del auto con náuseas y corrí a unos arbustos, carajo sentía como la garganta se me desgarraba por cada que hacía esfuerzo.

Entre a casa y dejé las llaves sobre el sofá, subí a la habitación cerrando la puerta y me quite la ropa, entre a la ducha y abrí la llave del agua caliente, se sentía bastante bien...

Un par de minutos después me cambié y baje a la cocina por unas pastillas para el dolor de cabeza, me va a explotar maldita sea. En cuanto la tableta paso por mí garganta oí la puerta principal cerrarse, los pasos se acercaron a la cocina y me di vuelta sabiendo de quién se trataba.

—Lamento haber tomado tu auto, dejé las llaves sobre el escritorio.

—No me molestó que lo hayas tomado, me molestó que te hayas ido sin decir nada.

—Lo siento Tom, después de lo de anoche no tenía el valor de verlos a la cara. No imaginas lo apenada que estoy.

—¿Y crees que yo no?

Comenzamos a discutir de una manera bastante fuerte, nos gritamos nuestras verdades en la cara y al final cada quien se fue por su lado. Fue por las llaves de su auto y solo pude oír el motor rugir y las llantas rechinar.

Me acosté en el lobby de la casa y prendí el televisor para distraer mi mente un rato, sentí mi celular vibrar y no quise contestar al ver que era Stan.

—¿Hola? - dijo su ronca voz

—Hola Stan, cómo estás!

—Yo bien, pero tú cómo estás después del gran karaoke que cantaste anoche?

—Me siento bastante apenada.

—No cielo, tranquila lo hiciste bien, a un amigo le gustó tu voz.

—Estaba ebria Stan, sonaba horrible.

—Si así suenas ebria no me imagino sobria. - reí y el también. - Escucha le envié un vídeo de ti cantando a uno de los productores más importantes y le gustó, dijo que quiere verte y oírte cantar en persona.

—¿Que hiciste que? Que vergüenza...

—Te espera mañana en su estudio a las diez, le gusta la puntualidad querida.

Colgó y a los dos segundos recibí un mensaje con la dirección, nos puedo creer que un productor me vio cantando ebria.

•••

Las puertas del ascensor se abrieron y me acerqué a la recepcionista.

—Buenos días, estoy buscando a el señor Myers.

—Buen día, tiene cita con él?

—Bueno...

—Miren a quien tenemos aquí, la hermosa chica ebria del karaoke. - sentí mis mejillas arder al oírlo.

—Señor Myers. - lo saludé con un apretón de manos. - Mucho gusto.

—El gusto es mío querida, ven pasa a mi despacho, hay mucho de que hablar.

•••

—Que dices linda, se puede extender si así lo deseas.

—Esta perfecto, acepto su propuesta.

Acababa de firmar un contrato con una de las mejores disqueras, tal vez es buena idea para saber si soy buena en esto, no será tan complicado adentrarme a el mundo de la fama por Tom pero trataré de hacer que me reconozcan por quien quiero ser.

La Hermana De Villalobos [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora