Capítulo 22

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Jeongin: ¿Y ahora por qué lloras? - dijo acariciando mi mejilla.

Yo: Sabes que no me gusta pelearme... Con nadie...

Jeongin: Ya... A mi tampoco, pero he de admitir que te ves super bien cuando contraatacas - dijo riendo y dándome un pequeño golpe en el hombro.

Yo: Que gracioso, bebé - dije con gracia pero todavía caían lágrimas de mis ojos.

Jeongin: La graciosa eres tú... - dijo riendo.

Al final, Jeongin y yo nos reconciliamos y volvimos a ser amigos.

Durante un mes, estuve tratando a Jeongin como a un hermano, pero com cuidado ya que le seguía gustando.

Hoy, me ha llamado, preguntándome si podía hablar con él.

Yo: Sí, claro. Por la noche, en el cuarto, hablamos. ¿Te parece bien? - dije.

Jeongin: Sí, claro... - dijo con tono de preocupación - Nos vemos luego...

Yo: Espera, ¿dónde estás? - dije, pero el otro lado de la línea se empezó a escuchar mal.

Miré el móvil y luego lo volví a pegar a mi oreja.

Yo: ¿Jeongin? ¿Estás ahí? - pregunté, pero escuché a alguien llorar.

Miré a mi alrededor, pero nadie estaba llorando.

Yo: ¿Jeongin? ¿Dónde estás? - pregunté asustada - Jeongin - dije un poco más alto.

Las personas que estaban a mi alrededor me miró raro, así que salí del edificio en el que estaba y me fui a una parte en la que no había personas.

Yo: Jeongin responde... - escuché un golpe al otro lado - ¡Jeongin! ¡Joder, Jeongin! ¡Responde! - alguien colgó la llamada lo que me hizo enfadar - ¡Me cago en la pu...! - dije en español.

Me pasé mis manos por mi cara, pensando. Luego por mi pelo. Por el cuello.

Yo: ¿Chan? - dije cuando escuché que aceptaron la llamada que decidí hacer después de unos segundos.

Chan: ¿____? ¿Dónde estás?

Yo: Estoy fuera del centro comercial, ¿por qué?

Chan: Te estamos esperando...

Yo: ¿Dónde está Jeongin? - dije de inmediato.

Chan: Está en casa...

Yo: ¿Dónde estáis ustedes? - dije desesperándome.

Chan: Estamos en la empresa...

Yo: Voy a ir a casa... Tengo que hablar con Jeongin...

Chan: ¿Qué? ¿Por qué?

Yo: Me ha llamado... Pero luego empecé a escuchar cosas raras... Hasta que alguien colgó la llamada.

Chan: Espera que vamos nosotros a casa, también.

Yo: No, Chan. Voy a ir yo. Si pasa algo, ya os avisaré y avisaré a la policía si hiciera falta... - dije empezando a caminar.

Colgué la llamada y continué andando seria, pensando y sacando mis teorías de lo que le pudiera pasar a Jeongin.

¿Habrá entrado alguien a casa?
¿Y si se ha autolesionado?
¿Qué te ha pasado, Jeongin? ¿Hay alguien allí? ¿Alguien te ha hecho daño? ¿Te lo has hecho tú? ¿Por qué colgaste?
¿Por qué tuve que ir hoy a comprar?

Entre pregunta y pregunta, llegué a casa.

Yo: ¿Jeongin? - grité desde la entrada.

Escuché pasos y susurros, pero era de una sola persona.

Fue hacia el pasillo de las habitaciones. Miré habitación por habitación. No estaba. Entré a la nuestra, todo estaba hecho un desastre. Toda la ropa estaba tirada por la habitación y la cama, deshecha.

Miré la habitación con desesperación, pero también con preocupación y enfado.

Gruñí y salí de la habitación. Al empezar a andar miré el espejo que estaba al final del pasillo. Me di la vuelta mirando con miedo la figura oscura que estaba parada de pie al inicio del pasillo.

Yo: ¿Jeongin? - susurré havercándome a él.

Él gruñó y empezó a respirar muy rápido.

Yo: Jeongin... Tranquilo... - entendí mi mano mientras seguía avanzando.

Él empezó a correr hacia mi. Cuando estaba a unos metros de mi, me eché a un lado a modo de reflejo haciendo que él tropezara y estuviera a punto de caerse. Eso hizo que se enfadara, porque se acercó a mi y me acorraló contra la pared.

Me asusté al mirar de cerca a Jeongin. Estaba empapado de agua. Sus ojos expresaban rabia pero también estaba asustado... Se podía ver claro.

Yo: Jeongin... - susurré mientras ambos contemplábamos los ojos del otro.

Delante mía había una bestia. Una bestia que tenía miedo. ¿Miedo de si mismo? ¿Miedo de lo que pudiera hacer? ¿Miedo de lo que le pudieran hacer?

Creo que eran todas.

Gruñó apartando sus ojos de los míos, pero volviendo a juntar nuestras miradas segundos después.

Yo: Jeongin, ¿de qué tienes miedo? - dije levantando poco a poco mis manos, la cuales temblaban a cada milímetro que subían.

Él se dio cuenta de mis manos y agarró una de ellas por la muñeca.

Yo: ¡Ash! - grité.

Me hacía daño. Mucho daño.

Yo: ¡Jeongin! ¡Me haces daño! - dije echando mi cabeza hacia atrás y agarrando su mano con la mía.

Sabía que yo no le haría daño, pero... Lo hice como acto reflejo.

Me agarró por el cuello. Abrí los ojos intentando coger aire por la boca, pero no podía.

Con la mano que tenía libre, empecé a darle golpes en el hombro y a empujarlo para que me soltara, cosa que no hacía. Mis fuerzas se fueron agotando poco a poco, hasta que escuché a alguien gritar desde el otro lado del pasillo, pero no podía responder.

Sentí que mi vida acabaría dentro de poco, pero Jeongin me soltó. Empecé a toser, pero de mi boca salía sangre. A continuación, quedé inconsciente.

Xx1: ¡____! - dijo alguien gritando al lado mía.

Xx2: ¿¡Qué le has hecho maldito cabrón!?

Jeongin: Yo... Yo no sé lo que he hecho... - dijo sollozando.

Xx3: Alejate de ella a partir de ahora... - le amenazó - Voy a llamar a la policía y a una ambulancia.

A partir de ahí no me enteré de nada más, alguna que otra sirena de la policía y de la ambulancia, pero ya está.

Sabía lo que había pasado, pero Jeongin no. No pensaba hacerle nada ni denunciarle. Al menos, está vez no.
¿Debería? Ya lo sé... Pero esa bestia no era él. Lo ha hecho inconscientemente.  Ya lo sé, estoy inconsciente por su culpa, pero repito que no fue él.

Xx: Lo siento, ____... - dijo alguien a mi alrededor después de unos minutos inconsciente - Estás en el hospital por mi culpa... Por eso me voy a entregar a la policía... - noté una lágrima caer en mi mano - No sabía qué hacía, ¿sabes? No era yo...

Noté su mano agarrar la mía y yo correspondí agarrando la suya.

Xx: ¿____? - dijo acariciando mi mejilla.

"Jeongin... No tienes la culpa. No eras tú... No te culpo de que esté en coma, si lo estoy. Todavía no sé dónde mierda estoy, jaja... Pero tranquilo, no pienso dejar que te vayas" - me gustaría haberle dicho, pero sólo lo pensé.

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