Capítulo 26

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Toqué un par de veces su puerta esperando a que esté solo, esto era un problema de ambos.

- Erick, Joel está durmiendo.

- No le quitaré mucho tiempo, permiso - pasé como si nada en dirección a su habitación - levántate.

- ¿Erick? - dijo apenas abriendo los ojos.

- ¿Tienes sueño? Te lo quito - agradecía que estuviera con polera, eso me facilitó levantarlo - eres un chico muy malo Joel.

- SUÉLTALO.

- NO TE METAS TÚ - le advertí a su novio - ¿querías meterme en problemas Joel? ¡No no no! eso no se hace.

- Que te pasa Erick...

- PASA QUE ME TIENES HARTO - golpee su estómago - eras mi amigo, solo te pedí apoyo y si no querías hacerlo te podías haber quedado callado, no sé como pude ser amigo de una mierda como tú.

- S-suéltame loco de...

- Cállate - no quería golpearle la cara pero no me quedó de otra - SIEMPRE ESTUVE PARA TI, SIEMPRE ESTUVE YO CUANDO TENÍAS ALGÚN PROBLEMA ¿y me pagas así? Te consideré mi hermano y en vez de decirme "Erick cuentas conmigo" me miraste con asco.

- No es cierto.

- Sabes que sí - me acerqué a su oído - no sabes lo bien que lo hace ¿te cuento algo? me encanta coger.

- ¡Erick!

- Para que te dé asco con razón - le dí una sonrisa burlesca - gracias por abrirme los ojos, conmigo no cuentes nunca más y espero no volver a ver tu cara por mucho tiempo.

Creo que ya le había dejado las cosas más que claras - fácil barato vendido - escuché que dijo entre dientes y bastó para volver a darle una golpiza.

- ERICK SUÉLTALO - en lo que Zabdiel intentaba quitarme recibió un golpe de casualidad.

- Atrévete a decirlo una vez más y soy capaz de dejarte inconsciente Joel.

- Llegas justo - escuché la voz de Zabdiel.

- Erick vamos - reconocí su voz al instante. Me cargó para sacarme de ahí, quería quitarme bien las ganas de toda esta rabia que tenía acumulada.

- Ya ya bájame, estoy más tranquilo.

- Zabdiel me llamó para que venga por ti.

- No era necesario, pero gracias - comencé a caminar dejándolo atrás.

- Espera te llevo.

- Me voy caminando - dije sin darme vuelta.

Debo ser sincero, me dolía bastante la mano ya que era primera vez que peleaba con alguien. Al fin de a poco todo volvía a la normalidad. Me sentía solo, sí, pero prefería eso a estar en la casa de un tipo que hacía lo que quería conmigo o con un falso amigo.

- Joven Erick, lo están esperando - indicó a un lugar del edificio.

- Christopher enserio quiero estar solo, ya terminamos con el acuerdo - dije frente a él.

- Quizás quieras una última vez.

- No, de verdad que no - me negué de inmediato - hasta aquí quedo, no quiero que sigas viniendo o tomaré otras medidas, te quiero lo más lejos y fuera de mi vida posible.

- ¿Seguro? Podríamos extender la duración.

No podía creerlo, además de que le ofrecí ayuda para que tome terapia, viene de nuevo a hacer ese tipo de propuestas.

- Él tiene prohibida la entrada aquí, si lo hace llame a la policía - le pedí al conserje y fui al ascensor para subir a mi departamento. Solo quería descansar y tratar de olvidar este maldito día.

Pasión Obsesiva - Chriserick (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora