Islas Conomi

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Después de unos días navegando por los mares del East Blue pronto llegarían a su destino.

Habían hecho una parada en una isla hace un día para comprar algunos suministros, especialmente comida y agua.

Como las aguas del East Blue son muchísimas más pacíficas que las del Grand Line y no necesitan un Log Pose se podía navegar con más tranquilidad.

Nami solo tuvo que poner el barco en la dirección correcta y listo.

Después de estar dos años en el Grand Line se había acostumbrado a sus mares, por eso, en vez de estar descansando se encontraba a cada rato revisando la brújula, se hizo una costumbre parece.

El resto de la tripulación se encontraba haciendo sus deberes, bueno... la mayoría.

De lejos ya se podía ver la isla natal de Nami y es por esa razón que ella se encontraba muy ansiosa.

Solo al ver el lugar donde la vio crecer le invadieron un montón de recuerdos, tanto buenos como malos.

Bellemere, Genzo, Nojiko, Arlong Park, marines, piratas, dinero, mapas, Buggy, Luffy, Zoro, Usopp y Sanji.

Muchas personas conoció por estar con Arlong y a muchos personas robó (eso Nami lo dice con orgullo).

—Oi, chicos—gritó Nami—Llegamos.

Y era verdad.

La isla ya estaba frente a ellos.

Ya no era como la recordaban. Era una isla totalmente nueva.

Sin ese parque de Arlong, la isla es otra. Podías observar los pueblos reconstruidos y como los niños podían jugar en las calles, no como antes.

Los Mugiwaras decidieron no hacer ningún escándalo al llegar y anclaron al Sunny en un lugar escondido para que la ni marina ni los ciudadanos pudieran verlo.

Desembarcaron y procedieron a dirigirse a la Villa Cocoyasi, donde toda la pelea de Arlong y Luffy se dió.

—Y cuando todo el edificio se derrumbó y parecía que nunca saldrían de ahí... ¡Luffy salió y gritó que Nami era su nakama!—Usopp les contaba todo el acontecimiento de Arlong al resto de Mugiwaras que en ese tiempo no estaban presentes.

—¡Increíble Luffy!—los ojos de Chopper eran estrellas—Me hubiera gustado estar ahí.

—Pero aún no te conocíamos— respondió Usopp—Y si hubieras estado con nosotros hubieras tenido mucho miedo... Yo no tuve nada de miedo y derroté a un comandante de Arlong yo solo.

—Después de salir corriendo—interrumpió Zoro.

—¡Esa era mi técnica especial!

Nami por otro lado no estaba escuchando nada de lo que sus nakamas decían. Estaba asombrada por el radical cambio de su villa.

Se podía percibir la tranquilidad y despreocupación de los pueblerinos, no como cuando ella era niña.

Sanji, Zoro y Usopp notaron la mirada nostálgica de Nami y en cierta parte la entendían, vivir toda su vida en cautiverio y robando para ganar su libertad debió ser duro.

Pero decidieron dejarla sola.

La gente del pueblo quedaba mirando a ese peculiar grupo. Asustados por ver a un robot, un esqueleto y a un mapache hablando con el resto de los humanos como si nada fuera raro.

—¡Us-us-ustedes son los Mugiwaras!—gritó un niño mientras se acercaba al grupo.

—¡Sombrero de Paja!

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