Capítulo 22.

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Narra Miriam:

-Amor, ¿sabes ya cuanto tiempo tienes de vacaciones? -dijo Ana abrazada a mi mientras acariciaba mi abdomen trazando círculos

-Me han dicho que hasta dentro de 4 meses no vuelven a abrir, ambas quieren pasar todo el tiempo posible con la peque -dije girando la cabeza para mirarla- ¿por qué lo dices?

-No, nada, por nada -dijo antes de darme un beso y comenzar a enjabonarme la cabeza

A Ana se le daba fatal disimular, pero me era imposible pensar mientras me masajeaba la cabeza de esa forma, dios, que manos.

Narra Ana:

Un tono, dos, tres...

-¿Si? -dijo Agoney con voz ronca y algo adormilado
-¿Quién es? -se escuchó quejarse a Raoul de fondo
-Ago, agoney, amor, necesito tu ayuda -dije cruzando los dedos y sintiéndome algo estúpida al hacerlo
-¿Qué pasa? -dijo y lo tome como un si
-Voy a llevarme a Miriam a comer fuera, necesito que mientras no esta en el piso me ayudes con algo, luego te dejaré una caja y ahí esta todo explicado, ¿vale? -dije tan rápido que creo que apenas me entendió
-Mmm... -dijo procesando lo que le había dicho, pero no le dejé tiempo
-Genial, te debo una, te quiero, gracias amor -dije colgando antes de que tuviese tiempo de replicar

Me acerqué a la cocina y vi a Ricky haciendo café.

-¿Quieres? -dijo señalando la taza

Asentí mientras me acercaba a abrazarle.

-Uhh, que cariñosa estas hoy, ¿no? -dijo antes de besar mi cabeza

La cafetera sonó y cogí la taza de café.

-¿Solo vas a tomar eso? -dijo sonando como un padre
-Si, tengo prisa

Mientras salía de la cocina vi como Ricky me remeaba y no pude evitar reír. No sólo tenía prisa, sino que estaba tan nerviosa que apenas me entraba nada.

Me terminé el café en mi habitación mientras repasaba todo.

Ya había planeado todo, había hablado con Mimi para que me ayudase, el único cabo suelto: Miriam.

Necesitaba librarme de ella.

En apenas una hora ya estaba de camino a casa de Miriam.
Me abrió la puerta Nerea y me dijo que Miriam estaba en el baño, aproveché que Agoney estaba en la cocina para darle la caja.

-Por favor, que no se entere de nada -dije dándole un beso en la mejilla

Fui a la habitación de Miriam y la esperé sentada en su cama.
Entró a toda prisa y ni me vio, me acerqué sin hacer ruido y la abracé por la espalda.

Dios, cómo adoraba su olor.

-Joder, Ana, que susto -dijo llevándose la mano al pecho
-Ellaaaa dramática -dije imitando lo que ella habría dicho
-Que raro te queda decir eso -dijo con el ceño fruncido mientras se giraba para besarme
-¿Vamos? -dije dejandole pequeños besos

Narra Miriam:

La comida había ido genial, ambas estábamos llenas asi que propuse a Ana ir a mi piso a dormir la siesta un rato, ya que anoche no descansamos nada.

Ana estaba rara, muy rara.

Llevaba toda la comida intentando decirle que me gustaría que viniera conmigo a Galicia y me ha cambiado de tema, y ahora, encima, no quiere venir a mi piso, ni que la acerque a casa.

Definitivamente, me oculta algo.

-¿Estas segura de que no quieres que te acerque? -dije mientras sacaba el casco de la moto
-Segura, me apetece andar un poco-dijo colocándose el pelo tras la oreja
-Vale -dije encogiendome de hombros
-Luego nos vemos, amor -dijo acercándose para darme un beso

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