Narra Ana:
Han pasado ya varios días desde la conversación con mi padre.
Ayer le dieron el alta y en cuanto llegamos a casa me hizo coger el portátil para comprar un vuelo de vuelta, quería asegurarse de que me iba.
Ya era hora de ir hacia el aeropuerto, era muy temprano pero mi padre se empeñó en despedirme desde la cama ya que no podía acompañarme al aeropuerto.
Así que tras despedirnos entre lágrimas y prometerle que iba a volver pronto, fui hacia la puerta.-¡Vuelve con ella la próxima vez! ¡Te quiero! -dijo a gritos justo cuando estaba cerrando la puerta
Aquello me hizo sonreír, mi padre era un caso a parte, aún a su edad, estaba convencido de que el amor movía el mundo.
Javi me estaba esperando abajo con el coche en marcha, todavía no entendía por qué estaba aquí conmigo, apoyándome, pero en cierto modo lo agradecía.
Hicimos el camino prácticamente en silencio, excepto por las canciones que de vez en cuando canturreabamos.
-¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? Ya sabes, la otra noche dijiste que no pensabas volver -dijo cuando aparcó el coche
-Mi padre -dije con una voz suave
-Yo... yo... siento haberme comportado como un capullo todo este tiempo, me dejé llevar por mi orgullo y por lo que decían los demás -dijo cabizbajo
-¿Qué decían los demás? -pregunté mirándole a los ojos
-Que era un cornudo, ya sabes, por Mimi... y bueno, estos días he tenido tiempo para pensar y cuando te vi caer tras la llamada de tu hermano, realmente me asuste, lo último que quiero es hacerte daño, solo era eso, necesitaba pedirte perdón -dijo antes de salir del cocheSalí también del coche y le abracé, habían sido muchos años juntos y era un capullo, pero después de todo le seguía teniendo cariño.
Necesitaba perdonarle, era una forma de cerrar una etapa de mi vida y así empezar de nuevo sin llevar nada a las espaldas.
Ese abrazo fue una especie de mutuo acuerdo para dejar esa guerra absurda que teníamos desde hace meses y que cada vez nos desgastaba más.
Cogimos las maletas y entramos en el aeropuerto.
El vuelo se me hizo largo, no paraba de darle vueltas al mismo tema, Miriam.
Cuando llegué a casa esperaba, no sé, algún tipo de recibimiento, pero no había nadie.
Le mandé un whatsapp a Miriam.¿Podemos hablar?
Lo ha visto, nada.
No contestó, asi que me di una ducha y fui a la academia a ver a Mimi.-¡Kamiga! -dijo Mimi corriendo para abrazarme- ¿por qué no me has avisado de que venías ya?
-Lo iba a hacer, pero no me has cogido el móvil -dije mirándolaMimi respondió algo, no sé exactamente qué. Respiré profundamente, olía a Miriam.
Sentí como mi corazón dio un vuelco, ¿estaría aquí?
No, Mimi me habría avisado.
Vi a una chica con el pelo muy parecido al de Miriam entrar hacia los vestuarios, pero no era ella.-Banana, no me estas escuchando -dijo Mimi chasqueando sus dedos frente a mi cara
-Perdona, creí haber visto a alguien -dije aún mirando hacia los vestuarios
-En fin, esta noche nos vemos -dijo negando con la cabeza
-¿Esta noche? ¿no comes en casa? -pregunté algo asombrada
-He quedado con Mireya, te lo he dicho mientras estabas en trance -dijo mientras iba a claseMe quedé allí plantada, sola. Tenía tantas ganas de ver a Miriam y a la vez, tanto miedo que hasta imaginaba que la veía.
Caminé tranquilamente, no sabía dónde ir.
Entré en una librería y una de sus secciones me llamó la atención, eran libros lgtb.
Busqué entre ellos, cogí 'Dame unos años' de Lais Arcos y justo cuando iba a levantarme, lo vi.
Carol.
Un cúmulo de recuerdos y sensaciones vinieron a mi mente.
Suspire, me levanté y fui hacia la caja.Salí a la calle, sin rumbo fijo y cuando quise darme cuenta, estaba frente a la cafetería.
Me quedé allí parada un par de minutos.
No sabía exactamente qué me empujo a entrar allí, pero lo hice.Avancé por la cafetería hasta el lugar en el que me senté la primera vez con Miriam.
Miré hacia la barra y vi una melena rubia entrar rápidamente hacia una sala, coño, ¿me estaré volviendo loca?
-Dime que te pongo, bonita -dijo Mamen sin apenas mirarme
-Un café y un par de palmeritas -dije mientras sacaba mi libreta del bolsoMamen se fue rápidamente y yo aproveché para dibujar mientras esperaba mi café.
Dibujar era una vía de escape, necesitaba darle forma a todas aquellas ideas que se agolpaban en mi mente.
Me puse los auriculares y le di al aleatorio, sonó Te guardo, de Silvana Estrada.
Suspire.'Tengo una voz y una piel, que quieren que tú las descifres'
Y joder si quería que las descifrara.
Sólo necesito una oportunidad más.Narra Miriam:
Al fin tenía un descanso.
Aproveché y me llevé el café al despacho de Laura para poder estar sentada mientras me lo tomaba.
Aligeré el paso, me pasé calentandolo y eso era peor que la lava.
Desbloqueé el móvil y entré a whatsapp, volví a mirar el mensaje de Ana.
No la entiendo, no sé que pretende después de ignorarme todo este tiempo y encima haber estado con su ex.
Al cabo de unos minutos apareció Mamen con los ojos muy abiertos y con cara de haber visto un fantasma.-Esta fuera -dijo muy seria
-¿Quién? -pregunte asomandome un poco a la puerta.Y la vi.
Allí estaba después de todo este tiempo, sentada, así sin más, en el mismo lugar de la primera vez.
Mamen agarró mi brazo para tirar de mi hacia dentro.-¿Que vas a hacer? -dijo Mamen preocupada
-¿No salir hasta que se vaya? -dije esperanzada en que Mamen me dejara quedarme allí
-Si hombre, se queda aqui mil horas y yo sola con la cafetería, cariño, ¿qué dijimos el otro día? -dijo Mamen haciendo alusión a la charla que me dieron ella y Laura al verme tan decaída
-Que tengo que afrontar mis problemas -dije prácticamente suspirando
-Anda, disfruta del descanso y coge fuerzas, tú quédate tras la barra y ya atiendo yo, ¿vale? -dijo antes de besar mi cabeza y salirAsentí, tampoco podía hacer otra cosa.
Le di un sorbo al café.
¿Qué hace Ana aquí?
¿Le habrán contado que trabajo aquí y habrá venido a verme?
No, que tontería, sino despega la mirada de su libreta ni para coger la taza.
Esta muy concentrada, esta preciosa aunque parece cansada.
Miro la hora, mi descanso ha acabado.
Suspiro.
Voy hacia la puerta y me asomo.
Venga tia, no es tan complicado, es solo cruzar una puerta.
Llevo ya dos minutos ahí parada mirándola, no soy capaz de salir, no soy capaz de hablar con ella y sé que ella querrá hacerlo.
Mamen me lanza una mirada amenazante desde la mitad de la cafetería.
Trago saliva, realmente Mamen tiene mucho carácter y sé que si no salgo, me saca a rastras.Salgo.
Vale, no me ha mirado, no pasa nada.Ya es prácticamente medio día, he pillado a Ana mirándome alguna que otra vez y me he tenido que regañar a mi misma por prestarle tanta atención cuando no miraba.
Veo como le pide la cuenta a Mamen, paga y se levanta para irse de la cafetería, nuestras miradas se cruzan por última vez y ella sonríe débilmente, finalmente sale de la cafetería.
Se ha dejado algo en la mesa, un libro, Carol.
Tiene algo dentro, me ha dibujado.
No puedo evitar sonreír.
Le doy la media vuelta al dibujo, tenía una nota.'Déjame explicártelo todo, esta tarde, a las 19:00h en la puerta de la biblioteca'
Y al final, nada cambia, Ana me sigue creando la misma curiosidad infinita que el primer día.
Perdón por tardar tanto en actualizar, pero he tenido una crisis de inspiración mezclada con días de hospital, pero ya he vuelto e intentaré actualizar más a menudo.
Como siempre, mil gracias por leer y comentar.
Pd: he escrito un one shot muy soft que deberíais leer, se llama Perdóname.
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Libros olor a café
FanfictionY de repente, apareció con su torpeza y puso mi vida patas arriba.