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Chrollo la dejo frente a la escuela, ya no la vería en un largo rato, pero debía aprender disciplina, en la disciplina que no le pudo enseñar bien. Mínimo esperaba que mejorara su actitud, máximo... Que le trajera el desayuno a la cama, seria adorable de su parte y Chrollo explotaría en emociones. Fantaseo al verla irse, y cuando volviera ella se lanzara hacia el abrazándolo y pidiéndole perdón por ser mala hija, sip; toda una fantasía. Arrancho el auto y se fue dejando a la chica a su suerte en esa estricta escuela.

Milagro tomo sus dos maletas, una llena de libros y otra de ropa, entro a la escuela y se acerco un señor hacia ella e hizo un salido militar, ella lo imito.

— Te mostrare a esvual el día de hoy, compartiras tu habitación con cuatro personas mas, serán tus compañeros hasta que termines tu estancia aquí, te explicare como son las cosas.

Mila asintió, y lo siguió, explicaba a lujo de detalle sus clases, los libros, las hora en que despertaban, comían y dormían, profesores, materias y servicio militar. Término temprano así que fue al ala de las habitaciones y buscó la suya: Habitación 202. La abrió con la llave que la dieron y miro a todos los recientes ahí, charlando, la miraron y guardaron silencio. Un chico de cabello rubio se levanto y sonrió.

— ¡Debes ser nuestra nueva compañera! — miro a todos, solo había una chica mas, eran tres chicos, y ahora, dos chicas. — ¡Me llamo Kenji!

— Soy Milagro... — Miro a todos.

— Soy Ryan. — Alzo la mano un chico de tez morena y cabello puntagudo.

— Yo soy Tywin. — Cabello castaño y ojos Miel.

— Yo soy Alice. — Pelirroja y con pecas.

— Bienvenida a la pandilla. — Dijeron todos al unisono. La acomodaron en su cama y la ayudaron a desempacar.

Milagro.『Chrollo Lucilfer』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora