Milagro.『Chrollo Lucilfer』

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Chrollo analizo a ambos con la mirada, su princesa tan bella como siempre el mugroso chamaco que tocaba su hermosa mano. Cabello castaño, un poco moreno y desarreglado mugroso indio bajado del monte. A paso firme se acerco a ellos, hizo girar a su pequeña y le dio ambas cajas de donas, la puso tras de él a manera de protección, sonreía tan sinicamente que hasta el muchacho se alarmó por lo rápido que había sido eso.

— ¿Tu qué? — La voz de Chrollo era mas fría que el corazon de tu crush, estaba celoso, ¿Que no había sido claro?, Ella no podía estar con un chico si no era mas fuerte que el, o sea, nunca.

— Papá, ¡Que bueno que llegas! — Milagro no sabia la situación, era algo lenta para algunas cosas. — ¡Tengo tantas cosas que contarte! — ¿Que?, Milagro no actuaba así, ¿Tan pronto dejó su insolente actitud?

— ¿Y este mugroso? — Señaló a Ryan.

— Es mi amigo, se llama Ryan, no es un mugroso, ¿De que hablas? — Mila ladeó la cabeza. — Chrollo miro a Ryan de arriba hacia abajo con asco, tenia una mueca, tomo la mano de Mila y la apretó levemente. — Ah Ryan, el es mi papa, te veré mas tarde, adiós.

— Eh... Si adiós... — Chrollo no dejaba de mirar mal al muchacho, eso lo hacia incomodar mas aun que hasta trago saliva nervioso. Maldecía por lo bajo, también quería evitar problemas con los padres de ese niño.

— Papá, hablas como pandillero. — Milagro comenzó a caminar con él de la mano.

— ¿Te gusta ese estupido, verdad? — Milagro enrojeció mientras negaba. — Mas te vale que se quede así o lo mataré.

— ... — Lo había olvidado por un segundo, él era un asesino y ladrón profesional, así tomaría en serio sus amenazas en broma. Se sentó en una banca y comenzó a comer las rosquillas. — Claro... Siempre asesinas a todos, ¿Verdad?

Chrollo se dio la media vuelta al escucharla decir eso, paro toda maldicion que podría salir de su boca depues.

— Sobre eso... ¿Puedo hablarte mas a fondo de eso? — Milagro no tenia opción, ni siquiera tenia en claro del por que su papá hacia esas cosas tan horribles, así que asintió. — Bueno, todo comenzó cuando nací... — Y se sentó a su lado.

Poco a poco comenzó a narrar todas sus experiencias mientras comían, incluso tuvo que detenerse por que Milagro comenzó a llorar al escuchar sobre la muerte de los mejores a amigos de su padre.

— Los extraño tanto... — En todo el trayecto fue añadiendo uno que otro detalle sobre la supuesta madre que había inventado. — Incluso después de tantos años... Aun me duele.

A los ojos de Mila, su padre era un gran hombre ahora.