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La sombra estaba justo delante del mostrador en el que estaba escondida. Vi como se acercaba poco a poco y noté la palma de mi mano derecha húmeda. De la presión que ejercía sobre la llave debía de haberse abierto alguna de las heridas. Me mordí el labio con fuerza intentando que mi respiración no se escuchase.

Una luz se encendió en el pasillo de la derecha. Después escuché unos pasos que venían de este.

-Disculpe pero no puede estar aquí. -dijo una voz proveniente de la persona que había venido del pasillo. -solo los que residen en el hotel pueden entrar a estas horas.

Cuando dijo esto vi como la sombra se movía hacia la salida y desaparecía. Solté todo el aire que estaba conteniendo.

-Señorita.-dijo el que resultaba ser el recepcionista del hotel.-Tranquila. Ya se ha marchado. Puede salir.

-Gracias...

-Siento si la he asustado peor he podido ver por las cámaras como la perseguía y he pensado que era oportuno intervenir.

-Se lo agradezco mucho.

-No hay de que. Ahora creo que debería marcharse a su habitación y descansar.

-Gracias. Buenas noches.

-Buenas noches, señorita.

Me encaminé al ascensor y una vez ahí descansé la espalda contra la pared. Mis mejillas estaban humedas. Seguramente me pusiese a llorar del miedo de forma inconsciente.

Por fin llegué a mi planta, fui a la puerta de mi habitación y abrí. Cuando entré la luz estaba encendida. Aún asustada me acerqué despacio y manteniendo la calma. Cuando llegué a la habitación vi a Yugyeom dormido en mi cama.

Soy un desastre. Me había olvidado de que había dicho que iba a esperar hasta que volviese para irse. Era muy tarde y seguramente había caído rendido.

No quería despertarle y yo necesitaba tomar una ducha así que cogí el pijama con cuidado de debajo de la almohada. Lo saqué con cuidado ya que el tenia la cabeza apoyada en esta. Terminé por cogerlo del todo y justo se giró. Seguía dormido. Estaba tan guapo durmiendo...

¿Pero qué estaba diciendo?

Me levanté y cogí ropa interior limpia. Antes de entrar al baño le volví a mirar. Parecía tan en paz. Una sonrisa se escapó de entre mis labios. Sacudí la cabeza y entré al baño. Cerré la puerta con pestillo y empecé a desvestirme.

Me metí debajo del agua caliente. Mi cuerpo agradeció su contacto. Me había quedado helada con la tormenta que estaba cayendo fuera porque me había calado entera. Por otro lado las heridas escocían. Las de la mano derecha estaban peor por haber apretado las llaves. Debía curarmelas otra vez. Por fin salí y me sequé. Me puse el pijama y acto seguido me volví a curar las heridas.

Salí del baño intentando no hacer ningún ruido. Cuando llegué a la habitación me encontré a Yugyeom sentado en mi cama desperezándose.

-Lo siento-le dije.- No quería...

-¿Por qué no me has despertado?-preguntó restregándose los ojos.

-No quería. Estabas tan tranquilo... Yo... No quiero causarte problemas.

-¿Por despertarme? No me vas a causar problemas por eso.-dijo levantándose.- ¿Que tal tienes las heridas?

-Bueno, alguna se ha abierto. Me las he vuelto a curar.

Me cogió las manos y las examinó con cuidado. Mi piel se erizó.

-Has llegado muy tarde...¿Ddonde estabas?

Begins. YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora