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No podía quitarme de la cabeza el hecho de que Esther nos había visto a Yugyeom y a mi besándonos. Eso no era bueno. Podía aguantar que me hicieran la vida imposible pero si llegaba a Bambam, a Yugyeom o a los chicos se las verían conmigo.

-Natt, ¿estás bien?-dijo Yugyeom sacándome de mis pensamientos.

-¿Eh?

-Llevas callada todo el camino. ¿Hay algo que haya hecho mal?

-Claro que no.

-Entiendo que ha sido todo muy repentino. Perdona.

-Eh, no te disculpes idiota. No es por eso.

-¿Entonces?

-Es por esa chica de antes. Nos ha visto.

-¿Y qué?

-Es un problema.

-No lo entiendo...

-Lo se, y espero que nunca tengas que hacerlo.

-Estas preocupada, ¿verdad?

Asentí.

-Bueno no te preocupes, estoy aquí.

-Lo se, gracias.-dije abrazando su brazo.

Después de un tramo en silencio decidí hablar.

-Yugyeom...

-Dime pequeña.

-Mira, se que siento algo por ti, me gustas. Eso está claro, pero con todo esto de Ethan necesito pensarlo un poco. Tengo los sentimientos a flor de piel.

-No pasa nada. Esperaré todo lo que haga falta.-dijo sonriendo y dándome un beso en la frente.

-Gracias, y por cierto, otra cosa.

-Tell me.

-No digas nada de la sala de baile ni de Esther.

-Tranquila no pretendía hacerlo. Lo de Esther porque me lo pides tu, pero lo de la sala no lo diré porque no estoy dispuesto a perder el único lugar que comparto contigo.

En mi cara se dibujó una sonrisa sin querer y el me respondió con otra.

Después de un rato andando por fin llegamos a casa. Era muy tarde y tenia un hambre canino. Cuando me marché por el enfado eran las cinco, volví a casa tres horas después y me volví a ir. No había cenado.

-¿Tienes hambre?-me preguntó Yugyeom leyendome la mente.

Asentí con ganas.

-Apuesto a que no has cenado nada.

-Bueno...

-Que desastre eres.

-Eh no me llames desastre a mi. No he cenado por tu culpa.

-Idiota.

-Idiota.

Me llevé la mano a la púa.

-Por cierto...Te devuelvo la púa...-le dije sacándola de mi collar y tendiendoselo.

El miró mi mano con la púa, después me miró a los ojos y me cerró la mano.

-Te la di por una razón.

-Pero...

-Quiero que la tengas tu.

-¿Estas seguro?

El asintió.

-Está bien. Pero a cambio te daré yo algo.

-No necesito...

Begins. YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora