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Yugyeom

Aquel día estaba siendo demasiado. No podía dejar que nos hundiera ni a Natt ni a mí. Tenía que sacarla de casa y llevarla a algún sitio. Mantenerla entretenida para que no tuviese tiempo de comerse la cabeza más de lo necesario. La llevé al primer sitio que se me ocurrió y ella se dejó llevar. Al poco rato de estar recorriendo las calles en silencio llegamos al lugar.

Era una peluquería de dos plantas con unas cristaleras por ventanas que iban de arriba a abajo de la fachada.

- ¿Me has traído a una peluquería?

- Si. Ambos necesitamos un cambio y que mejor que empezar por el cambio físico ¿No?

Ella sonrió y asintió.

- ¿Qué te vas a hacer tú?

- Es sorpresa- le dije sacando la lengua.

Entramos y a cada uno nos llevaron a una planta. Yo decidí darme forma en el pelo y cambiarme el color. Quería seguir rubio pero no tan amarillo. Le comuniqué mi decisión al peluquero y éste se puso manos a la obra. Al poco de estar sentado en la silla recibí un mensaje de Natt. Era una foto suya en el espejo con la toalla en el pelo y poniendo caras raras. La sonrisa me salió sola.

- Lo siento pero no conseguirás fotos. - le escribí.

- Ju. - me contestó.

La sonrisa no desapareció en ningún momento de mi cara. Unas horas después ya habían acabado conmigo y suponía que con Natt no tardarían mucho más. Yo estaba bastante contento con el resultado. Quedaba más natural que el anterior. Me senté en una silla de la entrada a esperar a Natt. Mientras miraba el móvil unas manos me taparon los ojos. Toqué las manos y cogí una de ellas.

- No abras los ojos hasta que yo te lo diga. - me susurró al oído.

Mi piel se erizó y terminé asintiendo. Me levanté dejando que me guiara. Me quedé parado de pie en medio de la sala. Ella soltó mi mano.

- Ya.- dijo.

Yo abrí los ojos. Se había cortado un poco las puntas y se había dado forma pero su pelo ahora era de color rojo. El color se iba aclarando según llegaba a las puntas. Seguía siendo morena de raíz pero las puntas eran de un rojo tirando a rosa. No sabía que color era, solo sabía que le quedaba genial. También se había peinado. Estaba muy guapa.

-¿Y bien?- dijo haciéndome salir de mi ensoñación.

- Estás genial. ¿Cómo es que has decidido teñirte?

Ella se encogió de hombros.

- Has dicho que veníamos a por un cambio así que es lo que he decidido hacer. Cambiar.

- Me alegro de esa decisión.

- Gracias. Tu tampoco estás mal. Te queda mejor ese color. Te favorece.

- Gracias señorita. - dije haciendo una reverencia.

Ella se rió y me imitó. Ambos decidimos que era pronto para volver a casa aunque en el fondo estábamos muertos por el viaje.

Begins. YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora