Todo tenía que salir tarde o temprano y yo ya no podía guardarlo por más tiempo. Se me revolvía el estómago cuando las imágenes me invadieron: sus manos, mis lágrimas, los golpes, mi madre... Eché la cabeza hacia atrás y respiré hondo. Es algo que había conseguido superar, pero a veces me volvía todo a la cabeza. No sabía cuanto tiempo llevaba allí arriba pero, pero sí que el suficiente. Con la cabeza lo más fría posible volví dentro a contarle todo de una vez por todas.
Avancé por el pasillo hasta llegar al salón donde seguía Yugyeom dando vueltas en círculo. Al verme paró en seco y avanzó hasta mí. Yo le miré y le sonreí, le cogí de la mano y le llevé de vuelta a la azotea. Ambos nos sentamos mirando el cielo que ahora se teñía de tonos rojos al estar atardeciendo.
-Natt...-dijo Yugyeom mirándome. Yo le devolví la mirada, cogí aire y volví a girarme.
-Lo que voy a contarte es... Bueno... Intenta no interrumpirme ¿vale?
Yugyeom asintió y yo me rodeé las rodillas con los brazos y empecé a contarle todo.
-Esto pasó al tiempo de haberme ido del grupo de Ethan. Empecé a quedar con un chico de fuera del instituto, realmente solo eramos amigos, no hubo nada entre nosotros. Nadie sabía nada de él pero un día un amigo de Ethan le vio y eso fue el detonante. Al día siguiente en el instituto Ethan me pidió explicaciones de quién era ese chico y qué hacía con él. Me dijo que dejase de verle y hablarle o el acabaría con todo por mi. Yo no le hice caso. No quería renunciar a la única persona que me trataba bien después de haber salido de esa pesadilla. Los días fueron pasando y no pasaba nada así que la amenaza de Ethan se me olvidó, hasta ese día. Todo pasó un viernes que mi amigo había venido a casa a ver una película. Todo iba normal, vimos la peli, cenamos y el se fue a casa, pero a los cinco minutos volvieron a llamar a la puerta. Pensé que era él porque se le habría olvidado algo...-sin darme cuenta empecé a moverme nerviosa. Yugyeom al notarlo me cogió la mano y entrelazó sus dedos con los míos-. Ese fue mi error. Ese chico no era mi amigo. Ethan me tiró al suelo de un empujón y cerró la puerta de mi casa. Yo me quedé de piedra. Me tiró del pelo haciendo que me levantase y me empujó de nuevo contra la pared. Me cogió del cuello y apretó. Me dijo que él no quería, que me lo había advertido, que era culpa mía. Yo llamé a mi madre a gritos pero no venía nadie...
"Ethan me rompió la camiseta con la mano que tenía libre y me desabrochó los pantalones. Sus manos empezaron a recorrerme, los muslos, el pecho... Yo no podía dejar de llorar y de decir que parase, que por favor no lo hiciera, pero nada funcionaba y ya casi no podía hablar. Mi garganta estaba desgarrada por los gritos y por su fuerte agarre. Mi mirada se desvió al pasillo y fui cuando la vi. Mi madre estaba allí de pie, mirando, con una cerveza en la mano sin hacer nada. La volví a llamar pero ella se dio media vuelta y se marchó. Ethan me tapó la boca y empezó a meter la mano en mi pantalón. Yo le clavaba las uñas y me revolvía, pero cada vez que lo hacía me golpeaba. En un último intento le mordí la mano con fuerza y conseguí que me soltara. Salí de casa. Corrí todo lo que pude, ni siquiera me paré a mirar si me seguía. Llegué a la casa de mi amigo y éste me abrió y cerró tras de mi. Sin embargo él también había sido victima de Ethan. Sus amigos le habían dado una paliza y apenas podía moverse. Cuando se calmó todo me dio una camiseta y me dijo que por favor no volviese a hablarle. Yo... no pude volver a mirar a ningún chico a la cara durante mucho tiempo. Tenía miedo y me levantaba con pesadillas muchas noches. Lo peor fue seguir viendo a Ethan en el instituto... Nadie sabía nada excepto mi madre, mi amigo y Bambam..."
En ese momento me di cuenta de que había empezado a llorar. Yugyeom me miraba con el ceño fruncido y con cara furiosa. Se levantó de golpe y empezó de nuevo a andar en círculos.
-Le mataré, Natt. Te lo juro, si le veo de nuevo...
-Yugyeom, mírame-le dije poniéndome delante suya-. Ya estoy bien, he conseguido superarlo. Con el tiempo y con ayuda de Bambam. Antes de conocerte yo seguía teniendo algo de miedo, pero cuando me tocabas no sentía temor, sino delicadeza, cariño... Eso es lo que ha terminado de sacarme de todo esto. Tú, Yugyeom, me has demostrado que no todo el mundo es igual. Me has devuelto la confianza en los demás y has hecho que me enamorase de ti. Eres una persona increible y no cambiaría nada de lo que me pasó si eso supusiese el no conocerte.
Yugyeom me abrazó y dejó que llorase en su camiseta hasta que me calmé, hasta que nos quedamos nosotros, la luna y la noche.
Los días siguientes fueron copias los unos de los otros. Mi padre seguía igual, Esther había empezado a trabajar y Yugyeom mantenía un poco las distancias conmigo, como con miedo a que me desmoronase, sin embargo a mí eso no me gustaba. No quería que me mirase con pena o como a una muñeca frágil, seguía siendo la misma que cuando me conoció.
-¿Qué tal hoy en la sala de grabación?
-Bastante bien-dijo Yugyeom- ya hemos terminado de grabar mis partes del nuevo single.
-Genial.
Yugyeom se sentó a mi lado dejando algo de espacio entre nosotros y yo ya no pude más.
-Yugyeom sigo siendo la misma ¿sabes?
-Lo se, no se por que me lo dices...
-¿En serio? Desde que te lo conté estás más distante. Ya no me das apenas besos, intentas no tocarme y me miras como con pena...
-Yo no...
-Sí, sí lo haces. No te lo conté para recibir compasión, solo quería que lo supieras todo. Que intentases entender todo lo que ha pasado, no para que pasase todo esto.
-Natt...
-Si llego a saber que la verdad te iba a replantearte las cosas tal vez no te lo hubiese contado.
Me levanté sin darle tiempo a nada más y me metí en la ducha. Una vez sola me derrumbé. Como podía una persona del pasado seguir destrozando tu presente... Cuando me calmé salí de la ducha y me fui a la cocina a por algo de cenar. Yugyeom estaba allí, sentado en el sofá, esperándome.
-Natt lo siento... No me he dado cuenta de que me había distancia y te estaba haciendo daño así. La verdad es que he estado pensando y ahora entiendo por qué no quieres que nos vea. Quieres protegerme ¿no es así? No quieres que me pase lo que a tu amigo.
Yo me quedé parada. Yugyeom se levantó y me miró a los ojos.
-Gracias por protegerme a mi y a todos, pero ya es hora de que dejes que los demás te protejan a ti.
-Yo...
Yugyeom sonrió y sin darme tiempo a nada más me acercó a él y me besó. Fue un beso hambriento, como si llevase tiempo queriendo hacerlo pero no sabía como. Yo le pasé los brazos alrededor del cuello y él me alzó del culo haciendo que yo enredase las piernas alrededor de su cintura. Me besó con más insistencia. Su lengua se abrió paso por entre mis labios y se enredó con la mía. Me empujó contra la pared sin frenar ese beso hambriento que aumentaba a cada momento. Pasó sus labios por mi mandíbula y recorrió mi cuello con su lengua, jugando conmigo. Después lo besó y mordió haciendo que yo le tirase del pelo.
Sin poder resistirlo más, le tiré de la camiseta hacia arriba quitándosela del todo y tirándola al suelo. Él me miró con una ceja levantada y yo le comí con los ojos. Su abdomen estaba marcado, al igual que sus pectorales. Las líneas negras de tinta le recorrían el costado.
-¿Te gusta lo que ves? -dijo volviendo a aprisionar me contra la pared.
-Mucho - le dije casi en un susurro.
Me fijé en sus labios, rojos por los besos, que me sonreían de forma pícara.
Me separé de él y le miré con una sonrisa de medio lado que él me devolvió de forma pícara. Se acercó a mi boca rozando mis labios con los suyos pero sin llegar a juntarlos. No le di opción a seguir jugando conmigo. Mi lengua se paseó por su labio inferior para después morderlo.
Ese fue el detonante. Yugyeom me cogió de la cadera y me acercó a él mientras bajaba las manos a mi culo y lo apretaba.
Ahogué un gemido y me separé lo justo de sus labios.
-Vaya... Has pasado de dejar espacio a no dejar nada.
-Tengo que aprovechar que no está Bambam, así nadie nos interrumpirá, espero. -dijo levantándome la barbilla y haciendo que le mirase a los ojos.- Además por lo que he entendido no te gustaba el espacio.
Yo me reí y le empujé para poder salir de su prisión.
-Tienes razón.-contesté y sin dejarle hacer nada me dirijí a la habitación, sabiendo que el me seguía.
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Begins. Yugyeom
RomanceEmpiezo de cero. Nueva ciudad, nuevo país, nueva vida. Eso pensaba Natt, pero no la iba a ser tan fácil. Lo que se tornaba posible resultará ser más complejo de lo que pensaba. ¿Quién es el chico misterioso del avión? ¿Quién la está siguiendo? ¿Qu...